Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

jueves, 23 de enero de 2014

Veintidos.

Anteriormente.
De repente me cogió en brazos y subió las escaleras que llevaban hasta las habitaciones de la planta de arriba. Mientras subíamos se reía y yo gritaba cómo una tonta.
Me dejó de pie en la cama, me arrodillé y le cogí de la corbata hasta atraerle y dejarle encima de mí.
Me di la vuelta y esta vez quedé yo encima de él.
Posó sus manos en mi cintura, las subió hasta mi espalda y poco a poco fue desabrochando la cremallera del vestido azul que llevaba puesto esa noche. Fue quitándomelo lentamente.
-Lucía: Esta vez no lo tires al suelo, es de Aida. -reí-
Mientras le seguía besando su cálido cuello, estiró la mano y lo dejó encima de la silla que había al lado de mi cama.
Bajé mis manos y desabroché su cinturón mientras él acariciaba lentamente mi espalda con la punta de sus dedos mojados a causa de la lluvia.
Tras quedar sin ninguna prenda, tan solo los boxers y yo mi ropa interior, se sentó en la cama he hizo que me sentara encima de él, eso sí, siguiendo sus besos.
-Sam: Buenas noches -decía mientras cerraba la puerta de mi habitación con una sonrisa-
Pablo y yo nos quedamos mirando la puerta algo sorprendidos.
-Pablo: Con que no había nadie, eh. -me miró avergonzado y a la vez riéndose-
-Sam: ¡Y no gritéis ni nada que mañana madrugo! -gritó desde su habitación- ¡Y USAR PROTECCIÓN! -añadió-
Pablo me miró y no pude resistir el reírme.
Me levanté de la cama, puse el pestillo y rápidamente volví a tirarme encima de él.
Agarró mi trasero mientras sus besos hacían que mi temperatura corporal aumentase.

Narra Lucía

Sus manos seguían acariciando mis piernas a la vez que besaba su pecho descubierto.
Una mano en mi cintura y la otra en mi pierna, haciendo que pequeños escalofríos pasasen por mi cuerpo al notar su piel contra la mía.
Me cogió y me tumbó sobre la cama mientras que el se colocaba de nuevo encima de mí con una sonrisa.
-Pablo: Éxtasis...-cantó riendo-
Solté una pequeña carcajada a la vez que besaba su labio inferior acabando en un pequeño mordisco.
Bajó su mano lentamente y la pasó por debajo de mi ropa interior. Solté un pequeño suspiro y el se mordía el labio de una forma provocativa.
Nos metimos debajo de mis sábanas azules y él se deshizo a la vez de mi ropa interior y yo, imitandole, le quité la suya.
-Lucía: Tómame de los pies a la cabeza...-canté a la vez que reía-
-Pablo: Ssssssh...-me decía callándome con un beso-
Notar su barriga junto a la mia, sus manos posadas en mi cuerpo, sus labios en los míos, notar su piel en sí, hacía que mi mundo doliera un poco menos.
-Lucía: Hazme tuya -reí-
-Pablo: Eso suena muy provocativo -rió-
-Lucía: ¿Y que pasa? -pregunté riéndome-
-Pablo: Nada -sonrió- me gusta -se mordió el labio-
-Lucía: Pues a que esperas. -reí mientras subía una ceja de forma pícara-
Me cogió y me atrajo mucho más hacía el.
-Lucía: Segundo cajón, al final del todo...-añadí-
-Pablo: Ya entiendo. -rió-
-Lucía: Que no se te olvide nunca. -reí-

Tras colocarse el preservativo, subió una ceja y ahora sí que sí me atrajo más hasta él e hizo que de mí saliera suspiros y más suspiros.

-Que bonita mi cama, haciendo que compartamos algo más que besos, sonrisas y pensamientos cuando antes solo conocía la soledad. Pero para bonita ya esta la risa que beso debajo de las sabanas, eso sí es realmente bonito-
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Por la mañana
Narra Pablo

