Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

jueves, 30 de enero de 2014

Veinticuatro.

Anteriormente.
De pronto giré la mirada y vi a mi sobrina Paula plantada en el borde del jardín mirándonos. Con los manguitos puestos y el bañador.
-Paula: Hola tio Pa. -dijo con su voz dulce-
Yo, aun asustado por esa aparición, me acerqué al borde de la piscina.
-Pablo: Dime pequeñaja -dije con una bonita sonrisa- ¿No deberías estar dentro?
-Paula: Me ha dicho mamá que puedo bañarme un rato contigo si tu me dejas -sonrió-
Miré a Lucía y ella afirmó con la cabeza.
Cogí a mi sobrina y le adentré en el agua.
-Paula: Hola, soy Paula, pero me puedes llamar Pau o Paulita, pero no pequeñaja, que eso me lo llama mi tito Pa -le decía a Lucía dulcemente-
-Lucía: Hola Paulita, yo soy Lucía, pero me puedes llamar Lú. -sonrió-
-Paula: ¿Puedo llamarte Lulú? `
-Lucía: Vaya...pero si has salido clavada a tu tío -reía mientras me miraba sonriente-
La niña comenzaba ha nadar con sus manguitos y comencé a jugar con ella.
-Paula: ¿Sois amigos o novios de esos de besitos en la boca? -dijo de la nada-
El silencio invadió el jardín.
-Paula: Lulú, por que no contestas, jo. -decía haciendo pucheros-
-Lucía: Estoy esperando a que conteste tu tío...

Narra Lucía

Notaba el nerviosismo de Pablo y no iba a tardar en escuchar sus pulsaciones.
Le miraba algo sería, esperando una respuesta coherente para salir de la duda. Quiero saber si somos algo o tan solo amigos, pero quiero quitarme este caos que llevo en la cabeza de tanto lío.
-Paula: Eh, tio Pa ¿estás bien? -le decía la niña algo preocupada-
-Pablo: Si sí, estoy bien, pero será mejor que salgas y que entres ya para casa -decía aun con los nervios recorriendo por su cuerpo-
-Paula: ¡Pero contesta! -insistió la pequeña-
-Pablo: ¡Tira pa' dentro pequeñaja! -decía mientras le sacaba de la piscina y le ponía una toalla-
-Paula: Pero tio Pa...-decía entristecida-
-Pablo: Ya es tarde, va va va. -le decía mientras le daba pequeñas palmadas en el trasero para que entrara en casa-
Y empezamos de nuevo con las dudas. El señorito Alborán no a respondido la pregunta de su sobrina y ahora yo sigo con la misma ruina en mi cabeza.
Salí de la piscina y me senté en el borde de ella mientras mojaba mis pies y jugaba con ellos.
Pablo me colocó una toalla mientras me abrazaba de rodillas por detrás.
-Pablo: Aaaaaaaaaaaaay Lulú. -decía dulcemente-
-Lucía: Ya estamos con el Lulú -decía con una pequeña sonrisa mientras miraba mis pies que estaban debajo del agua-
Nos quedamos en un largo silencio y solo podía escuchar a los grillos disfrutando de esta preciosa noche debajo de la luna llena.
-Lucía: Oye tu sobrina antes...la pregunta...-me interrumpió-
-Pablo: ¡Sabía que ibas a sacar el tema! -alzó la voz-
-Lucía: ¿Y que pasa que lo saque? -pregunté algo confusa- ¿Es que no quieres responder a la pregunta o qué? Me merezco una respuesta.
-Pablo: No sé...-dijo muy serio-
Me levanté del borde de la piscina y dejé la toalla encima de la hamaca.
Salté los arbustos que llevaban hasta mi jardín y cogí mis llaves.
-Pablo: Lucía, espera...-decía siguiéndome-
Me cogió del brazo y me atrajo hasta él.
-Lucía: Suéltame...
-Pablo: Lucía, en serio, espera...
-Lucía: ¡Estoy harta de que cuándo quiera saber respuestas lo único que me causes son más dudas! -decía alzando la voz-
La vecina de al lado nos mandó callar y le saqué el dedo.
-Lucía: Parece que lo único que interese son las noches de sexo y te equivocas de persona si eso es lo que quieres -dije seria-
-Pablo: Lucía creo que estas cogiendo una imagen de mí que no es...
-Lucía: Si tanto dices que me equivoco, entonces dame una respuesta...¡¡DIME!! -grité-
Se quedó completamente callado, tan solo me miraba a los ojos muy serio y con la mirada muy nerviosa.
-Lucía: Buenas noches Pablo...-me di media vuelta para entrar en mi casa-
-Pablo: Tengo miedo a acabar de nuevo mal por las manos negras del amor...
Me quedé quieta de espaldas a él, atenta a lo que que quería decir.
-Pablo: Eres especial, lo supe desde los primeros días que te fui conociendo...tu forma de ser con la gente, ese carácter, esa sonrisa, esa forma de tocar las puntas de tu pelo marrón caoba mientras me hablas...no sé, todo. Sinceramente pierdo los sentidos contigo, sabes. Tan solo quería estar seguro del paso que iba a dar, pero cuando te tengo cerca, se me olvidan esas consecuencias y llegan esas ganas inmensas de saber que eres mía. ¿Quieres que te responda a la pregunta de mi sobrina?...pues verás, no quiero ser tu novio...
El mundo se me cayó encima al escuchar las últimas palabras y abrí la puerta de mi casa.
Él me cogió despacio mi mano y me giré para mirarle.
-Pablo: Verás, la palabra novio queda muy tonta. Déjame ser esa persona que te haga sonreír día sí y día también, déjame ser esa persona que te robe besos todas las mañanas y te cante canciones al oído mientras me susurras algún que otro ''te quiero'' ¿Es bonito el plan, no? -sonrió-
Mis ojos comenzaron a humedecerse al escuchar esas palabras que salían de su propia boca.
Me estaba proponiendo ser su ''novia'' aun que sí que es verdad que esa palabra es muy tonta.
-Pablo: Y dime ¿Te propones a compartir el resto de tus días conmigo? -dijo con una sonrisa vergonzosa-
Tan solo le miré y una sonrisa vergonzosa salió de mí.
-Lucía: Ven aquí tonto...
Le cogí de la parte trasera del cuello y le robé un bonito beso.
Él me cogió en brazos y seguía besándome mientras me robaba pequeños besos.
Me tiró al césped y se colocó encima de mí y seguía besándome mientras reía.
-Paula: ¿Entonces novios de esos que se dan besitos asquerosos no? -decía la pequeña asomada en la ventana de la habitación de su madre-
-Pablo: ¡¡Tira a dormir o se lo digo a mamá!! -dijo riéndose-
La niña se metió rápidamente para adentro con mucho miedo.
Pablo me volvió a mirar y soltó una pequeña carcajada mientras me seguía besando.
-Sam: Ola k ase -dijo mi tía desde la ventana-
-Lucía: ¡¡SAM!! -grité-
-Sam: Ola k ase zois novioh o k ase?
-Lucía: Adiós Sam adiós...
Pablo se reía y seguía robándome más y más besos.
-Pablo: Ves la luna ¿no? Dicen que su sonrisa es la más bonita que puede existir...
-Lucía: Que quieres decir con eso...
-Pablo: No creo en ese dicho, creo que la luna tiene muchos motivos para envidiar tu sonrisa. -sonrió-


___________
Al día siguiente

-Sam: ¡¡TU MADRE AL TELÉFONO!! -gritaba desde la planta de abajo-
Alargué la mano y cogí el teléfono que había en mi mesa de noche.
-Lucía: Dime...-decía con los ojos medio cerrados-
-Irene: Mi boda es dentro de dos semanas y ya te he comprado un precioso vestido azul...¡¡Ay, QUE GANAS DE VERTE CON ÉL!!
-Lucía: Mamá ¿Qué no entiendes de que no voy a ir? -dije medio dormida-
-Irene: Venga...que no he contratado fotógrafo por que quería que tu hicieras las fotos...
-Lucía: ¿Para eso me quieres, no? ¿Para hacer tus dichosas fotos?
-Irene: Mira Lucía...soy tu madre y va a ser un día muy especial para mí. Sí, he sido un poco cabrona, por decirlo así, pero nada me haría más feliz que mis niños vinieran a mi boda, Borja y tú. Hazlo por mí, por favor. -decía con la voz entristecida-
Me lo pensé varios segundos.
-Lucía: Esta bien...
-Irene: ¡¡GENIAL!! Y trate a algún chabalín de acompañante, eh. -colgó el teléfono-
Esta se cree que somos estadounidenses y colgamos sin decir adiós o que.

-Sam: ¡¡AIDA Y LAURA ESTÁN ESPERANDOTE FUERA YA!! -gritaba desde la planta de abajo-
Bajé rápidamente y mi tía se me quedó mirando de arriba a bajo.
-Sam: ¿Hubo triski wiski con el Alborán?
-Lucía: Sam...¿Cuándo callarás?
-Sam: No perderé la esperanza...si tu puedes estar con Alborán yo podré estar con Dalma...todo es posible...¡todo es posible si piensas en positivo!
-Lucía: Adiós Sam hablamos luego..
-Sam: ¡¡TODO ES POSIBLE!! ¡¡SERGIO ESPÉRAME!!
Cada día se le va más la cabeza a esta mujer....

lunes, 27 de enero de 2014

Veintitrés.

Anteriormente.
Con una bonita chica al lado mía y con un día radiante, buena vida.
A lo lejos pude ver tres conocidos fotógrafos de revistas del corazón.
-Pablo: ¡Agáchate! -le grité a Lucía-
-Lucía: ¿Se puede saber que pasa? -preguntó extrañada-
-Pablo: ¡AGÁCHATE!

Narra Lucía

Comencé a ponerme nerviosa. No entendí el por qué Pablo quería que me agachase, así de repente. 
-Lucía: ¿Puedo levantarme ya? -pregunté extrañada-
-Pablo: Un momento...tan solo un momento. -dijo preocupado-
Me levanté para acabar con la tontería.
-Pablo: ¡Baja la cabeza! ¡No quiero que te vean! -gritó y me agachó-
-Lucía: ¿Te vergüenzas de mí? -pregunté algo enfadada-
-Pablo: ¡No! ¡No es eso! 
-Lucía: Pues entonces salgo. 
Seguí caminando cómo ya lo hacía antes y Pablo vino detrás de mí muy preocupado.
Caminaba al mismo ritmo que yo pero a una gran distancia.
-Lucía: ¿Se puede saber que narices pasa? -volví a preguntar enfadada-
-Pablo: Sigue andando, te espero en la esquina de allá. -seguía con sus nervios-
Me di media vuelta y no seguí el mismo camino.
-Pablo: ¡Hey! ¡ESPERA LUCÍA! -gritó detrás de mí-
Me giré y me crucé de brazos esperando alguna explicación.
-Pablo: Hazme caso por favor y ahora te lo explico todo. -me dijo a distancia-
Resoplé y acepté. Seguí caminando hasta esa esquina que él me había indicado.
Le esperé y él llegó segundos después.
-Lucía: ¿Y bien? ¿Me piensas explicar por que he tenido que hacer esta tontería? -decía cruzada de brazos-
-Pablo: Habían tres fotógrafos a los que ya conozco de siempre, son de por aquí e intentan pillar a algún famoso para las revistas del corazón cómo las que se conocen por la tal Belén Esteban y demás.
-Lucía: No entiendo...
-Pablo: Que no quería que te vieran, más claro.
-Lucía: ¿Te vergüenzas?
-Pablo: ¿QUÉ? ¿PERO QUE DICES? -dijo alzando la voz-
-Lucía: No sé...-bajé la cabeza-
-Pablo: Hey...-me volvió a levantar la cabeza e hizo que le mirara a los ojos- cómo me voy avergonzar de ti, so tonta. -dijo con una sonrisa-
Tan bonita era su sonrisa que no tardó en contagiármela y en crear un nuevo circulo con buen ambiente.
-Pablo: Olvidemos esto y sigamos paseando cómo antes, que se estaba bien cómodo. -sonrió-
Afirmé con la cabeza y seguimos el camino que estábamos tomando anteriormente.
____________

Por la tarde.

