Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

martes, 7 de enero de 2014

Catorce.

Anteriormente.

Se quedó muda y se sentó en el borde de su cama.
Me puse a la altura de su cara y le hice que su cuerpo cayera en la cama dejándola tumbada.
Me coloqué casi encima de ella. Cada uno de mis brazos estaban a un lado de
su cara.
Acerqué mis labios a los suyos pero sin llegar a tocarlos.
-Pablo: ¿Estás celosa? -le susurré-
Levantó una ceja con una mirada pícara.

Narra Lucía.

No entendía el por qué nos encontrábamos tan cerca pero mi pulso iba demasiado rápido y mis mejillas estaban más que rojas.
Fue acercándose a mis labios lentamente.
-Pablo: ¿Estás celosa? -me susurró muy cerca-
Tenía su boca a centímetros y subí una ceja mientras le echaba una mirada pícara.
-Lucía: Por qué tendría que estarlo. -le contesté susurrándole de la misma forma-
Su cuerpo tan cerca del mio hacía que mi temperatura subiera y más si estaba encima de mi apoyando sus partes en las mías. Algo nerviosa si estaba, bastante mejor dicho.
Pablo se acercó más a mis labios.
De pronto escuchamos cómo alguien tocaba a la puerta, pero no a mi puerta, si no a la puerta de la habitación de Pablo. ''Que momento más oportuno para tocar una puerta'' decía continuamente en mi mente.
-Pablo: Mierda, he puesto el pestillo en mi habitación.
 Se levantó rápidamente y volvió a subirse a mi ventana para pasar a la suya y abrió la puerta de su habitación.
Me quedé cómo una tonta tumbada en mi cama mirando al techo y suspirando.
-Pablo: Eh. -dijo asomado a su ventana-
Rápidamente levanté la cabeza y le miré.
-Pablo: Buenas noches Lulú. -dijo con una bonita sonrisa-

-Lucía: Buenas noches Pablo -dije devolviendo la sonrisa-
Él cerró sus cortinas y apagó sus luces mientras yo seguía con la sonrisa en la boca.

Al día siguiente.

Domingo, despertándome a las doce de la mañana, sin ir a trabajar con mi tía, sin mi hermano en casa y levantándome con una bonita sonrisa.
Mi móvil sonaba continuamente pero si quería tener un buen día mejor era pasar de ese estúpido aparato.
Salí al balcón de mi habitación y aspiré ese buen ambiente que había ahora mismo en la zona.
La sobrina de Pablo sentada en el césped del jardín con su madre al lado, el perro de mi tía tumbado en la puerta del jardín y la vieja amargada de en frente dando de comer a sus pájaros, todo estaba demasiado tranquilo cómo para ser cierto.
Mi móvil volvió a sonar y vi que era Laura. Agarré el teléfono y le contesté.
-Lucía: Dime -dije bostezando-
-Laura: ¿Te vienes a tomar algo esta noche?
-Lucía: ¿Un domingo? -pregunté extrañada-
-Laura: Sí, bueno es que Aida a di...-le interrumpí-
-Lucía: ¿Aida? lo mejor será que me quede en casa.
-Laura: ¿Qué ocurre? -preguntó extrañada-
-Lucía: Nada, ya te explicaré. -dije con un tono serio-
-Laura: ¿Entonces vienes o no?
-Lucía: -resoplé- Venga vale, por no estar todo el día en casa...-resoplé de nuevo-
-Laura: A las once vamos a por ti y nos tomamos algo en algún barecito. Y vendrá Sergio y Pablo. -dijo ilusionada-
-Lucía: Menuda amistad estáis cogiendo todos eh, me siento excluida. -reí- Esta bien, a las once entonces. -dije con muy pocas ganas- Hasta esta noche. -colgué-
Bajé al jardín en cullots y una camisa apretada de tirantes, que es cómo yo dormía en verano y mi hermano se quedó mirándome de arriba a bajo.
-Lucía: ¿Qué miras cara pie?
-Borja: No me puedo creer que vaya a decir esto pero...mi hermana esta buena. -rió-
-Lucía: Que te pensabas. -reí- en realidad soy normalita.
-Borja: Que culito más apretado -dijo mientras lo estrujaba-
-Lucía: ERES TONTO O QUE TE PASA. -le pegué en la cabeza-
-Casilda: Bonita imagen familiar. -dijo riendo mientras estaba sentada en una hamaca de su jardín-
Mi hermano y yo sonreímos avergonzados y sin saber que contestar.
Al mismo tiempo Pablo salió de su casa y cogió del césped a su sobrina que se encontraba sentada jugando con muñecas.
-Pablo: Ven aquí enana. -decía mientras la levantaba del suelo-
Mi hermano se quedó mirándome.
-Borja: La baba anda, que se te cae la baba. -ríe-
Volví a pegarle en la cabeza y tirándolo al césped.
Pablo miró riéndose al igual que Casilda.


