Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Nueve.

Anteriormente.

-Pablo: Te lo has ganado...-rió-

Pablo saltó los arbustos que nos separaban y me cogió en brazos.
-Lucía: ¡¡QUE HACES, SUELTA!! -gritaba-
Me llevó hasta su jardín y me tiró a la piscina.
-Pablo: Ahora que. -se agachó para verme metida en la piscina-
-Lucía: Se me a metido mucha agua por la nariz -dije muy agobiada-
Pablo se acercó mas a mi para sacarme y cogí su mano, estiré de ella e hice que cayera junto a mi al agua.
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Narra Lucía
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Pablo calló al agua con los pantalones cortos y la camiseta básica que llevaba puesta.
Asomó la cabeza del agua y se tiró sobre mi haciendo que me quede debajo del agua sin poder respirar.
-Lucía: ¿ERES TONTO? -dije seriamente-
De repente se puso serio y yo me di media vuelta.
-Pablo: Oye no querí...
Le interrumpí lanzándome sobre él y hundiendo su cabeza en el agua.
-Lucía: Ahora que, eh, ahora que -me reía-
Se quitó la camiseta y la dejó fuera de la piscina.
-Pablo: Estas tú muy graciosa ¿no? -rió-
La risa de la boca no se me iba en todo ese rato.
Salí fuera de la piscina y me senté en el borde de ella dejando mis pies mojándose.
Pablo se acercó a donde estaban mis pies y comenzó a hacerme cosquillas.
-Lucía: AY AY AY NO PARA, PARA -reía sin poder parar-
Aparte mis pies, donde él no pudiera atraparlos y me tumbé sobre el bordillo de la piscina.
Él salió y cogió dos toallas que habían tendidas y me dio una de ellas.  Comenzó a secarse el pelo como si de un perro se tratase.
Se sentó junto a mi en el bordillo de la piscina y nos quedamos mirando los pies mientras se mojaban en el agua.
-Pablo: Mi hermana me ha contado el por que estabas ayer en mi casa. -me dijo mientras seguía mirando sus pies-
Me quedé en completo silencio sin saber que decirle.
-Pablo: ¿Piensas seguir así? -dijo serio-
-Lucía: No lo sé...
-Pablo: ¿Has roto con él?
-Lucía: Nos hemos dado un tiempo, nada más...-empezó a formarse un nudo en mi garganta-
-Pablo: Dicen que el tiempo lo cura todo, pero este no es el caso...-dijo mientras jugaban sus pies con los mios-
-Lucía: Le quiero...sabes.
-Pablo: No dejes que te vuelva a hacer daño, no permitas que te controles ¿me oyes?
Me quedé en silencio y me levanté. Pablo también se levanto y se quedó mirándome.
-Lucía: ¿Qué? -reí-
-Pablo: ¿Estas seca ya? -dijo cogiendo mi toalla y dejándola en la hamaca
-Lucía: Sí, ya esta. -sonreí-
-Pablo: Perfecto.
Vino hacia mi y me cogió en brazos y saltó a la piscina de nuevo conmigo encima.
Salimos los dos del agua y comencé a pegarle puñetazos en su pecho desnudo.
-Pablo: Tenía que hacerlo -rió-
Me quedé hipnotizada por su risa y una sonrisa desfilaba en mi rostro al verla.
-Pablo: ¿La señorita Lulú tiene cosquillas? -me dijo riendo-
-Lucía: QUE NO ME LLAMES LULÚ -dije muy picada-
Él comenzó a hacerme cosquillas y yo de mientras le tiraba agua para que parara de una vez por todas.
Llegamos a el borde de la piscina y quedé sobre la pared y él. Se quedó mirando mis ojos y sacó una pequeña sonrisa a pasear.
-Pablo: No sé por que, pero eres diferente.
Empecé a quedarme incomoda ya que él y yo estábamos demasiado cerca y para romper el hielo le empujé hacia atrás volviendo a hundirle.
Salí de la piscina corriendo y salté los arbustos quedando ya en mi jardín.
-Pablo: Eso es trampa -rió- ¡no hullas cobarde!
-Lucía: Aquí ya no puedes tirarme de nuevo -le saqué la lengua-
Salió de la piscina corriendo y vino hacia mi.
Me volvió a coger en brazos.
-Lucía: ¿NO TE DOY PENAAAAAAA? NO ME TIRES! -gritaba-
Me dejó acostada en el suelo y comenzó a hacerme cosquillas.
-Lucía: PABLO PARA PARA -decía sin poder parar de reír- ¡¡Que hay hormiguitas en el césped y me dan asco!!
-Pablo: Pobres hormigas, no se merecen tanto odio. -dijo riéndose y sin dejar de hacerme cosquillas-
De repente salió mi tía por la puerta y se quedó mirándonos.
-Samanta: ¿Sabeis que son las doce de la noche y estáis gritando no? -dijo seria-
-Pablo: Perdona. -se levantó rápidamente del césped dejándome a mi tumbada-
-Samanta: Ay que serio te has puesto -reía- que cara Pablo.
Pablo sonrió avergonzado.
-Samanta: Chiquilla que haces ahí tirada, mojada y llena de césped. -decía riendo- Anda tira pa' dentro ya que no son horas de ir gritando, que la vieja de en frente esta amargada -volvió a reír-
Me levanté del suelo y me dirigí hacia la puerta. Mi tía se adentró en la casa y me quedé en la puerta mirando como Pablo saltaba los arbustos por tercera o cuarta vez en la noche.
-Lucía: Buenas noches -le sonreí-
-Pablo: Que descanses -dijo devolviendo la sonrisa-
Entré dentro y subí directa hacía el cuarto de baño a darme una ducha rápida.