Entré dentro de mi casa y mi tía me miró de arriba a bajo con la escoba en la mano de haber estado barriendo.
-Sam: ¿Qué tal con el Alborán? -me decía con un tono pícaro-
-Lucía: Bien, todo bien. -sonreí y comencé a subir las escaleras-
-Sam: Baja, baja, baja, ven pa'ca moza. -decía mientras subía una ceja-
-Lucía: Que quieres tía pesada. -dije mientras volvía a bajar-
-Sam: Ese ''Todo bien'' no me a convencido. -volvió a subir una ceja-
-Lucía: Pero si esta todo bien...-volví a marcharme-
-Sam: Vamos que no sabes si sois novios, amigos, follamig...-le interrumpí-
-Lucía: ¡PERO COMO COÑO LO HACES QUE SIEMPRE ACIERTAS! -grité-
-Sam: Creo que debería dedicarme a algo sobre brujería no sé...¿Y SI DIOS ME HA DADO EL DON Y YO ESTOY HACIENDO UNOS MALDITOS PASTELES? -se sorprendía a sí misma-
-Lucía: Sam...déjalo. -reí-
-Sam: Ahora en serio...debería planteármelo, eh, sería tan
-Lucía: Sam...
-Sam: Sería tan guay, tan original mi trabajo, ayudaría a la...-le interrumpí-
-Lucía: SAM, ¡AQUÍ HAY ALGUIEN QUE NECESITA AYUDA! -dije gritando-
-Sam: Ah, sí, dime, que que pasa con Pablo. -se puso sería al momento-
-Lucía: ¡No sé si somos amigos o novios, o follamigos o lo que sea! -empecé a ponerme nerviosa-
-Sam: Ayer estabais fo...
-Lucía: QUE SÍ, pero hay veces que los amigos, pues...eso.
-Sam: Follan Lucía se dice follan del verbo follar. -añadió-
-Lucía: Gracias Sam, no lo sabía, soy demasiado tonta cómo para saberlo. -dije subiendo una ceja-
-Sam: Haber...¿Te a besado todo este tiempo que habéis estado fuera?
-Lucía: No. -agaché la cabeza-
-Sam: UH, entonces ese chico solo quiere lo que quiere uuuuuuuuuh. -empezaba a moverse de un lado a otro-
-Lucía: ¡QUE DICES, QUE DICES!.................¿tú crees? -pregunté preocupada-
-Sam: Si ni si quiera te a besado después de haber hecho eso que hizo que durmiera poco..-le interrumpí-
-Lucía: Follado Sam se dice follado del verbo follar -añadí-
-Sam: Vete a la mierda -subió una ceja- ahora en serio, yo de ti hablaría con él.
-Lucía: ¡Pero no creo que me quiera solo por eso! ayer me declaré y él me siguió...y claro...
-Sam: ¡QUE VIENE TU HERMANO, DISIMULA!
Mi tía se tiró al suelo y empezó a hacer pesas con la escoba en la mano.
-Borja: Esta familia cada vez me asusta más. -dijo mientras salia por la puerta de la calle-
-Lucía: Ya se a ido...
-Sam: Por poco nos pilla en plena conversación de Pablo...-decía mientras se levantaba del suelo-
_______________________________

Narra Pablo

Sentado en el sofá de mi salón observaba cómo mi sobrina construía un castillo con algunas de las piezas de construcción para niños que tenía tiradas por su habitación.
Sonreía continuamente al verla y pensaba en que algún día, supongo que lejano, yo tendré una familia y seré padre, un gran padre.
Mi hermana se sentó al lado de mí y me cogió de la mano.
-Casilda: ¿Qué tal con Lucía? -preguntó sonriente-
-Pablo: Bien..bien...-dije no convencido-
-Casilda: Pero...¿Hay relación o no hay relación? -preguntó extrañada-
-Pablo: Ni idea. -reí por no agachar la cabeza-
-Casilda: Ayer dormiste en su casa...no me jodas.
-Pablo: Ya pero...-comencé a rascarme la cabeza nervioso-
-Casilda: Ni si quiera habéis hablado de todo y no sabes si estas con ella o no ¿Me equivoco?
-Pablo: No no te equivocas. -añadí-
Mi hermana se levantó y se cruzó de brazos.
-Casilda: Esta noche habla con ella, anda. -rió-
-Pablo: Cómo usted mande mi capitán. -reí-

___________________
Por la noche.

Salí con el bañador y una toalla puesta en mi cuello.
A la luz de la luna, pero con ese calor malagueño, me tiré a la piscina.
-Lucía: Que agusto se esta, eh. -me decía desde el balcón de su habitación-
Me giré rápidamente y me apoyé en el bordillo de la piscina. Le miré y le sonreí.
-Pablo: ¿No tienes envidia? -reí-
-Lucía: Un poco sí -rió- pero claro, a estas horas, sola, comiendome los mosquitos...cómo que no, eh. -rió-
-Pablo: Esta piscina es demasiado grande para dos personas y tranquila que te defenderé de esos mosquitos. -reí-
-Lucía: Ahora bajo anda. -sonrió-
Mi sonrisa permanecía aun que ella ya se había adentrado en su habitación para cambiarse.
Salió por la puerta y saltó los arbustos que separan nuestros jardines.
-Lucía: No entiendo el por que de esos arbustos si con levantar la pierna ya estoy en tu jardín.
-Pablo: Tonterías de los que construyeron esto. -reí-
Ella se sentó en el borde de la piscina y puso poco a poco su pie en el agua.
-Lucía: QUE FRÍA, ME VOY A MORIR AHÍ DENTRO. -separó su pié rápidamente del agua y se levantó-
Salí fuera de la piscina y le cogí en brazos mientras me reía.
-Lucía: Ni se te ocurra, espero que no se te este pasando por la cabeza lo que yo creo. -decía nerviosa-
-Pablo: Oh, sí...-reí-
-Lucía: No no no no. -se agarró fuerte a mí-
Le dejé de pié en el suelo y me alejé de ella disimulando.
-Lucía: Ya pensaba que me ibas a..
Le interrumpí volviéndole a coger y tirándome con ella a la piscina.
Salió de debajo del agua y me miró con cara de asesina.
-Lucía: Eres tonto...-rió-
Le cogí de la cintura y le pegue su cuerpo junto al mio.
De pronto giré la mirada y vi a mi sobrina Paula plantada en el borde del jardín mirándonos. Con los manguitos puestos y el bañador.
-Paula: Hola tio Pa. -dijo con su voz dulce-
Yo, aun asustado por esa aparición, me acerqué al borde de la piscina.
-Pablo: Dime pequeñaja -dije con una bonita sonrisa- ¿No deberías estar dentro?
-Paula: Me ha dicho mamá que puedo bañarme un rato contigo si tu me dejas -sonrió-
Miré a Lucía y ella afirmó con la cabeza.
Cogí a mi sobrina y le adentré en el agua.
-Paula: Hola, soy Paula, pero me puedes llamar Pau o Paulita, pero no pequeñaja, que eso me lo llama mi tito Pa -le decía a Lucía dulcemente-
-Lucía: Hola Paulita, yo soy Lucía, pero me puedes llamar Lú. -sonrió-
-Paula: ¿Puedo llamarte Lulú? `
-Lucía: Vaya...pero si has salido clavada a tu tío -reía mientras me miraba sonriente-
La niña comenzaba ha nadar con sus manguitos y comencé a jugar con ella.
-Paula: ¿Sois amigos o novios de esos de besitos en la boca? -dijo de la nada-
El silencio invadió el jardín.
-Paula: Lulú, por que no contestas, jo. -decía haciendo pucheros-
-Lucía: Estoy esperando a que conteste tu tío...

jueves, 23 de enero de 2014

Veintidos.

Anteriormente.
De repente me cogió en brazos y subió las escaleras que llevaban hasta las habitaciones de la planta de arriba. Mientras subíamos se reía y yo gritaba cómo una tonta.
Me dejó de pie en la cama, me arrodillé y le cogí de la corbata hasta atraerle y dejarle encima de mí.
Me di la vuelta y esta vez quedé yo encima de él.
Posó sus manos en mi cintura, las subió hasta mi espalda y poco a poco fue desabrochando la cremallera del vestido azul que llevaba puesto esa noche. Fue quitándomelo lentamente.
-Lucía: Esta vez no lo tires al suelo, es de Aida. -reí-
Mientras le seguía besando su cálido cuello, estiró la mano y lo dejó encima de la silla que había al lado de mi cama.
Bajé mis manos y desabroché su cinturón mientras él acariciaba lentamente mi espalda con la punta de sus dedos mojados a causa de la lluvia.
Tras quedar sin ninguna prenda, tan solo los boxers y yo mi ropa interior, se sentó en la cama he hizo que me sentara encima de él, eso sí, siguiendo sus besos.
-Sam: Buenas noches -decía mientras cerraba la puerta de mi habitación con una sonrisa-
Pablo y yo nos quedamos mirando la puerta algo sorprendidos.
-Pablo: Con que no había nadie, eh. -me miró avergonzado y a la vez riéndose-
-Sam: ¡Y no gritéis ni nada que mañana madrugo! -gritó desde su habitación- ¡Y USAR PROTECCIÓN! -añadió-
Pablo me miró y no pude resistir el reírme.
Me levanté de la cama, puse el pestillo y rápidamente volví a tirarme encima de él.
Agarró mi trasero mientras sus besos hacían que mi temperatura corporal aumentase.

Narra Lucía

Sus manos seguían acariciando mis piernas a la vez que besaba su pecho descubierto.
Una mano en mi cintura y la otra en mi pierna, haciendo que pequeños escalofríos pasasen por mi cuerpo al notar su piel contra la mía.
Me cogió y me tumbó sobre la cama mientras que el se colocaba de nuevo encima de mí con una sonrisa.
-Pablo: Éxtasis...-cantó riendo-
Solté una pequeña carcajada a la vez que besaba su labio inferior acabando en un pequeño mordisco.
Bajó su mano lentamente y la pasó por debajo de mi ropa interior. Solté un pequeño suspiro y el se mordía el labio de una forma provocativa.
Nos metimos debajo de mis sábanas azules y él se deshizo a la vez de mi ropa interior y yo, imitandole, le quité la suya.
-Lucía: Tómame de los pies a la cabeza...-canté a la vez que reía-
-Pablo: Ssssssh...-me decía callándome con un beso-
Notar su barriga junto a la mia, sus manos posadas en mi cuerpo, sus labios en los míos, notar su piel en sí, hacía que mi mundo doliera un poco menos.
-Lucía: Hazme tuya -reí-
-Pablo: Eso suena muy provocativo -rió-
-Lucía: ¿Y que pasa? -pregunté riéndome-
-Pablo: Nada -sonrió- me gusta -se mordió el labio-
-Lucía: Pues a que esperas. -reí mientras subía una ceja de forma pícara-
Me cogió y me atrajo mucho más hacía el.
-Lucía: Segundo cajón, al final del todo...-añadí-
-Pablo: Ya entiendo. -rió-
-Lucía: Que no se te olvide nunca. -reí-

Tras colocarse el preservativo, subió una ceja y ahora sí que sí me atrajo más hasta él e hizo que de mí saliera suspiros y más suspiros.

