Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

domingo, 19 de enero de 2014

Veinte.

Anteriormente.

Su mirada se clavó en la mía y sonrió. Yo rápidamente giré la cabeza muy nerviosa.
Escuchaba cómo se iba acercando, también escuchaba mi corazón acelerado.
Pablo sentado detrás de mi rodeo sus brazos por mi cintura y mis pelos se pusieron de punta.
-Pablo: ¿Dónde te habías metido? -dijo con una bonita sonrisa-
Me aparté y me senté a su lado, ya que me sentía algo incomoda por todo lo que había pasado.
-Lucía: Fui a...visitar a mi familia y...eso. -decía con los nervios recorriendo mi cuerpo-
El silencio invadía por momentos aquel lugar y Pablo se levantó de la arena y comenzó a marcharse de mi lado.
Me levanté con rapidez y le detuve.
-Lucía: Oye, deberíamos hablar. -dije algo seria mientras tragaba saliva-
Tan solo me miró y afirmó con la cabeza.

Narra Lucia

Las piernas comenzaban a temblar. No sabía cómo empezar a hablar por lo del tema de la otra noche, no sabía que hacer en esos momentos.
Un silencio nos rodeaba, tan solo escuchaba a las olas del mar, seguro que esas olas tendrían más valentía para hablar que yo.
-Pablo: Mejor me voy. -dijo algo serio y marchándose-
-Lucía: No Pablo, por favor. -le volví a coger del brazo-
-Pablo: Entonces hablemos ¿no? -siguió serio-
-Lucía: Lo de la otra noche fue extraño o sea...
-Pablo: ¿Extraño? -dijo confuso-
-Lucía: No extraño, si no que no sé bien lo que pasó, fue raro, no sé cómo pasó, fue muy rápido y...no sé, no se por que lo hice, no sé ni lo que digo, cuántos ''no sé'' he dicho ya.  -dije nerviosa y sin pensar que decía-
-Pablo: ¿Quieres decir que lo hiciste por hacer?
-Lucía: No no no, no quiero decir eso, no t...-me interrumpió-
-Pablo: Me siento estúpido...
-Lucía: Pablo, no, no quería decir eso, estoy algo nerviosa y no sé que digo, no sé cómo decirlo ens..-me volvió a interrumpir-
-Pablo: Si solo querías echar un polvo nocturno, piénsalo antes y no dejes a Ángel marcharse...-dijo enfadado y comenzando a andar- al final acabo yo siempre cómo el tonto engañado, jodido amor -murmuraba mientras seguía andando-
-Lucía: ¡Pablo, por favor espera, QUE NO QUERÍA DECIR ESO! -decía gritando mientras el seguía caminando-
Resoplé y me tiré en la arena mientras veía cómo Pablo se iba alejando más y más de mí.
Cómo siempre, tengo que estropearlo todo, tengo que ser siempre la de la mala suerte.
En estos momentos lo único que pensará el de mí, es que yo solo le utilicé para un polvo de noche cualquiera.
Mientras cogía arena y dejaba que se cayera de mi mano, un nudo en mi garganta comenzaba a formarse, un cosquilleo en la nariz aparecía y unas pocas lágrimas salían a pasear.
Un pitido de un coche sonaba detrás de mí, me giré rápidamente y pude observar que era el coche de mi hermano.
Me levanté y fui hacia él.
-Lucía: ¿Cómo has sabido que estaba aquí? -pregunté extrañada-
-Borja: Antes de que Pablo entrara en su casa le he preguntado si sabía donde podías estar y me dijo que en la playa y bueno, veo que a acertado. -rió-
-Lucía: Sí...-sonreí falsamente-
-Borja: ¿Estabas llorando? -dijo observando atentamente mi cara-
-Lucía: ¿Yo? -comencé a llorar más- YO NO ESTABA LLORANDO.
-Borja: Eh, eh, eh, tranquila -paró el coche y me abrazó- ¿Qué ocurre?
-Lucía: Pablodnfjdfn y yotkgpd ladsf otewq nochdse hicimsoids eldsfss amormfdfdd ynjfk..-me interrumpió-
-Borja: Ya me lo cuentas cuando te tranquilices que ahora no te entiendo hija mía. -reía mientras me secaba las lágrimas-

Cuatro días después.