Al salir me puse el pijama y me senté sobre el borde de la cama.
Me quedé pensando en Ángel, en todo lo que había ocurrido y lo que puede ocurrir más adelante.
Alcé la cabeza y vi la luz encendida de la habitación de Pablo que podía observar desde mi ventana.
Me asomé lentamente por la ventana y le vi a él con solo una toalla en la parte inferior de su cuerpo.
Mis mejillas comenzaron a ponerse coloradas pero yo sin ninguna queja seguía viéndole a escondidas por mi ventana.
Cogió una toalla y comenzó a secarse el pelo como un loco.
De repente fijo la mirada hacia mi ventana y rápidamente me agaché.
Apareció mi hermano por mi puerta y se quedó mirándome con una cara de tonto.
-Borja: ¿Se puede saber que haces tirada en el suelo?
-Lucía: CÁLLATE GILIPOLLAS, CÁLLATE.
-Borja: ¿Por que me tengo que callar?
Me asomé lentamente de nuevo para ver si Pablo estaba mirando y efectivamente, estaba mirando hacía mi ventana y supongo que escuchando todo.
-Borja: ¿ESTABAS ESPIANDO A PABLO?
-Lucía: PERO QUE DICES.
Mi hermano comenzó a reírse y yo cómo una tonta tirada en el suelo.
Lentamente me levanté y disimulé. Miré a la ventana de Pablo y saludé.
Pablo con una pequeña risa me saludó.
-Lucía: ¿Te mato ya? -le dije muy cabreada a mi hermano-
-Borja: Lú espiando al famoso -reía-
-Lucía: LARGO DE MI HABITACIÓN, FUCHIFUCHI.
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Al día siguiente
Narra Pablo
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Abrí los ojos lentamente y vi una pequeña mano que rodeaba mi pecho. Rápidamente miré a mi lado y encontré a mi sobrina abrazada a mi y roncando en voz baja.
Una sonrisa muy curiosa salió de mi y le di un beso en la frente. Supuse que tuvo miedo por la noche y vino hacía mi cuarto, cómo ya a hecho varias veces ya que si va a dormir con su madre ella le llevaría de nuevo a la cama.
Me levanté lentamente de la cama y me puse unos pantalones de pijama.
Bajé a la cocina y cogí dos magdalenas y salí al jardín. Me quedé mirando la piscina y me acordé de la noche tan graciosa que había tenido con la vecina.
Tocaron al timbre y fui hacia a la puerta del jardín a abrir la puerta.
-Pablo: ¿Aida? -dije extrañado por su presencia-
-Aida: Hola Pablo -me abrazó muy triste-
-Pablo: ¿Qué ocurre? -dije algo preocupado-
-Aida: Estoy triste, me siento sola y no se a quien acudir. -decía con la voz muy atragantada-
-Pablo: Solo me conoces de ayer y bue...-me interrumpió
-Aida: ABRÁZAME OTRA VEZ -se lanzó a mis brazos-
-Pablo: No entiendo na..-me interrumpió de nuevo-
-Aida: SHHH SSSHHH ABRÁZAME ESTOY TRISTE.
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Narra Lucía
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-Samanta: Vamos, daros prisa que hay que abrir la pastelería -dijo con prisas- GO GO GO -gritó-
Salimos de casa y cerramos la puerta con llave.
Al salir vi el coche de Aida en la puerta y al girarme vi cómo ella y Pablo se abrazaban.
-Lucía: Buenos días. -dije interrumpiendo-
Se separaron y Aida sonrió muy falsamente.
-Pablo: Bu-bu-buenos días. -dijo nervioso-
Me adentré en el coche de mi tía y nos pusimos en camino a la pastelería.
-Samanta: ¿Están liados? -rió-
-Lucía: Ni idea. -dije mirando por la ventana-
-Samanta: ¿Estas celosa? -volvió a reír-
-Borja: Cómo va a estar celosa si esta con Ángel. -respondió por mí-
-Samanta: Por cierto ¿donde está? ya no le veo por casa. -dijo algo preocupada-
No respondí y seguí mirando por la ventana.
-Borja: ¿Ya os habéis peleado de nuevo? -preguntó cabreado-
Cogí las llaves de la pastelería y bajé rápidamente a abrir.
-Samanta: Bueno, pues esperamos que os arregléis, antipática mía -rió-
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Por la noche
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Fui a dar un paseo por las calles para ir conociendo más y más este lugar.
A lo lejos vi a Laura, la pelirroja que conocí el primer día que estuve aquí.
-Lucía: ¡HEY! -le grité mientras me acercaba a ella-
-Laura: Hola Lucía. -dijo con una sonrisa tímida en su rostro-

Estuvimos caminando las dos juntas un buen rato para matar el tiempo de la noche.
-Laura: Tengo que contarte algo...se que te va a sonar demasiado raro. -dijo muy seria-
-Lucía: ¿Qué ocurre? -me detuve-
-Laura: Eres una chica de puta madre y no te mereces que te hagan estas tonterías.
-Lucía: Me estas asustando -dije con un nudo en la garganta-

2 comentarios:

  1. Te ganas las visitas Sara, está increíble y aunque te lo haya dicho muchas veces, es la verdad. Escribes de maravilla <3

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  2. ESTOOY ANSIOSA POR SABER QUE PASARA,subeloooo ya por dios!!Escribes increible,te admiro.

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