-Que bonita mi cama, haciendo que compartamos algo más que besos, sonrisas y pensamientos cuando antes solo conocía la soledad. Pero para bonita ya esta la risa que beso debajo de las sabanas, eso sí es realmente bonito-
_________________
Por la mañana
Narra Pablo

Me desperté a causa de la luz que entraba por el balcón de Lucía. Poco a poco fui abriendo los ojos y un gran bostezo salió de mi boca.
Movía mi brazo para poder coger a Lucía del otro lado de la cama pero no se encontraba nadie.
Me rasqué los ojos y otro bostezo salió de mí, levanté mi torso pero sin salir de la cama, ahí pude observar a Lucía con el bloc de dibujo sentada de piernas cruzadas en el borde de la cama y mirándome con una bonita sonrisa.
-Lucía: Buenos días. -dijo junto a una sonrisa-
Tan solo sonreí, cerré los ojos y tiré mi cuerpo de nuevo en la cama.
-Pablo: aaag ¿Qué hora es? estoy muerto de cansancio -dije bostezando de nuevo-
-Lucía: Las once y media de la mañana, pero puedes seguir durmiendo si quieres -sonrió-
-Pablo: La vida son dos días y no me puedo pasar uno y medio durmiendo -reí-
No sabía si había empezado una nueva vida junto a Lucía o vuelve a ser un polvo de noche. Espero que la primera opción.
Ella se levantó, cogió mi ropa de la silla y la tiró hacía mi haciendo que cayese en mi cabeza.
-Lucía: Ale, vístete -reía-
Sonreí cómo si fuera un crío pequeño y comencé a vestirme.
Me coloqué los boxers y Lucía se tiró encima de la cama y comenzó a oler la almohada.
-Lucía: Usas Cool Water -añadió-
-Pablo: ¿Cómo lo has sabido? -pregunté sorprendido-
-Lucía: Mi padre usa la misma colonia, o usaba, ya ni lo sé -dijo algo apenada-
-Pablo: ¿Dónde esta tu padre? -pregunté extrañado-
-Lucía: Con sus otros hijos en Málaga capital -decía mientras rodaba por la cama-
Le detuve e hice que dejara de hacer esa especie de croqueta por encima de la cama.
-Lucía: Anda sigue vistiéndote -rió-
-Pablo: ¿Y si no quiero? -reí-
-Lucía: Solo en boxers provocas. -sonrió avergonzada-
Me tiré sobre ella y comenzó a gritar. Le toqué el costado y comenzó a reirse a carcajada limpia.
-Pablo: Ay que tiene cosquillas la señorita De La Torre -reí-
-Lucía: ¡PARAAAAAAAAAA POR FAVOOOOOOOOR! -gritaba a la vez que reía-
Ella debajo de mi y yo cómo un tonto comencé a hacer flexiones. Cada vez que bajaba le regalaba un beso y su risa entre besos era de lo mejor que había probado.
-Pablo: ¿Hay alguien en tu casa? -pregunté extrañado-
-Lucía: Se han ido a la pastelería -sonrió-
-Pablo: Entonces puedo quedarme en boxers -reí-
-Lucía: Cómo usted quiera, señorito Alborán. -sonrió-
Me tumbe sobre la cama y coloqué la almohada sobre mi cabeza mientras olía el perfume de Lucía incrustado en ella.
Ella bajó a el piso de abajo, me coloqué unos pantalones y le seguí.
-Lucía: ¿Quieres algo de desayunar? -preguntó sonriente-
-Pablo: Solo si tu tomas. -sonreí-
-Lucía: Yo ya he desayunado -decía mientras sacaba cereales de chocolate-
Los colocó en un bol y lo lleno de leche.
-Pablo: Mira, no se cómo lo haces pero me conoces demasiado cómo para saber que mi desayuno favorito son los cereales de chocolate -dije cogiendo con ansia el bol-
Mientras comía, ella se me quedaba mirando con una sonrisa y no pude evitar reírme.
-Pablo: ¿Qué? -pregunté sonriente-
-Lucía: Nada nada. -dijo avergonzada-
-Pablo: Voy a vestirme y nos vamos. -dije levantándome de la silla-
-Lucía: ¿A donde? -preguntó entusiasmada-
-Pablo: Damos una vuelta y luego te invito a comer por ahí -sonreí-
Ella aceptó con una gran sonrisa.

Al cabo de una hora, ya estábamos paseando por las calles de este precioso lugar.

Con una bonita chica al lado mía y con un día radiante, buena vida.
A lo lejos pude ver tres conocidos fotógrafos de revistas del corazón.
-Pablo: ¡Agáchate! -le grité a Lucía-
-Lucía: ¿Se puede saber que pasa? -preguntó extrañada-
-Pablo: ¡AGÁCHATE!


martes, 21 de enero de 2014

Veintiuno.

Anteriormente
Salí fuera de la casa por al agobio.
Ni si quiera Pablo quería hablar conmigo, y me sentí completamente sola en la fiesta, ya que no conocía a nadie y Aida pasaba su cumpleaños con la demás gente.
Saqué mi cigarro semanal para quitarme esa ansiedad del cuerpo. Miraba la luna y me sentía demasiado identificada con ella.
Las dos estamos solas, sí, rodeadas de personas o de estrellas en su caso, pero solas.
Pablo salió por la puerta y se apoyó en el mismo coche en el que estaba apoyada yo.
-Pablo: Dime...que querías. -decía mientras miraba al cielo cómo yo-
Le miré a la cara y hice que me mirara él.

Narra Lucía

-Lucía: Ya no sé que hacer para contenerme, simplemente me gustaría soltarlo todo con facilidad y gritarle al mundo todo lo que me he callado. -decía mientras los nervios recorrían por mi cuerpo-
Él, me miraba extrañado sin saber a lo que me refería.
-Lucía: Verás, ya estoy demasiado harta de esconder cada cosquilleo tonto que pasea dentro de mí cada vez que estas cerca.
-Pablo: No entiendo nad...-Aida nos interrumpió-
-Aida: ¡Chicos la tarta! -dijo sonriente-
Él me miró y subió una ceja.
-Pablo: Esta conversación no se queda aquí -decía mientras me sonreía- Me has dejado pensativo, de verdad...
-Lucía: Creo que no te lo he podido dejar más claro con lo último que he dicho. -dije en voz más baja-
-Pablo: No te he escuchado bien ¿Qué has dicho?
-Lucía: Ah, nada nada, luego hablamos. -intenté disimular-
Nos adentramos de nuevo en casa de Aida, donde había demasiada gente junta y rodeando el pequeño escenario donde se encontraba ella con su gran tarta rosa.
Todos le cantamos la típica canción de cumpleaños y ella con las mejillas coloradas, seguía la canción. Adoraba verle así, se había convertido en una persona muy importante en tan solo un mes y medio que llevo aquí. Empezamos con mal piel y acabamos cogidas de las manos.
Al terminar de cantar, cogió un micrófono y comenzó a decir algunas palabras emotivas para alguno de sus amigos.
De pronto dijo mi nombre y rápidamente alcé la mirada.
-Aida: Tú, Lucía...que decir de ti -sonreía de oreja a oreja- que al principio pensaba que eras la típica buenecita repelente que pasa de todo y de todos, pero veo que no es así, eh, tienes esa personalidad única que no la tiene cualquiera. Que solamente tú puedes conseguir lo que te propones, por que vales muchísimo Lú...¡QUE DIGO! Pero si tu no tienes precio. Eres una gran persona y espero que nunca te vayas de Benalmádena, por que la gente te quiere aquí, sobretodo yo -rió- Te quiero.
Con los ojos cristalinos fui apartando a la gente hasta llegar al escenario.
Subí encima y le dí un largo abrazo, con demasiado sentimiento.
-Lucía: Te quiero tonta. -decía mientras seguía abrazándole-

_____________________________

Al cabo de un rato, mis ganas de seguir con los tacones y en la fiesta estaban bajo tierra.
Busqué a mi hermano por cada rincón de la casa de Aida.
-Lucía: Borja, quiero irme. -dije con cara de cansada-
-Borja: ¿Piensas que soy tu chófer? -decía mientras cogía a una chica de la cintura-
-Lucía: Venga va por fa. -puse cara de pena-
-Borja: Estoy ocupado, déjame.
-Lucía: Oye -decía dirigiendome a esa chica pegada a mi hermano- yo de ti huiría, la última novia le dejó por que pilló hongos ahí abajo y aaaaaaahg, es asqueroso.
La chica miró a mi hermano, se separó de él y se marchó.
-Borja: ¡ESPERA! ¡ES MENTIRA! -le gritaba mientras ella se marchaba-
-Lucía: Ala, se a ido...que pena. Ya no estas ocupado, llévame. -decía arrastrándolo hacía la puerta-
-Borja: No me hace gracia, te has pasado, ahora te vas andando, que no esta tan lejos. -decía mientras se iba-
Resople mientras miraba hacia la puerta y no tenía otra opción de marcharme a casa andando, aun que solo fueran algunas calles cuesta arriba.
Me despedí de Laura y le dije que se despidiera de Aida de mi parte, ya que ella estaba ocupada con las demás personas.
Salí a la calle y comencé a andar, mirando a todos los lados, ya que eran las tres de la mañana y el miedo que tengo yo a andar por la calle a esas horas no me las quita nadie.
Me quité los tacones para andar por la calle y seguí el camino mucho mejor.
Comenzó a llover y empecé a pensar que estos días la vida no quería sonreírme para nada.
Con los tacones en la mano y la rebeca en la cabeza para no mojarme el pelo, continuaba andando.

Al llegar por fin, saqué las llaves para abrir la puerta del jardín.
-Pablo: ¿No es muy tarde para que andes sola por la calle? -decía mientras salia de su coche recién aparcado-

-Lucía: Mi hermano, que no se dignaba en traerme. -reí-
-Pablo: Tu y yo tenemos una conversación pendiente ¿no crees? Al menos me gustaría que me dijeses el por que jugaste conmigo de esa forma.
-Lucía: No jugué con nadie Pablo, yo sabía lo que hacía...
-Pablo: Lucía ya no sé, es que es imposible creerte después de esa conversación en la playa, es algo tan..-le interrumpí-
-Lucía: Creeme...no te estoy mintiendo de verdad...
-Pablo: ¡Te acostaste conmigo y luego en la playa me dijiste que no sabías por qué! Ahora no entiendo nada -dijo confuso-
-Lucía: JODER PABLO, NO QUERÍA DECIRLO ¿VALE? ME GUSTAS, ME GUSTAS DEMASIADO, YA NO SE CÓMO DECIRTE QUE TÚ Y ESOS LUNARES ME VUELVEN LOCA.  -gritaba mientras me sentía aliviada por soltarlo-
Pablo se quedó paralizado y sin saber que decir.
Mientras la lluvia seguía cayendo cada vez más, él seguía en silencio.
-Lucía: Pasó por qué pasó..-añadí para apartar ese silencio- yo no quería hacerlo a la fuerza ni nada por el estilo. Fue precioso y ya esta...me equivoqué en la playa, sí, la cagué demasiado, pero no tengo la culpa, son mis nervios...cada vez que estas cerca les da por actuar. La verdad, nunca pensé que terminaría enamorándome de una cara conocida en cualquier lado, pero eres tú y esa forma de ser conmigo que hizo que el mundo me doliera un poco menos y acabé siendo una loca enamorada más.

Mientras el pelo y la ropa de Pablo se mojaba bajo a la lluvia junto a la mía, él se quedaba sin decir palabra alguna, solo se escuchaba cómo las gotas caían con fuerza en el suelo y en los demás lugares.
Abrí la puerta del jardín y me adentré en él.
De pronto Pablo me cogió de la mano e hizo que me diera media vuelta.
Pegó mi cuerpo al suyo y junto sus labios con los míos.
Yo, algo asombrada, le seguí ese beso tan esperado por mi parte.
-Pablo: Te quiero, te quiero, te quiero -decía mientras me iba robando cortos besos en los labios-
Le cogí de la mano y mientras seguíamos besándonos íbamos caminando hasta mi casa.
Abrí la puerta y nos adentramos en ella.
-Pablo: ¿Hay alguien? -preguntó avergonzado-
-Lucía: No hay absolutamente nadie. -decía mientras le robaba besos por el cuello-
Subió una ceja y me miró muy pícaro.
De repente me cogió en brazos y subió las escaleras que llevaban hasta las habitaciones de la planta de arriba. Mientras subíamos se reía y yo gritaba cómo una tonta.
Me dejó de pie en la cama, me arrodillé y le cogí de la corbata hasta atraerle y dejarle encima de mí.
Me di la vuelta y esta vez quedé yo encima de él.
Posó sus manos en mi cintura, las subió hasta mi espalda y poco a poco fue desabrochando la cremallera del vestido azul que llevaba puesto esa noche. Fue quitándomelo lentamente.
-Lucía: Esta vez no lo tires al suelo, es de Aida. -reí-
Mientras le seguía besando su cálido cuello, estiró la mano y lo dejó encima de la silla que había al lado de mi cama.
Bajé mis manos y desabroché su cinturón mientras él acariciaba lentamente mi espalda con la punta de sus dedos mojados a causa de la lluvia.
Tras quedar sin ninguna prenda, tan solo los boxers y yo mi ropa interior, se sentó en la cama he hizo que me sentara encima de él, eso sí, siguiendo sus besos.
-Sam: Buenas noches -decía mientras cerraba la puerta de mi habitación con una sonrisa-
Pablo y yo nos quedamos mirando la puerta algo sorprendidos.
-Pablo: Con que no había nadie, eh. -me miró avergonzado y a la vez riéndose-
-Sam: ¡Y no griteis ni nada que mañana madrugo! -gritó desde su habitación- ¡Y USAR PROTECCIÓN! -añadió-
Pablo me miró y no pude resistir el reírme.
Me levanté de la cama, puse el pestillo y rápidamente volví a tirarme encima de él.
Agarró mi trasero mientras sus besos hacían que mi temperatura corporal aumentase.

domingo, 19 de enero de 2014

Veinte.