Me desperté a causa de la luz que entraba por el balcón de Lucía. Poco a poco fui abriendo los ojos y un gran bostezo salió de mi boca.
Movía mi brazo para poder coger a Lucía del otro lado de la cama pero no se encontraba nadie.
Me rasqué los ojos y otro bostezo salió de mí, levanté mi torso pero sin salir de la cama, ahí pude observar a Lucía con el bloc de dibujo sentada de piernas cruzadas en el borde de la cama y mirándome con una bonita sonrisa.
-Lucía: Buenos días. -dijo junto a una sonrisa-
Tan solo sonreí, cerré los ojos y tiré mi cuerpo de nuevo en la cama.
-Pablo: aaag ¿Qué hora es? estoy muerto de cansancio -dije bostezando de nuevo-
-Lucía: Las once y media de la mañana, pero puedes seguir durmiendo si quieres -sonrió-
-Pablo: La vida son dos días y no me puedo pasar uno y medio durmiendo -reí-
No sabía si había empezado una nueva vida junto a Lucía o vuelve a ser un polvo de noche. Espero que la primera opción.
Ella se levantó, cogió mi ropa de la silla y la tiró hacía mi haciendo que cayese en mi cabeza.
-Lucía: Ale, vístete -reía-
Sonreí cómo si fuera un crío pequeño y comencé a vestirme.
Me coloqué los boxers y Lucía se tiró encima de la cama y comenzó a oler la almohada.
-Lucía: Usas Cool Water -añadió-
-Pablo: ¿Cómo lo has sabido? -pregunté sorprendido-
-Lucía: Mi padre usa la misma colonia, o usaba, ya ni lo sé -dijo algo apenada-
-Pablo: ¿Dónde esta tu padre? -pregunté extrañado-
-Lucía: Con sus otros hijos en Málaga capital -decía mientras rodaba por la cama-
Le detuve e hice que dejara de hacer esa especie de croqueta por encima de la cama.
-Lucía: Anda sigue vistiéndote -rió-
-Pablo: ¿Y si no quiero? -reí-
-Lucía: Solo en boxers provocas. -sonrió avergonzada-
Me tiré sobre ella y comenzó a gritar. Le toqué el costado y comenzó a reirse a carcajada limpia.
-Pablo: Ay que tiene cosquillas la señorita De La Torre -reí-
-Lucía: ¡PARAAAAAAAAAA POR FAVOOOOOOOOR! -gritaba a la vez que reía-
Ella debajo de mi y yo cómo un tonto comencé a hacer flexiones. Cada vez que bajaba le regalaba un beso y su risa entre besos era de lo mejor que había probado.
-Pablo: ¿Hay alguien en tu casa? -pregunté extrañado-
-Lucía: Se han ido a la pastelería -sonrió-
-Pablo: Entonces puedo quedarme en boxers -reí-
-Lucía: Cómo usted quiera, señorito Alborán. -sonrió-
Me tumbe sobre la cama y coloqué la almohada sobre mi cabeza mientras olía el perfume de Lucía incrustado en ella.
Ella bajó a el piso de abajo, me coloqué unos pantalones y le seguí.
-Lucía: ¿Quieres algo de desayunar? -preguntó sonriente-
-Pablo: Solo si tu tomas. -sonreí-
-Lucía: Yo ya he desayunado -decía mientras sacaba cereales de chocolate-
Los colocó en un bol y lo lleno de leche.
-Pablo: Mira, no se cómo lo haces pero me conoces demasiado cómo para saber que mi desayuno favorito son los cereales de chocolate -dije cogiendo con ansia el bol-
Mientras comía, ella se me quedaba mirando con una sonrisa y no pude evitar reírme.
-Pablo: ¿Qué? -pregunté sonriente-
-Lucía: Nada nada. -dijo avergonzada-
-Pablo: Voy a vestirme y nos vamos. -dije levantándome de la silla-
-Lucía: ¿A donde? -preguntó entusiasmada-
-Pablo: Damos una vuelta y luego te invito a comer por ahí -sonreí-
Ella aceptó con una gran sonrisa.

Al cabo de una hora, ya estábamos paseando por las calles de este precioso lugar.

Con una bonita chica al lado mía y con un día radiante, buena vida.
A lo lejos pude ver tres conocidos fotógrafos de revistas del corazón.
-Pablo: ¡Agáchate! -le grité a Lucía-
-Lucía: ¿Se puede saber que pasa? -preguntó extrañada-
-Pablo: ¡AGÁCHATE!


2 comentarios:

  1. De verdas tu vas para escritora.
    Tienes Twitter ¿¿

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    1. Gracias por tus comentarios guapisima <3 Sí, mi twitter personal es @Sara_Bouvier y el Alboranista es @Alboran_ista ♥ besos!

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