-Lucía y Laura: ¡CUMPLEAÑOS FELIZ CUMPLEAÑOS FELIZ TE DESEAMOS AIDA, CUMPLEAÑOS FELIZ! -cantábamos fuera de su gigantesca casa-
Ella asomada en su balcón nos aplaudía.
-Aida: Roberto, deja pasar a mis amigas. -le decía a el vigilante de la puerta-
Nos adentramos en su casa y subimos dos pisos para llegar hasta su habitación.
-Lucía: Felicidades mi vida -le decía mientras nos abrazamos-
-Aida: Gracias a las dos por venir, pero lo bueno es esta noche. -rió-
-Laura: Party hard, party hard -reía-
-Aida: Mi casa para montar fiestas es un lujado -rió- Vendrán más de 100 personas y vendrán chicos modelos de mi compañía -subía una ceja-
-Laura: ¿Se puede saber de donde has sacado tu más de 100 personas? -preguntaba extrañada-
-Aida: La clave esta en Pablo. Pablo Alborán va a cantar algunos temas y claro, la gente viene sí o sí. -rió-
-Laura: Chica lista oye. -reía- Esta noche va a ser genial. -abrazaba a Aida-
Yo tan callada cómo siempre, pensaba en esta noche, en que veré a Pablo y volvemos a las mismas: ¿Cómo hago para hablar con él? Tras cuatro días que han pasado y me a ignorado completamente, yo no puedo seguir así, necesito decirle todo lo que siento cuando veo su preciosa sonrisa, todo lo que siento cuando él esta cerca, todo lo que sentí aquella noche de su piel contra la mía, de sus labios junto los míos y de sus continuas caricias.
-Aida: Te veo pensativa Lucía ¿Hablaste ayer al final con Pablo cómo me prometiste?
-Lucía: Ayer no le vi pasar por el jardín ni nada, se ve que no salió de casa. -bajé la cabeza-
-Laura: Existen timbres...
-Lucía: Lo sé pero...-Aida me interrumpió-
-Aida: Bueno, pues esta noche hablas con él y ya esta, pero de esta noche no pasa, que no quiero verte así. -me decía mientras agarraba mis mejillas y las estiraba- esta noche a ponerse guapa y a disfrutar, va. -me sonreía felizmente-
-Lucía: Tengo la sensación que siempre estoy de fiesta en estas vacaciones -reí-
-Laura: La última fiesta fue hace ocho días en tu casa, asi que calla y disfruta -reía-

Narra Pablo

Constante tortura mental llevo estos cuatro días desde que me fui sin más de aquella playa en donde abandoné a Lucía y me largué.
Nunca habría pensado que aquella noche de ''pasión'' (por decirlo finamente) había sido todo una mentira. Por unos instantes pensé que era especial tenerle así conmigo y que ella sentía lo mismo que yo.
Cómo de costumbre, me siento engañado y un idiota, pero que puedo esperar de algunas chicas de hoy en día, que solo ven que eres una cara conocida y se lanzan a por ti cómo si de una joya se tratase.

Por la noche.
Narra Lucía

La gente ya había llegado y yo estaba arreglándome aun en la habitación de Aida, que era cómo mi habitación pero seis veces más grande.
Laura comenzaba a maquillarme, ya que ella es maquilladora de las modelos de la compañía de Aida y por eso se conocieron.
Me puse los tacones negros y un vestido de palabra de honor corto y azul celeste. La verdad, el vestido era de los más bonitos que había visto.
-Laura: Los vestidos que tiene Aida te quedan genial, tendrías que pedirle más -reía-
-Lucía: Wow -me quedé asombrada al verme en el espejo- no me creo que sea yo.
Bajé con Laura a la fiesta y ya habían por lo menos más de cincuenta personas en toda la planta baja.
Aida comenzaba a presentarme a algunos chicos que me miraban de arriba a bajo.
Yo, tan solo sonreía falsamente y me hacía la educada, pero que en realidad si sigues mirándome así me tocará soltar unas cuantas hostias. Con respeto, claro.
Comenzó a llegar gente y más gente, hasta alboranistas que se habían colado y cómo no estaban apuntadas el de seguridad les sacó.
Miré hacia el escenario y ahí se encontraba Pablo, apunto de cantar alguna de sus canciones y yo, cómo una tonta, mirándole con los ojos más brillantes que podía tener.
Comenzó a cantar una canción llamada deshidratándome, que había escuchado alguna que otra vez en el disco de mi prima, ya que ella esta loca por él.
Comenzó a bailar y yo me derretía por dentro, las piernas me temblaban de verle bailar de esa forma tan graciosa y a la vez sexy.



Al terminar de cantar todas las canciones, mucha gente se sacó fotos con él y entre la multitud quise gritarle.
-Lucía: PABLO NECESITO HABLAR CONTIGO. -le decía gritando mientras el firmaba-
-Pablo: ¿Hablar? ¿De qué? -decía haciéndose el tonto-
-Lucía: Por favor...-le dije seria-
Él no me contestó, tan solo seguía firmando y haciéndose alguna que otra foto.

Salí fuera de la casa por al agobio.
Ni si quiera Pablo quería hablar conmigo, y me sentí completamente sola en la fiesta, ya que no conocía a nadie y Aida pasaba su cumpleaños con la demás gente.
Saqué mi cigarro semanal para quitarme esa ansiedad del cuerpo. Miraba la luna y me sentía demasiado identificada con ella.
Las dos estamos solas, sí, rodeadas de personas o de estrellas en su caso, pero solas.
Pablo salió por la puerta y se apoyó en el mismo coche en el que estaba apoyada yo.
-Pablo: Dime...que querías. -decía mientras miraba al cielo cómo yo-
Le miré a la cara y hice que me mirara él.

2 comentarios:

  1. oh dios que intrigaa *-* Lo amoo

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  2. madre mia que vien plasmas loa sentimientos de los personajes . Me encanta. *_*

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