Anteriormente.

Su mirada se clavó en la mía y sonrió. Yo rápidamente giré la cabeza muy nerviosa.
Escuchaba cómo se iba acercando, también escuchaba mi corazón acelerado.
Pablo sentado detrás de mi rodeo sus brazos por mi cintura y mis pelos se pusieron de punta.
-Pablo: ¿Dónde te habías metido? -dijo con una bonita sonrisa-
Me aparté y me senté a su lado, ya que me sentía algo incomoda por todo lo que había pasado.
-Lucía: Fui a...visitar a mi familia y...eso. -decía con los nervios recorriendo mi cuerpo-
El silencio invadía por momentos aquel lugar y Pablo se levantó de la arena y comenzó a marcharse de mi lado.
Me levanté con rapidez y le detuve.
-Lucía: Oye, deberíamos hablar. -dije algo seria mientras tragaba saliva-
Tan solo me miró y afirmó con la cabeza.

Narra Lucia

Las piernas comenzaban a temblar. No sabía cómo empezar a hablar por lo del tema de la otra noche, no sabía que hacer en esos momentos.
Un silencio nos rodeaba, tan solo escuchaba a las olas del mar, seguro que esas olas tendrían más valentía para hablar que yo.
-Pablo: Mejor me voy. -dijo algo serio y marchándose-
-Lucía: No Pablo, por favor. -le volví a coger del brazo-
-Pablo: Entonces hablemos ¿no? -siguió serio-
-Lucía: Lo de la otra noche fue extraño o sea...
-Pablo: ¿Extraño? -dijo confuso-
-Lucía: No extraño, si no que no sé bien lo que pasó, fue raro, no sé cómo pasó, fue muy rápido y...no sé, no se por que lo hice, no sé ni lo que digo, cuántos ''no sé'' he dicho ya.  -dije nerviosa y sin pensar que decía-
-Pablo: ¿Quieres decir que lo hiciste por hacer?
-Lucía: No no no, no quiero decir eso, no t...-me interrumpió-
-Pablo: Me siento estúpido...
-Lucía: Pablo, no, no quería decir eso, estoy algo nerviosa y no sé que digo, no sé cómo decirlo ens..-me volvió a interrumpir-
-Pablo: Si solo querías echar un polvo nocturno, piénsalo antes y no dejes a Ángel marcharse...-dijo enfadado y comenzando a andar- al final acabo yo siempre cómo el tonto engañado, jodido amor -murmuraba mientras seguía andando-
-Lucía: ¡Pablo, por favor espera, QUE NO QUERÍA DECIR ESO! -decía gritando mientras el seguía caminando-
Resoplé y me tiré en la arena mientras veía cómo Pablo se iba alejando más y más de mí.
Cómo siempre, tengo que estropearlo todo, tengo que ser siempre la de la mala suerte.
En estos momentos lo único que pensará el de mí, es que yo solo le utilicé para un polvo de noche cualquiera.
Mientras cogía arena y dejaba que se cayera de mi mano, un nudo en mi garganta comenzaba a formarse, un cosquilleo en la nariz aparecía y unas pocas lágrimas salían a pasear.
Un pitido de un coche sonaba detrás de mí, me giré rápidamente y pude observar que era el coche de mi hermano.
Me levanté y fui hacia él.
-Lucía: ¿Cómo has sabido que estaba aquí? -pregunté extrañada-
-Borja: Antes de que Pablo entrara en su casa le he preguntado si sabía donde podías estar y me dijo que en la playa y bueno, veo que a acertado. -rió-
-Lucía: Sí...-sonreí falsamente-
-Borja: ¿Estabas llorando? -dijo observando atentamente mi cara-
-Lucía: ¿Yo? -comencé a llorar más- YO NO ESTABA LLORANDO.
-Borja: Eh, eh, eh, tranquila -paró el coche y me abrazó- ¿Qué ocurre?
-Lucía: Pablodnfjdfn y yotkgpd ladsf otewq nochdse hicimsoids eldsfss amormfdfdd ynjfk..-me interrumpió-
-Borja: Ya me lo cuentas cuando te tranquilices que ahora no te entiendo hija mía. -reía mientras me secaba las lágrimas-

Cuatro días después.

-Lucía y Laura: ¡CUMPLEAÑOS FELIZ CUMPLEAÑOS FELIZ TE DESEAMOS AIDA, CUMPLEAÑOS FELIZ! -cantábamos fuera de su gigantesca casa-
Ella asomada en su balcón nos aplaudía.
-Aida: Roberto, deja pasar a mis amigas. -le decía a el vigilante de la puerta-
Nos adentramos en su casa y subimos dos pisos para llegar hasta su habitación.
-Lucía: Felicidades mi vida -le decía mientras nos abrazamos-
-Aida: Gracias a las dos por venir, pero lo bueno es esta noche. -rió-
-Laura: Party hard, party hard -reía-
-Aida: Mi casa para montar fiestas es un lujado -rió- Vendrán más de 100 personas y vendrán chicos modelos de mi compañía -subía una ceja-
-Laura: ¿Se puede saber de donde has sacado tu más de 100 personas? -preguntaba extrañada-
-Aida: La clave esta en Pablo. Pablo Alborán va a cantar algunos temas y claro, la gente viene sí o sí. -rió-
-Laura: Chica lista oye. -reía- Esta noche va a ser genial. -abrazaba a Aida-
Yo tan callada cómo siempre, pensaba en esta noche, en que veré a Pablo y volvemos a las mismas: ¿Cómo hago para hablar con él? Tras cuatro días que han pasado y me a ignorado completamente, yo no puedo seguir así, necesito decirle todo lo que siento cuando veo su preciosa sonrisa, todo lo que siento cuando él esta cerca, todo lo que sentí aquella noche de su piel contra la mía, de sus labios junto los míos y de sus continuas caricias.
-Aida: Te veo pensativa Lucía ¿Hablaste ayer al final con Pablo cómo me prometiste?
-Lucía: Ayer no le vi pasar por el jardín ni nada, se ve que no salió de casa. -bajé la cabeza-
-Laura: Existen timbres...
-Lucía: Lo sé pero...-Aida me interrumpió-
-Aida: Bueno, pues esta noche hablas con él y ya esta, pero de esta noche no pasa, que no quiero verte así. -me decía mientras agarraba mis mejillas y las estiraba- esta noche a ponerse guapa y a disfrutar, va. -me sonreía felizmente-
-Lucía: Tengo la sensación que siempre estoy de fiesta en estas vacaciones -reí-
-Laura: La última fiesta fue hace ocho días en tu casa, asi que calla y disfruta -reía-

Narra Pablo

Constante tortura mental llevo estos cuatro días desde que me fui sin más de aquella playa en donde abandoné a Lucía y me largué.
Nunca habría pensado que aquella noche de ''pasión'' (por decirlo finamente) había sido todo una mentira. Por unos instantes pensé que era especial tenerle así conmigo y que ella sentía lo mismo que yo.
Cómo de costumbre, me siento engañado y un idiota, pero que puedo esperar de algunas chicas de hoy en día, que solo ven que eres una cara conocida y se lanzan a por ti cómo si de una joya se tratase.

Por la noche.
Narra Lucía

La gente ya había llegado y yo estaba arreglándome aun en la habitación de Aida, que era cómo mi habitación pero seis veces más grande.
Laura comenzaba a maquillarme, ya que ella es maquilladora de las modelos de la compañía de Aida y por eso se conocieron.
Me puse los tacones negros y un vestido de palabra de honor corto y azul celeste. La verdad, el vestido era de los más bonitos que había visto.
-Laura: Los vestidos que tiene Aida te quedan genial, tendrías que pedirle más -reía-
-Lucía: Wow -me quedé asombrada al verme en el espejo- no me creo que sea yo.
Bajé con Laura a la fiesta y ya habían por lo menos más de cincuenta personas en toda la planta baja.
Aida comenzaba a presentarme a algunos chicos que me miraban de arriba a bajo.
Yo, tan solo sonreía falsamente y me hacía la educada, pero que en realidad si sigues mirándome así me tocará soltar unas cuantas hostias. Con respeto, claro.
Comenzó a llegar gente y más gente, hasta alboranistas que se habían colado y cómo no estaban apuntadas el de seguridad les sacó.
Miré hacia el escenario y ahí se encontraba Pablo, apunto de cantar alguna de sus canciones y yo, cómo una tonta, mirándole con los ojos más brillantes que podía tener.
Comenzó a cantar una canción llamada deshidratándome, que había escuchado alguna que otra vez en el disco de mi prima, ya que ella esta loca por él.
Comenzó a bailar y yo me derretía por dentro, las piernas me temblaban de verle bailar de esa forma tan graciosa y a la vez sexy.



Al terminar de cantar todas las canciones, mucha gente se sacó fotos con él y entre la multitud quise gritarle.
-Lucía: PABLO NECESITO HABLAR CONTIGO. -le decía gritando mientras el firmaba-
-Pablo: ¿Hablar? ¿De qué? -decía haciéndose el tonto-
-Lucía: Por favor...-le dije seria-
Él no me contestó, tan solo seguía firmando y haciéndose alguna que otra foto.

Salí fuera de la casa por al agobio.
Ni si quiera Pablo quería hablar conmigo, y me sentí completamente sola en la fiesta, ya que no conocía a nadie y Aida pasaba su cumpleaños con la demás gente.
Saqué mi cigarro semanal para quitarme esa ansiedad del cuerpo. Miraba la luna y me sentía demasiado identificada con ella.
Las dos estamos solas, sí, rodeadas de personas o de estrellas en su caso, pero solas.
Pablo salió por la puerta y se apoyó en el mismo coche en el que estaba apoyada yo.
-Pablo: Dime...que querías. -decía mientras miraba al cielo cómo yo-
Le miré a la cara y hice que me mirara él.

jueves, 16 de enero de 2014

Diecinueve.

Anteriormente.

-Pablo: Que amistad más bonita -me susurró entre una pequeña risa-
Nos quitamos la ropa interior y Pablo besaba mi vientre hasta subir sus besos a mi boca.
Acariciaba mi pierna mientras yo besaba su dulce cuello.
-Pablo: Un momentito...
Sacó su cabeza por el lado de la cama y abrió uno de los cajones de su mesita de noche.
-Pablo: Ahora sí -dijo con un preservativo en la mano-
Me reí y a la vez seguía robándole pequeños besos mientras se lo colocaba.
Se puso encima de mí y pude notarle dentro.
Pablo mordiendo su labio inferior y yo le acariciaba su pecho mientras salían de mi boca pequeños suspiros de placer.

                                  -Bonita forma de despedirse de la luna-

Narra Lucía

Me desperté a causa de que mi móvil comenzó a sonar. Con los ojos adormilados, saqué la mano de debajo de las sabanas y lo cogí.
-Lucía: ¿Quién? -dije con sueño-
-Borja: ¿Se puede saber donde estás? -dijo preocupado-
-Lucía: ¿Eh? pues en casa, tonto.
-Borja: Una mierda.
-Lucía: Cómo que n...
miré a mi al rededor y pude ver que esa no era mi habitación, era la de Pablo. Me giré y pude verle a él mismo durmiendo cómo un pequeño ángel.