Salí a la calle a pasear a Shadow y escuché cómo Pablo me llamaba por atrás.
-Pablo: Espera, espera...-rió- ¿te veré esta noche? -dijo con una enorme sonrisa-
-Lucía: Sí, esta noche nos vemos. -dije sonrojada-
Seguí caminando y él a mi lado seguía hablándome. Quizás me este volviendo loca pero no había visto nunca una sonrisa y unos ojos tan bonitos cómo los suyos. ¿Y su forma de caminar? dios. Sí, creo que me estoy volviendo loca.
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Por la noche
Narra Pablo
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No sabía cómo mirar a Aida. No sé lo que pasó en realidad aquella noche, no sé nada, absolutamente nada. Supuse que estaba borracho o a saber, pero no recuerdo que ocurrió.
-Pablo: Aída....-dije nervioso- Necesito hablar contigo un momento, por favor.
Lucía miraba extrañada y en el fondo sabiendo el por que quería hablar con ella.
-Aida: Sí, sin problema. -notaba su nerviosismo-
Fuimos fuera del bar y ella sacó uno de sus cigarros.
-Pablo: Necesito saber que pasó la anterior noche. -dije serio-
-Aida: Nada, absolutamente nada. -dijo mientras pegaba una calada- ¿Quieres? -me ofreció su cigarro-
-Pablo: No, gracias, no fumo. ¿Y por que estaba la caja de preservativos fuera?
-Aida: Mira Pablo no quiero recordar lo de la otra noche, quédate con que no pasó nada y ya esta, no te compliques más la vida. -dijo algo cabreada-
-Pablo: Esta bien, esta bien. -dije calmándola- cómo tu prefieras.
Tiró el cigarro al suelo y lo dejó encendido. Yo lo pisé y sonreí.
-Aida: Que maniatico.
-Pablo: No es nada malo serlo. -reí-
Nos adentramos de nuevo en el bar y nos sentamos en la mesa.
Varias personas se acercaban a la mesa a pedirme autógrafos y fotos y sin ninguna queja aceptaba.

Narra Lucía.

Cómo siempre, notaba cómo que sobraba allí, por mucho que este entre varia gente. Tantas conversaciones y en ninguna encajaba.
De pronto se me paró el corazón...vi a Ángel parado en la puerta con varios amigos buscando un sitio donde sentarse. Miró hacía nuestra mesa y se quedó mirándome.
Rápidamente quité la vista y agaché la cabeza.
Ángel se acercó a mi mesa y me miró de arriba a bajo.
-Ángel: Lucía, se que no quieres saber de mí, pero me gustaría hablar contigo. -decía apenado- por favor.
Miré a Pablo y vi cómo me decía ''no lo hagas'' con los labios.
Yo, cómo una estúpida asentí con la cabeza y me levanté del sillón donde estábamos sentados.
Salimos a la calle y mis manos temblaban de lo nerviosa que me encontraba en esos instantes.
-Ángel: Perdóname. -dijo serio-
-Lucía: Ángel yo...es que...-me interrumpió-
-Ángel: Estoy más que arrepentido Lucía, de verdad, estoy hecho un gran desastre sin ti. -dijo apenado- de verdad.
Agaché la cabeza y él la volvió a alzar.
-Ángel: Mírame a los ojos y dime que no me quieres y te dejaré en paz.
Volví a agachar la cabeza y comencé a llorar.
-Ángel: No no llores, por favor.
Me cogió de la barbilla y me dio uno de sus besos largos que tanto había echado de menos.

Narra Pablo

Los nervios se apoderaban de mi, sin dejar atrás los celos que me comían por dentro.
-Laura: Se están besando. -dijo ilusionada- se ve desde la cristalera
-Pablo: ¿QUIÉN? -pregunté preocupado-

-Aida: Quién va a ser, Lucía y su ex o bueno su novio. -rió-
Pude ver con mis ojos que era cierto lo que ellas decían.
-Sergio: ¿Ese es su ex novio? bien, no me entero de los cotilleos de por aquí, eh, gracias por contar conmigo. -rió-
Me levanté de la mesa enfadado y me fui del bar sin decir palabra alguna.
Pasé por al lado de ellos hasta llegar a mi coche.
-Lucía: Pablo... -dijo con un tono entristecido-
Subí a mi coche y sin pronunciar alguna palabra salí de allí lo antes posible.

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