-Lucía: Hostía...
-Borja: ¿Pasa algo? -volvió a decir preocupado-
-Lucía: Luego hablamos. -colgué rápidamente-
Me levanté rápidamente y me coloqué la ropa lo antes que pude.
Mientras iba caminando hacia la salida de su habitación me iba colocando las zapatillas dando pequeños saltitos hasta que entraran en el pie.
Bajé con mucha rapidez las escaleras y quise ir hasta la salida pero...
-Lucía: Mierda mierda mierda...
Me escondí rápidamente antes de que pudieran verme los padres de Pablo. Podrían pensar cualquier cosa ¿Qué hago yo si no a las nueve de la mañana saliendo de su casa?
Rápidamente y sin que me vean salí por una de las ventanas que llevaba a su jardín.
Salté por la baja ventana y Salva, el hermano mayor de Pablo se me quedó mirando muy sorprendido.
-Lucía: Encantada de conocerte. -intenté disimular-
Le sonreí falsamente y salté los arbustos hasta llegar a mi casa. Entré sigilosamente, sin hacer ruido alguno y subí hacía mi habitación.
-Sam: ¿Dónde estabas? -me dijo antes de que me adentrara en ella-
-Lucía: Anda, tía Sam, que te trae por aquí -dije nerviosa-
-Sam: Es...mi...¿casa? -dijo extrañada-  repito ¿donde estabas?
-Lucía: Pueeeeeeeeeees...
-Sam: TE HAS TIRADO A PABLO, LO SABÍA. -dijo muy convencida-
-Lucía: Joder, ¡Aun no he dicho nada Sam! ¡cómo lo haces!
-Sam: Esta vez no lo he adivinado -rió- Pablo llamó a las cuatro de la mañana para decirme que no me preocupe por ti, que estarías con él. Mira que mono que es que hasta me llama y todo para no preocuparme, yo de ti me casaba. -decía con los ojos iluminados de amor-
Resoplé y me senté encima de la cama quedándome muy pensativa. Mi tía se sentó a mi lado y me miró.
-Sam: Y que...
-Lucía: Y que que...-pregunté extrañada-
-Sam: ¿Lo hace bien?
-Lucía: El que...
-Sam: Los pasteles, para que me ayude en el trabajo, NO TE JODE. ¡PUES EL SEXO!
-Lucía: ¡TÍA SAM, POR FAVOR!
-Sam: No perdía nada por preguntar...
Volví a resoplar y quedó un largo silencio en mi habitación.
-Sam: ¿Y la tiene grande?
-Lucía: ¡SAM! -dije mientras me levantaba para irme de la habitación-
-Sam: EH, VALE, VALE, YO TAMPOCO TE CONTARÉ MIS COSAS CON LIGUES...-gritaba-
-Lucía: ¡NI QUIERO! -le devolví el grito-
Me tiré de golpe en la cama y me quedé pensando en lo ocurrido por la noche con Pablo. De pensarlo se me ponen los pelos de punta.
Mejor será que me duche, después de lo que paso ayer (...)
_________
Narra Pablo

La luz entrando por la ventana de mi habitación, mi sobrina riéndose mientras jugaba en el jardín, el sonido de los pájaros de la vecina de en frente y...¿Lucía?
Me giré rápidamente para ver si se encontraba a mi lado, pero parecía que todo lo había soñado.
Este momento me recordaba a una de las frases de ''En brazos de ella'': Pero al despertar, siempre desaparece, ella cree que en mi mundo no tiene su sitio y se arrepiente.
Estaba completamente desnudo, era imposible que fuera un sueño.
Me levanté y rápidamente me metí en la ducha, aun con la duda de donde se habría metido Lucía.
Al salir bajé a la cocina para desayunar algo, ya que tan solo eran las once de la mañana.
A cada rato, a cada momento pensaba en lo ocurrido con ella, no podía creer que aquello pasaría, pero pasó, así sin más. Me robó un beso, que más que robado, era esperado.
Mi piel con su piel fue de las mejores sensaciones que he tenido en mi vida.
Mi hermano entró por la puerta de casa y se quedó mirándome algo extrañado...
-Salva: Antes...a salido una chica por la ventana... -decía señalando asustado a la ventana-
Me reí sabiendo que podía haber sido Lucía con sus nervios por si le veía alguien de mi familia salir de mi casa.
-Pablo: Era la vecina, Lucía...-dije con una bonita sonrisa mientras me comía un buen bol de cereales-
-Salva: Ah, la vecina...ya...me contó algo Casilda. -rió- y límpiate la boca, comes como un cerdo -dijo pasándome una servilleta-
Le miré con cara de asesino a la vez que seguía masticando.
Casilda se adentró en la cocina a la vez que Salva se marchaba de ella y mi hermana se quedó mirándome muy sonriente.
-Casilda: Que...¿Ya estáis juntos? -decía emocionada-
-Pablo: ¿Lujudjskd y yojgodjgfd? -hablaba con la boca llena de cereales-
-Casilda: ¡TRAGA, CERDO!  -gritó-
-Pablo: ¿LUCÍA Y YO? -repetí cuando ya había terminado de comer-
-Casilda: Sí hijo sí, de novios, de pareja, de lo que sea...¿ESTAIS JUTOS? -preguntaba histérica-
-Pablo: No, creo...ni idea -dije sin saber la verdadera respuesta-
Mi hermana resopló y salió de la cocina algo malhumorada.
Ahora no sabía cómo hablar con Lucía de todo esto, ni cómo mirarle, ni cómo saludarle ni nada. Apenas sabía que hacer con mi vida en estos momentos, la verdad.
Esta noche ella me hizo sentir cómo si hubiera sido mi primera vez, cómo si fuera la primera vez que estoy totalmente piel con piel y mis labios con otros.
Recuerdo cada caricia que hacía que mis bellos se pusieran de punta, cómo sus dedos paseaban por mis costados y acariciaban mi barriga.
Recuerdo cada beso acabado en sonrisa o en una mordida del labio inferior.

Cuatro días después.
Narra Lucía

Sin decir nada a nadie, tan solo a mi tía Sam, me había ido a visitar a mis amigos de Almería y a mi familia de allí que ya echaba tanto de menos. Mi madre como siempre comiéndome a besos y preguntándome por Ángel.
Áxel, tan repelente cómo siempre, sonriéndome falsamente mientras que mis ganas por darle una hostia aumentaban.
Ya estaba de regreso a Málaga y sin quitarme de la cabeza a el señorito Alborán. Me había ido sin decirle nada y...sin hablar con él de lo ocurrido la otra noche.
No sé cómo mirarle cada vez que le vea, tampoco sé si hablar primero de lo que ocurrió y luego estar tan tranquilos, ya no tengo ni idea de nada.
Mi hermano me había venido a recoger y con el disco de Andres Suarez puesto en el coche, me iba relajando poco a poco hasta caer en un profundo sueño.

Al llegar a Málaga me esperaban Aida y Laura que andaban algo preocupadas por mí, ya que no les había avisado de que desaparecería por cuatro días.
Entre a mi jardín rápidamente y allí estaban ellas, sentadas en las hamacas esperándome mientras leían revistas de modas y todas esas chorradas que a mi nunca me han llegado a gustar.
-Lucía: Bien agusto estáis, eh. -reí-
Ellas se levantaron rápidamente a abrazarme y me llenaron de besos por todos lados.

Más tarde.

Por la noche me encontré más que sola. Estos días estaba siempre acompañada de alguien y ahora me encuentro en mi habitación sentada en mi cama observando cómo se movía la lampara de lava.
Me puse el bikini y sin pensarlo dos veces fui directa a la playa. Sí, a las nueve de la noche.
Bajé con la música puesta en el MP4 y al llegar me senté a observar el mar mientras la brisa veraniega penetraba en mi piel.
Tan solo habían dos personas al rededor mía...un hombre mayor con su perro y...Pablo.
QUE CASUALIDAD, pensaba en aquel momento. No se si era el jodido destino que quería que en esos momentos hablara con él o por que también le gusta venir por la noche a la playa.
Estaba a unos metros de mí sentado de piernas cruzadas en una toalla y con un libro en la mano...de poesía suponía.
Su mirada se clavó en la mía y sonrió. Yo rápidamente giré la cabeza muy nerviosa.
Escuchaba cómo se iba acercando, también escuchaba mi corazón acelerado.
Pablo sentado detrás de mi rodeo sus brazos por mi cintura y mis pelos se pusieron de punta.
-Pablo: ¿Dónde te habías metido? -dijo con una bonita sonrisa-
Me aparté y me senté a su lado, ya que me sentía algo incomoda por todo lo que había pasado.
-Lucía: Fui a...visitar a mi familia y...eso. -decía con los nervios recorriendo mi cuerpo-
El silencio invadía por momentos aquel lugar y Pablo se levantó de la arena y comenzó a marcharse de mi lado.
Me levanté con rapidez y le detuve.
-Lucía: Oye, deberíamos hablar. -dije algo seria mientras tragaba saliva-
Tan solo me miró y afirmó con la cabeza.

miércoles, 15 de enero de 2014

Dieciocho.

Anteriormente.

Salté los arbustos y con las llaves en la mano que además de abrir la puerta de su casa, podrían abrir las puertas o a un nuevo problema o a un nuevo futuro.
Entré la llave a la cerradura y...
-Lucía: Emm...¡¡CASILDA!! -dije preocupada y gritando-
-Casilda: Dime, dime...-decía acercándose-
-Lucía: Que no se abre -reí-
-Casilda: Serás torpe. -rió mientras abría ella misma la puerta-
La puerta se abrió y ella me empujo hacía dentro y...
-Lucía: Esper...
me interrumpió cerrando la puerta para que no pudiera arrepentirme.
Cogí aire y subí hacía la habitación de Pablo sigilosamente.
___________
Narra Lucía

Unos pequeños escalofríos recorrían mi cuerpo rápidamente haciendo que mis nervios aumentaran por cada paso que daba hacía su habitación.
La puerta de su habitación entornada y mi corazón iba abrir completamente sus puertas.
Me asomé poco a poco y su cuarto estaba vacío pero con la luz encendida. Abrí sigilosamente la puerta sin hacer ruido alguno y me adentré en ella.
La puerta de su cuarto de baño interior estaba entornada y pude escuchar el agua cayendo y Pablo cantando una canción de Bill Withers llamada Ain't No Sunshine.
Me asomé a su cuarto de baño y vi la sombra de él duchándose. Mis mejillas comenzaron a ponerse rojas y decidí esperarle sentada en su cama.
Escuché cómo la mampara de su ducha se abría y mis nervios aumentaban más y más. Mis manos temblaban e intentaba pararlas. Una de mis piernas se movía sin ninguna razón mientras que tragaba saliva continuamente.
La puerta de su baño se abrió y estaba él con una toalla en la parte inferior y el pecho desnudo.
Se dio la vuelta y me vio de repente a mí.
-Pablo: QUE SUSTO. -dijo alzando la voz y tocándose el pecho- Qu...qué...qué..-tartamudeaba- ¿Qué haces aquí?
-Lucía: ¿Mejor me voy no? -dije levantándome rápido- Sí, mejor será...
me dirigía hacía la salida de su habitación hasta que me cogió de la mano.
-Pablo: No, no, quédate...-me dijo con una bonita sonrisa-
Le respondí devolviendo la sonrisa y me guió hasta sentarme de nuevo en su cama.
-Pablo: Solo un momentito que...tampoco es un buen plan estar así contigo...en toalla -decía mientras se señalaba el cuerpo-
-Lucía: Bueno a mi no me importa -reí-
Pablo rió y se rascaba la cabeza avergonzado.
-Pablo: Ahora vengo anda. -rió-
-Lucía: Oye eeem...que si quieres me voy, te noto algo incomodo. -decía alzando la voz mientras el se cambiaba en el baño-
-Pablo: No, tranquila, no te preocupes, aun que la fiesta sigue ahí abajo y mejor que estar aquí encerrada conmigo seguro que estarás -alzaba la voz igual que yo-
-Lucía: No, tranquilo, aquí estoy bien, incluso mejor. -dije mirando al suelo con una bonita sonrisa en mi rostro-
Salió del baño con unos pantalones cortos de pijama y con el pecho desnudo al igual que antes.
No podía resistir ver su cuerpo y derretirme por dentro, ahora entiendo esos comentarios en la tele sobre él de que es un hombre muy deseado.
Me mordía el labio mientras lo observaba y el se secaba con una toalla el pelo.
-Pablo: Ale -dejó la toalla- ya estoy. -rió- ¿y qué te a traído por aquí? -decía mientras se sentaba a mi lado y ponía su mano en mi pierna-
-Lucía: Pues...-mis nervios comenzaron a hacer de las suyas- no sé, esa fiesta me aburria.
-Pablo: Con la última canción no te veía muy aburrida...BEST SONG EVER -dijo cantando y a la vez riendose de mí-

-Lucía: One direction no es lo mio pero esa canción me vuelve loca es la best song ever -dije haciendo un juego de palabras a la vez que reía-
Se tumbó sobre la cama y se quedó con los brazos detrás de su cabeza y mirando hacía el techo.
De repente me cogió de la espalda y me atrajo hasta él quedando yo apoyada en su pecho y él jugando con mi pelo.
-Pablo: Oye...
-Lucía: Dime -dije nerviosa-
-Pablo: Quería pedirte perdón por estar desaparecido esta semana...
-Lucía: Tu hermana me dijo que era por lo de Áng...-me interrumpió-
-Pablo: No quería que te volviera a hacer daño y simplemente me molestó que no pensaras en las consecuencias de volver con él, haber que es tu vida, pero claro...-dijo serio-
-Lucía: Gracias -sonreí-
-Pablo: ¿Se puede saber por qué? -dijo mirándome sonriendo-
-Lucía: No sé, por preocuparte tanto por mí desde que llegué aquí, si le contara esto a mis amigas de Almería fliparian -reí- Pablo Alborán mi vecino, uooooo y encima me cuida uoooo. -decía con un tono creído-
-Pablo: Soy una persona normal, lo de dedicarme a la música y sea una cara conocida es diferente -sonrió-
-Lucía: Si me hubieras atropellado aquel día no estaríamos así -reí-
-Pablo: No digas eso ni en broma. -se puso serio-
Me senté de piernas cruzadas encima de su cama y observaba a Pablo mientras cerraba los ojos mirando al techo.
-Pablo: No me mires así que me intimidas. -rió-
Cogí una libreta que había en una de las mesitas de noche que tenía a los lados de la cama.
-Lucía: Uy, tu libreta de canciones, vamos a inves...-me interrumpió-
-Pablo: Devuelveme la libreta -reía mientras intentaba quitármela-
-Lucía: Pues quítamela de las manos tu mismo...-reí-
Se levantó rápidamente y salí de la habitación y corrí por toda la casa con Pablo detrás.
Rodeabamos la mesa de la cocina y cómo dos niños nos divertiamos haciendo estas cosas.
-Lucía: Que lento eres oye. -reía mientras le sacaba la lengua-
Se mordió el labio de la rabia y a la vez riendose vino hacía mi. Subí de nuevo las escaleras y me adentre en su habitación.
Él apareció en la puerta y se quedó en la entrada de su cuarto mirándome riendose.
-Pablo: Ya no puedes escapar. -dijo con voz de malvado-
-Lucía: Me rindo...
Se acercó a mí y rápidamente quise salir de nuevo de la habitación pero me agarró por detrás y no me dejó marcharme.
-Pablo: A mi no me engañas moza. -rió-
Me dio media vuelta hasta quedar nuestras miradas conectando.
Él a la vez que yo, me regalo una bonita sonrisa y me sacó la lengua.

-Lucía: Te quiero -dije sin pensar-

-Pablo: Espera..¿Qué?

-Lucía: No lo sé...

Me acerqué a sus labios y le robé un bonito beso.
Noté cómo nuestros cuerpos se aceleraban al ritmo del beso.
Él pasó su mano por mi cuello y siguió el beso, sin ningún problema.
Puse mi mano en su cintura, acariciando su parte superior desnuda mientras mi temperatura subía por momentos.
Poco a poco fuimos cayendo sobre su cama hasta que yo quedara encima de él y seguir notando sus cálidos labios en los míos y su aliento dentro de mi.
Colocó sus manos debajo de mi camisa y acariciaba lentamente mi espalda haciendo que mis bellos se pusieran de punta.
Acaricié su pecho desnudo y notaba cómo esto no iba a llegar solo a unos pocos besos. Mucho más.
-Pablo: No entiendo que esta pasando, pero yo también te quiero. -dijo algo acelerado mientras se colocaba encima de mi-
Posó sus labios en mi cuello haciendo que yo soltara un pequeño suspiro.
Se deshizo lentamente de mi camisa y la lanzo al suelo.
Yo, siguiendo el camino que estábamos llevando, mientras le besaba, usaba el pie para quitarle los pantalones cortos de pijama.
Se rió mientras me besaba y rápidamente se los quitó el mismo.
Él, encima de mi, me iba desabrochando el cinturón y cómo las demás prendas, me deshice de ella y la lancé al suelo hasta quedar solo en ropa interior.
Podía notar en mi entrepierna un bulto y eso me provocaba aun más calores de los que ya podía tener.
Se colocó justo al lado de mí y pasó su mano por debajo de mi ropa interior inferior y me deje llevar sin ningún problema mientras él me besaba entre suspiros de placer.
Notaba su aliento en mi cuello y nos metimos debajo de sus sabanas frías. Sacó su mano y apagó la luz, aun que una poca entraba de fuera por las farolas y las luces de la fiesta.
-Pablo: Que amistad más bonita -me susurró entre una pequeña risa-
Nos quitamos la ropa interior y Pablo besaba mi vientre hasta subir sus besos a mi boca.
Acariciaba mi pierna mientras yo besaba su dulce cuello.
-Pablo: Un momentito...
Sacó su cabeza por el lado de la cama y abrió uno de los cajones de su mesita de noche.
-Pablo: Ahora sí -dijo con un preservativo en la mano-
Me reí y a la vez seguía robándole pequeños besos mientras se lo colocaba.
Se puso encima de mí y pude notarle dentro.
Pablo mordiendo su labio inferior y yo le acariciaba su pecho mientras salían de mi boca pequeños suspiros de placer.

                                   

               -Bonita forma de despedirse de la luna-




lunes, 13 de enero de 2014

Diecisiete.

Anteriormente.

Me levanté de la cama y me asomé al balcón.
-Lucía: No me jodas...-me quedé paralizada-
-Casilda: ¿Qué ocurre? -preguntó extrañada-
-Lucía: Ven, tienes que ver esto...-dije mientras un escalofrío pasaba por mi cuerpo-
Ella salió a mi balcón y pudo ver lo mismo que mis ojos veían.
-Casilda: El destino te lo a dejado a huevos...
Desde mi balcón podía observar la calle de fuera de mi casa y allí se encontraba Ángel, pero no solo, con Míriam, besándola.
Salí de mi habitación y bajé rápidamente las escaleras.

Narra Lucía.

Corriendo detrás de mí venía Casilda, que por casi se cae de las escaleras por la rapidez.
Salí de casa y me metí entre la multitud para poder llegar a la salida.
Aida vino detrás de mí preguntando el por que corro y salió conmigo fuera.
Al salir al exterior ellos dos ya estaban separados y yo de brazos cruzados me quedé mirándolos.
Pablo salió fuera también. Ya eramos Aida, Casilda, Pablo, Laura, Miriam, Ángel y yo. Me recuerda a esos corros para las peleas del instituto.
-Ángel: Hola preciosa -dijo mientras se acercaba a mi-
Puso su mano en mi cintura y quiso darme un beso en los labios pero lo impedí.
-Ángel: ¿Se puede saber qué te pasa? -dijo malhumorado-
-Lucía: No sé, cuéntame tú. -decía mientras seguía de brazos cruzados-
Detrás de ti escuchaba murmullos de Aida y Laura cómo ''¿Qué les pasa?'' ''¿Que habrá ocurrido?''.
-Ángel: No entiendo nada Lucía, cada día estas más rara. -decía confuso-
-Lucía: Y tu cada día eres más cabrón.
-Ángel: ¿PERDONA? -dijo acercándose rápidamente a mí-
-Lucía: Lo que oyes, CA-BRÓN. -dije alzando la voz-
Él levantó su mano y Pablo la cogió hasta bajarla del todo.
Yo, algo asustada, me había puesto las manos en la cara.
-Pablo: Vuelve a levantar la mano y no serás el único que la levante. -decía mirándole con odio-
-Casilda: Pablo, ven aquí, déjate de tonterías, ven...-le interrumpió-
-Pablo: No es ninguna tontería, es Lucía.  -decía serio-
Esas palabras se me clavaron en el pecho cómo si de una flecha se tratase haciendo que me derrita por dentro y que su forma de defenderme me enamore cómo una tonta.
-Ángel: Bueno, paso de este maricón ¿Me vas a decir por qué tanta gilipollez, Lucía?
Me acerqué a Miriam y cara a cara y muy cerca le dije:
-Lucía: Cuando te ponga la mano encima llama a la policía, no seas gilipollas cómo yo. Ah y esos rumores por nuestro barrio de que eras un poco guarra y besabas a todo dios veo que eran ciertos -me dí medía vuelta para adentrarme en el jardín de nuevo-
-Miriam: Ángel y yo llevamos saliendo dos meses. -dijo con miedo-
Una apuñalada atravesó mi espalda y podía observar las caras de los demás tan sorprendidas.
Me giré muy despacio y observe fijamente la cara de Miriam.
-Lucía: No. me. jodas. -dije mientras comencé a soltar pequeñas carcajadas-
-Ángel: Tu eres gilipollas Miriam, ¡¡ERES GILIPOLLAS!! -le gritaba en la cara-
-Miriam: ¿QUÉ QUERÍAS SEGUIR OCULTANDOLO? ¿ERES TONTO O QUÉ PASA? -alzaba la voz-
Comenzaba a reírme apoyada en la pared y con un gran dolor dentro.
La risa pasó a comenzar a llorar y pasó a rabia.
-Lucía: Tú y tú. -decía señalándolos- Largo de aquí va. -decía señalando el coche de Ángel-
-Miriam: Por favor Lucía déjame hablar contigo y explicart...-le interrumpí-
-Lucía: Que te largues...
-Miriam: Lucía, somos amigas desde los 16 años, déjame explicarte...-de nuevo le interrumpí dándole la media vuelta-
-Lucía: QUE TE LARGUES. -grité-
-Ángel: Siempre he pensado que eres una zorra.
Pablo se lanzó hacía él cogiéndole del cuello de la camisa, pero Casilda impedía que pudiera hacer algo.
-Ángel: Eres un ridículo -reía- Y tú y tú y tú y solamente tú -decía cantando mientras se reía de él-
-Lucía: QUÉ TE LARGUES YA, JODER. -decía empujándole hacía el coche-
-Ángel: Bueno, al menos follabas bien. -decía riéndose-
Casilda adentraba en la fiesta a Pablo para impedir meterlo en líos.
El coche de Ángel arrancó y yo con rabia, pena y bien jodida por dentro volví a la fiesta cómo si nada.
Aida y Laura detrás de mí preguntaban por qué todo este lío y sentada en las escaleras de mi puerta les conté con más tranquilidad.
Mi hermano se acercó a mi algo preocupado y se sentó a mi lado.
-Borja: Sé que no hablamos demasiado, ni te gusta que me meta en tus problemas, pero soy tu hermano y me preocupo por ti...¿Por que lloras pequeña? -decía pasando su mano por mi hombro-
Aida y Laura se marchaban para dejarnos solos en la conversación.
-Lucía: Lo he vuelto a dejar con Ángel...
Mi hermano me miró riéndose y yo le pegué en el hombro.
-Lucía: Esta vez va en serio idiota. -decía con un nudo en la garganta-
-Borja: Sabes, mamá cuando yo tenía diecisiete años, antes de venirme a vivir aquí, me dijo un día: ''Estarás varios días mal, pero acabarás agradeciéndotelo a ti mismo'' y es lo que va a pasar contigo. De momento estás mal, pero todo el mundo sabe que Ángel no era una persona para ti y acabar con todo esto te da la oportunidad para seguir a delante y si puede ser con una persona que te complemente de verdad. 
Le mostré una bonita sonrisa a mi hermano por esas palabras que me habían animado.
-Borja: A demás, Ángel no se merece a una chica tan guapa cómo tú. -me dijo muy cariñoso acariciando uno de mis brazos-
Me acerqué a su mejilla y le di un bonito beso en ella. 
-Lucía: Gracias...que rabia da no haber podido estar estos años contigo. -sonreí-
-Borja: Es lo que tiene ser un perezoso y no querer estudiar, que te toca trabajar y claro, tuve que venirme aquí con tía Sam. -rió-
-Lucía: Hiciste bien, al menos solo has visto dos veces a Axel, el novio de mamá que aaaagg es un..-me interrumpió-
-Borja: ¿Un gilipollas, amargado y aprovechado? Sí, lo has dicho mil veces. -rió- Y ahora levanta ese culo y diviértete anda, que en poco tiempo la gente comenzará a marcharse. -decía estirando de mi brazo para levantarme-
Me levanté de las escaleras y me dirigí hacía donde estaban Aida y Laura para seguir con ellas esta rara fiesta de vecinos tanto viejos cómo jóvenes.
Mi hermano puso una de mis canciones favoritas ''Best Song Ever'' de One Direction, esa canción me tiene loca aun que pase el tiempo.
Cómo una tonta me puse a bailarla con ellas dos, haciendo un poco la panoli bailando, pero pasándolo bien, que era lo importante.
Me fijé en Pablo que estaba con su hermano Salva, que había venido también a la fiesta a pesar de que no vive con todos ellos.
Él, apoyado en una se las paredes, me sonreía y reía por todas las tonterías que hacía. Yo, cómo no, le devolví la sonrisa muy avergonzada.
Pablo seguía mirándome riéndose y me dijo un adiós con la mano. Saltó los arbustos que separaban nuestros jardines y se adentró en su casa.
-Casilda: Toma las llaves, entra dentro y dile lo que sientes. -me dijo detrás de mi metiendo sus llaves en el bolsillo-
-Lucía: ¿AHORA? -pregunté nerviosa-
-Casilda: Se ha metido en casa para que le sigas. -ríe-
-Lucía: Eso ya no me lo creo. -reí-
-Casilda: Bueno ya, pero ves, venga venga venga -decía metiendome prisa-
-Lucía: Espera que acabe mi canción. -reí-
Ella rió y me sacó la lengua.
-Lucía: Gracias por todo. -le abracé-
-Casilda: Uy, pero si a acabado la canción -dijo separándose de mi- TIRA PA' MI CASA MOZA. -me empujaba-
Salté los arbustos y con las llaves en la mano que además de abrir la puerta de su casa, podrían abrir las puertas o a un nuevo problema o a un nuevo futuro.
Entré la llave a la cerradura y...
-Lucía: Emm...¡¡CASILDA!! -dije preocupada y gritando-
-Casilda: Dime, dime...-decía acercándose-
-Lucía: Que no se abre -reí-
-Casilda: Serás torpe. -rió mientras abría ella misma la puerta-
La puerta se abrió y ella me empujo hacía dentro y...
-Lucía: Esper...
me interrumpió cerrando la puerta para que no pudiera arrepentirme.
Cogí aire y subí hacía la habitación de Pablo sigilosamente.

_______
Gracias a todos por seguir esta novela, sois increibles. ♥ Ya somos más de 110. 

sábado, 11 de enero de 2014

Dieciseis.

Anteriormente.

Mi familia y yo entramos dentro del jardín y había mucha gente picoteando con un vaso en la mano.
Los vecinos, cómo siempre se acercaban a mi por interés y me pedían que si podía firmarle una foto para su sobrina, sobrino, nieta, nieto, hija, hijo, abuelo, abuela y demás.
De pronto alcé la mirada y vi a Lucía salir de la puerta de su casa con Aida y Laura.
Al ver su sonrisa una pequeña punzada me dio en el corazón.
Vi a el Ángel ese que tan nervioso me ponía, me estaba mirando de arriba a bajo con una cara de subnormal.
Lucía se quedó mirándome fijamente y yo a ella. Cómo si compartiesemos una conversación de miradas.

Narra Lucía

Salí de casa y antes de bajar las escaleras observé a toda la gente que había en la fiesta con una sonrisa.
Rápidamente me fijé en esa persona que no era cómo las demás y que tanto había echado de menos verle. Pablo.
De pronto el giró la cabeza y me observó haciendo que sus ojos y los míos siguieran una misma línea continuaba que podía transportarme a otro lugar con él.
Ángel apareció de repente a mi lado y me cogió de la cintura posando sus labios en mi mejilla.
Pablo apartó su mirada y aun mi mente seguía pensando en sus ojos mirando los míos.
-Ángel: Venga vamos, no te quedes ahí parada. -decía mientras me empujaba poco a poco para que me adentre en la multitud-
Mientras, mi tía me presentaba a algunos vecinos que no conocía y me iba integrando más en esta fiesta que seguía pensando que era una tontería.
''Pero que gente más pija'' pensaba yo continuamente.
La hermana de Pablo se acercó a mi y se colocó en frente de mí.-
-Casilda: ¿Qué es de ti Lucía? -decía con una sonrisa de oreja a oreja-
-Lucía: Pueeeeees...ya me ves, aquí, cómo siempre. -dije sin saber que contestar a esa típica pregunta-
-Casilda: ¿Y el novio? -volvió a sonreír, pero esta vez se que era una pregunta con doble sentido-
Me quedé en completo silencio y miré a la mesa de comida.
-Lucía: ¿Pinchito de tortilla? -dije cogiendo el plato y ofreciéndole-
Casilda cogió el plato y lo dejó encima de la mesa.
-Casilda: No me tomes el pelo. -dijo seria- ¿No ha hecho nada más, no? -preguntó preocupada-
-Lucía: No, tranquila. -dije suspirando-
-Casilda: Lucía quería decirte algo y espero que te entre bien en la cabez...-Aida apareció interrumpiendo la conversación-
-Aida: Hola Lucía, ho la...¿tu nombre? -rió-
-Casilda: Soy Casilda, hermana de Pablo...Alborán. -rió mientras le daba dos besos presentándose-
-Aida: Ah, bien, entonces ya me caes bien. -rió-
-Casilda: Bueno..emm...ya hablaremos Lucía -se marchó-

Mi tía cogió un micrófono y cómo una tonta comenzó a decir ''probando probando''...a saber que iba a decir ahora.
-Samanta: Bueno, solo quería decir que gracias por haber venido todos cómo el año pasado, que en paz descanse Marisa y nada, que quería dar una pequeña sorpresa a mi sobrina Lucía, que aun que sea algo gritona cómo sabrá Carmen -dijo señalando a la vecina de en frente- pues...la convivencia con ella es muy buena y sabe que me tendrá para todo. Espero que te guste mi sorpresa...
El corazón se me paró al ver entrar por la puerta del jardín a Míriam, la que era mi mejor amiga en Almería.
-Miriam: ¡¡Lucía!! -se acercó corriendo hacía mi para darme un abrazo-
Me aparté y le dejé los brazos vacíos sin un abrazo mio.
-Miriam: ¿QUÉ OCURRE? -decía mientras todos nos miraban-
-Lucía: ¿De qué vas? -dije enfadada-
-Miriam: HE VENIDO A VERTE.
-Lucía: Vete a la mierda Miriam, VE. TE. A. LA. MI.ER.DA.
Todos nos miraban sorprendidos y Aida se acercó para saber que es lo que ocurría.
-Aida: Lucía tranquilizate, estan todos mirandote extrañad...-le interrumpí-
-Lucía: ¿Tranquilizarme? Esta persona -dije señalando a Miriam- ESTA PERSONA A PASADO DE MI EN TODO UN MALDITO MES QUE ESTOY AQUÍ, POR CADA DÍA QUE PASABA ERA UNA PUTA PROMESA ROTA SUYA. NI UNA LLAMADA, NI UN WHATSAPP NI UNA CARTA NI NADA. ¿MEJORES AMIGAS? Y UNA MIEEEEEEEEEER....
-Borja: Lucía cálmate por favor.
-Lucía: DEJARME EN PAZ. -Salí a la calle y me fui a darme una vuelta- GRACIAS TÍA SAM, PERO TE HAS EQUIVOCADO ESTA VEZ. -grité-
-Samanta: Bueeeeeeeeeeeeeeeeeno, QUE SIGA LA FIESTA VA VA VA. -decía para disimular-

Narra Pablo

Me quedé algo asombrado por lo que había pasado en esos momentos con Lucía y aquella chica que había parecido por sorpresa en la fiesta.
Aida se acercó a mí y se quedó quieta delante mía.
-Pablo: ¿Qué ocurre? -pregunté extrañado-
-Aida: Solo quería pedirte perdón, por la otra noche -decía apenada-
-Pablo: Tranquila, intentaré olvidar que había una caja de condones encima de mi cama. -reí-
-Aida: Lo siento de verdad. -rió-
-Pablo: Ven anda. -abrí mis brazos para regalarle un bonito abrazo-

El novio de Lucía no me quitaba el ojo de encima en toda la fiesta.
Pasé por su lado y cogí comida de la mesa.
-Pablo: Yo de ti dejaría de mirar tanto e iría detrás de tu novia para ver si se encuentra bien, que es lo que hacen los novios. -dije mientras comía-
-Ángel: A ti que te importará lo que haga con mi novia -dijo riéndose-
-Pablo: No sé, si le quieres tanto se supone que te tendrías que preocupar por ella ¿no? -dije levantando una ceja-
-Ángel: Tu que sabrás de novias si eres gay. -rió- preocúpate de escribir tus mariconadas y déjame en paz.
-Pablo: O también podría preocuparme en denunciarte por maltrato ¿no? -dije devolviéndosela de una forma dolorosa-
-Ángel: Eso no es asunto tuyo -me respondió dando un trago a su copa-
-Pablo: Cuando digas algo coherente, me avisas y hablamos tranquilamente. -me fui hacía otro lado dejándole con la palabra en la boca-

Narra Lucía.

Volví a la fiesta después de que el cabreo se me haya bajado del cuerpo.
Cuándo entre dentro pude observar a Pablo subido al pequeño escenario que se apaña mi tía para las fiestas.
De pié con su guitarra y con su voz que me deja la piel de gallina, cantaba una bonita canción cuyo nombre no recordaba hasta que llegó el estribillo.
Quién.
Mientras su boca iba pronunciando las frases de la canciones yo me iba perdiendo en su mirada y en su forma de olvidarse de todo y quedándose solamente junto a la música.
''Quién abrirá la puerta hoy, para ver salir el sol'' cantaba Pablo mientras sus ojos se fijaban en los míos.


Simplemente sonreí y seguí escuchando esa preciosa canción.
Al terminar me adentre en mi casa antes de que Miriam volviera hacía mí. Dejando la estúpida fiesta a un lado, subí hacía mi habitación aislándome del mundo hasta que sea otro día.
Cogí mi cámara de fotos y comencé a ver todas las fotos que tenía almacenadas en la cámara.
De pronto pasé la foto y vi una de Pablo riéndose, otra sacando la lengua, otra haciéndose el vizco, otra intentado cogerme la cámara. Recordé el día que estuvo por la noche consolándome por lo de Ángel y una sonrisa comenzó a salir de mi rostro.
No puedo seguir con esta relación de mentira, nada más a pasado una semana y media pero me a sobrado para darme cuenta que no necesito a Ángel ni más tonterías.
Pude estar sin Ángel varias semanas y podré estarlo el resto de mi vida.
Al momento tocaron a mi puerta y Casilda se asomó.
-Casilda: ¿Puedo? -dijo con una sonrisa-
Afirme con la cabeza y ella se sentó en el borde de mi cama junto a mi.
-Casilda: Haces bien en quedarte aquí -decía acariciandome el brazo-
-Lucía: Lo sé. -reí-
Ella cogió mi cámara y vio la foto de Pablo.
-Casilda: Podrías pasarmela al móvil. -rió-  es demasiado graciosa.
-Lucía: No soy tan mala. -reí-
El silenció invadía mi habitación cómo casi siempre.
-Casilda: Podrías hablar con Pablo -añadió haciendo que el silencio se esfumara-
-Lucía: Podría...pero tengo miedo.
-Casilda: ¿A que si se puede saber? -preguntó levantando una ceja-
-Lucía: A que no quiera saber de mí. En el tema de Ángel el me a apoyado mucho y yo sus consejos los he pisoteado en cuanto volví con Ángel. -dije con un nudo en la garganta-
-Casilda: Sabes que hiciste mal en volver con él.
-Lucía: Toda persona merece una oportunidad...
-Casilda: Pero no ese tipo de personas...-añadió a mi anterior frase-
Volvió el silencio dentro de estas cuatro paredes agobiantes.
-Lucía: No quiero estar con Ángel...
-Casilda: Lo sé...
-Lucía: Tú siempre lo sabes todo. -reí-
-Casilda: Te gusta mi hermano -añadió-
-Lucía: ¿Por qué dices eso? -comencé a ponerme nerviosa-
-Casilda: La forma en cómo le miras y en cómo le sonríes, esas cosas las chicas lo vemos. He vivido eso muchas veces cuando era más joven, no miras a todos de la misma forma. -decía mirando hacía el balcón-
Bajé la cabeza y me quedé mirando mis pies mientras jugaba con ellos creando de nuevo un silencio.
-Lucía: No se lo digas, por favor. -le dije algo asustada-
-Casilda: No tengo por qué, pero quiero que se lo digas tú. -me miró sonriente-
-Lucía: No puedo...no, no puedo. -dije con miedo-
-Casilda: ¿POR QUÉ? -dijo sorprendida-
-Lucía: ¿Y ÁNGEL? -alcé la voz- No, no puedo.
-Casilda: No me jodas que le tienes miedo...
-Lucía: No, si quieres...-dije nerviosa-
Me levanté de la cama y me asomé al balcón.
-Lucía: No me jodas...-me quedé paralizada-
-Casilda: ¿Qué ocurre? -preguntó extrañada-
-Lucía: Ven, tienes que ver esto...-dije mientras un escalofrío pasaba por mi cuerpo-
Ella salió a mi balcón y pudo ver lo mismo que mis ojos veían.
-Casilda: El destino te lo a dejado a huevos...
Desde mi balcón podía observar la calle de fuera de mi casa y allí se encontraba Ángel, pero no solo, con Míriam, besándola.
Salí de mi habitación y bajé rápidamente las escaleras.

jueves, 9 de enero de 2014

Quince.

Anteriormente.

Los nervios se apoderaban de mi, sin dejar atrás los celos que me comían por dentro.
-Laura: Se están besando. -dijo ilusionada- se ve desde la cristalera
-Pablo: ¿QUIÉN? -pregunté preocupado-

-Aida: Quién va a ser, Lucía y su ex o bueno su novio. -rió-
Pude ver con mis ojos que era cierto lo que ellas decían.
-Sergio: ¿Ese es su ex novio? bien, no me entero de los cotilleos de por aquí, eh, gracias por contar conmigo. -rió-
Me levanté de la mesa enfadado y me fui del bar sin decir palabra alguna.
Pasé por al lado de ellos hasta llegar a mi coche.
-Lucía: Pablo... -dijo con un tono entristecido-
Subí a mi coche y sin pronunciar alguna palabra salí de allí lo antes posible.

Narra Pablo

Llegué a mi casa y cerré la puerta con un portazo. Acto seguido subí rápidamente a mi habitación y me tiré sobre la cama.
-Casilda: ¿PERO QUE HACES DANDO ESE PORTAZO? -me dijo gritando- ENCIMA A ESTAS HORAS.
Yo, sin pronunciar palabra alguna, me quedaba mirando al techo con la cara más seria que podría tener.
Mi hermana se acercó a mi y se sentó en el borde de la cama. Me miraba asombrada por mi comportamiento que no era habitual en mí.
-Casilda: ¿Se puede saber que ocurre? -preguntaba muy extrañada- estas raro.
Me levanté de la cama y de espaldas a mi hermana comencé a desabrocharme la camisa mientras le ignoraba por completo.
Tiré la camisa a la cama y pasé al cinturón.
-Casilda: ¿ME VAS A DECIR QUE PASA? -decía comenzando a enfadarse-
Me senté encima de la cama y me quité los pantalones.
-Casilda: Vete a la mierda. -añadió enfadada y saliendo de la habitación-
Cómo siempre, me fui a dormir con solo unos boxers puestos y con blues de fondo para pensar antes de dormir.

Nunca pensé que un beso de Lucía me dolería tanto. Ver sus labios posados en otros que no sean los míos. Notar cómo siente ese calor corporal y que no sea por mí. No ser yo el que le acaricie el cuello mientras termino mordiéndole el labio inferior y regalándole mi sonrisa mientras separamos nuestras bocas dejando un cálido aliento en medio de los dos.
Nunca he sido de enamorarme fácil, pero algo me decía que esa chica no era cómo las demás desde el primer instante que le vi, y eso que no puedes saber cómo es una persona en tan solo unos minutos.
A pesar del daño que le ha hecho ese tal Ángel, vuelve con él. Al menos me a dejado claro que no siente nada por mí. Y yo cómo un completo idiota intenté robarle un beso en mitad de la noche.
__________
Una semana después 

-Casilda: PABLO, BAJA UN MOMENTO A LA COCINA. -gritaba mi hermana desde la planta baja-
Bajé rápidamente y me quedé en la puerta apoyado esperando a que mi hermana dijera lo que quería contarme.
-Casilda: Sam nos ha invitado a su casa mañana, va a hacer una fiesta para la gente de este vecindario cómo el año pasado

, así que quiero verte animado.
-Pablo: No tengo ganas de fiestas. -dije serio-
-Casilda: TU LO QUE NO QUIERES ES VER A LUCÍA. -dijo en voz alta-
Me quedé asombrado por lo lista que podía llegar a ser mi hermana.
Cogí una patata de la bolsa y me la metí en la boca, pasando de Casilda cómo siempre. Salí fuera de la cocina y la bolsa de patatas conmigo.
-Casilda: ¿Quieres dejar de ignorarme cada vez que te hablo de Lucía? -dijo enfadada mientras me perseguía por la casa-
Daba vueltas por el salón mientras mi hermana por atrás mía hablándome sin parar.
-Casilda: Se por que estas así. -dijo mientras me detenía- no te preocupes, Lucía se dará cuenta de con quien anda. Llevas una semana sin hablar con ella y sin mirarle a la cara, más que nada por que ni sales fuera. Te han llamado 5 veces para ir a tomar algo tus amigos y les rechazas. Lucía no tiene la culpa, ella sabrá lo que hace, de verdad.
Me di la vuelta y le pedí un abrazo a mi hermana. Ella con una sonrisa se acercó a mi y me lo dio.
-Casilda: Te gusta esa chica ¿verdad? -me decía mientras seguíamos abrazados-
-Pablo: Mucho. -dije con nudo en la garganta-
-Casilda: Tanto que has escrito una canción preciosa. -me dijo riendo mientras se separaba-
-Pablo: YA ME HAS COTILLEADO LA LIBRETA. -dije con la voz alzada-
-Casilda: Siempre lo hago -rió-
Resoplé y le miré con cara de asesino pero no pude resistir el sonreír al ver su cara riendo.
Ella dio media vuelta y fue hacía la cocina.
-Casilda: Ah, por cierto. -se detuvo- vas a venir a esa fiesta -me guiñó el ojo-
-Pablo: Venga, esta bien. -afirmé con la cabeza-

Narra Lucía.

Tumbada en una hamaca en la playa me encuentro en estos momentos y con Ángel al lado.
Una buena siesta debajo de una sombrilla alquilada y el sonido del mar de fondo y la radio con Pablo Lopez sonando, se podría decir que me encontraba en un momento de relax demasiado grande.
Giré mi cabeza y vi a Ángel dormido con la boca abierta y reírme era lo siguiente que hice.
Por mucho que le miraba había algo dentro de mí que me decía que esto ya no es lo mismo, ya no siento lo que sentía. Esas mariposas estúpidas de mi estomago se esfumaron hace un tiempo.
No me gustaba reconocerlo, pero en este estúpido corazón ya no existía apenas Ángel, existe cuyo nombre me da miedo decir por el cosquilleo que me provoca al escucharlo o pensarlo.
Pablo. Pablo Alborán. Pablo Moreno de Alborán, ese chico que llegó de la nada casi atropellándome y ahora no paro de pensar en su jodida sonrisa que tan feliz me ponía.
Llevo más de una semana sin saber de él desde aquel día de copas en ese bar del puerto. Subió a su coche y sin decir palabra alguna se marchó, sin ni si quiera mirarme.
Él sabía lo que ocurría con Ángel, se había preocupado tanto y yo cómo una completa idiota lo volví a intentar con él, dejando a Pablo en la completa oscuridad, cómo si no existiera.
Ni si quiera me atrevo a tocar su timbre y preguntar por él, por si no quiere saber más de mí, ese miedo que tengo de que me rechace y no quiera hablar más.
Quizás me este volviendo loca, pero se me cierra el estomago de pensarlo.
Se a convertido en alguien muy especial en tan solo tres semanas y media que llevo en este lugar.
-Ángel: Ay dios que pedazo de siesta. -decía bostezando-
-Lucía: ¿Podemos irnos a casa ya? -dije con un nudo en la garganta-
-Ángel: ¿Y esa prisa de repente? -preguntó confuso-
-Lucía: No me encuentro bien. -dije tocándome la barriga-
De la barriga me encuentro perfectamente vamos, lo único que me pasa por la barriga son las mariposas que pasan por Pablo y tendrían que pasar por Ángel.
Otro de mis miedos es dejarlo con él. Miedo a que vuelva a ponerme la mano encima, simplemente miedo a él, de siempre. Y claro, cómo soy gilipollas.
-Ángel: Anda va, vamos.
________
Al día siguiente por la noche

Todo estaba preparado para la tonta fiesta de mi tía Sam que había preparado en el jardín de casa.
Mientras pasaba toda la música al pen drive empezaron a llegar vecinos con sus hijos.
Llegaron Aída y Laura a la fiesta que les había invitado para no aburrirme cómo me suele pasar. Tampoco les veía desde hace más de una semana ya que he salido muy poco y con Aida no es lo mismo desde que le vi con Pablo.
Aida se acercó a mí.
-Aida: Mira si estas enfadada por lo de Pablo solo decirte que no hice nada. -dijo con un tono creído-
-Lucía: Déjalo estar anda. -dije olvidándome del tema-
-Aida: ¿Quieres que te sea sincera?
-Lucía: De verdad Aida deja...-me interrumpió-
-Aida: Al principio solo quería tu amistad por poder conocer a Pablo y llevarmelo a la cama, poder hacerle las mil y una travesuras que se me pasaban por la cabeza, ese hombre no es un hombre es de otro planeta, es el hombre más sexy que han visto mis ojos y cómo no, quería hacerle sudar. Al final conseguí deshacerme de ti una noche y poder ir a cenar con él y así luego poder ir al tema. Tras saber que te gustaba a mi no me importaba, yo seguía con mi plan. Cuándo por fin estaba casi desnudo tirado en su cama y borracho por mi culpa pensé en ti, en lo que me dijiste, que sentías algo por Pablo. Ahí fue cuando me di cuenta que eres una gran persona y que no quería perderte por nada en el mundo, me volví a vestir y me marché, dejando a Pablo semi desnudo en su cama y con la risa tonta. Lucía, creeme que he cambiado y que prometo no volver a joderte los planes nunca más, de verdad, te has convertido en alguien especial, me has demostrado demasiado. -dijo con los ojos llorosos-
Abrí mis brazos y le ofrecí un abrazo. Ella se acercó rápidamente a mi y me abrazó.
-Lucía: Gracias por contarmelo.

Narra Pablo

Mi familia y yo entramos dentro del jardín y había mucha gente picoteando con un vaso en la mano.
Los vecinos, cómo siempre se acercaban a mi por interés y me pedían que si podía firmarle una foto para su sobrina, sobrino, nieta, nieto, hija, hijo, abuelo, abuela y demás.
De pronto alcé la mirada y vi a Lucía salir de la puerta de su casa con Aida y Laura.
Al ver su sonrisa una pequeña punzada me dio en el corazón.
Vi a el Ángel ese que tan nervioso me ponía, me estaba mirando de arriba a bajo con una cara de subnormal.
Lucía se quedó mirándome fijamente y yo a ella. Cómo si compartiesemos una conversación de miradas.