Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Cuatro.

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Sin mirar por donde iba choque con una persona.
-¡Hey cuidado morena!
-Lucía: Perdóname, no me había dado cuenta...-dije muy alterada-
-Oh, dios, ¡AMO TU VESTIDO!
-Lucía: Gracias supong..-me interrumpió-
-Soy Aida, la mejor modelo que podrás encontrar en Málaga. -me dio dos besos-
-Lucía: encantad...-me volvió a interrumpir-
-Aida: No me suenas, eres nueva se ve. -dijo con un tono muy alegre-
-Lucía: Todo el mundo me dice lo mis...-de nuevo, me interrumpió-
-Aida: Tía, yo no se, pero hoy quiero tirarme a alguien. -reía- Me da que ese alguien tiene que ser él...-dijo señalando con el dedo a una persona-
Me fijé bien en la persona que el dedo de aquella modelo que acababa de conocer señalaba con su dedo tan fino.
-Aida: Se ve que es mu' cerrao' el chiquillo por que nunca se acerca a mi. -ríe- pero vamos, en nada lo tendré verás. Ven, acompáñame..

Lo único que podía pensar en ese momento es que estoy conociendo a personas que nunca imaginaria que me hablarían.
Resumiendo...yo no se que hago para meterme en todo esto.
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Narra Lucía.
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Nos fuimos acercando a un joven chico que estaba de espaldas hablando con más gente.
Aida me miró y me guiñó un ojo.
No se por que me he metido en esto, pensaba continuamente.
Aida se acercó a ese chico que tanto le gustaba y adrede se chocó con él.
-Aida: ¡AY PERDONA PERDONA! -decía Aida falsamente- NO ME HE DADO CUENTA, LO SIENTO!
El chico rápidamente se giró para ver que le había chocado.
¿Pablo Alborán? ¿Alborán de nuevo?
-Pablo: No te preocupes. -le dijo con una sonrisa- todo esta bien.
-Aida: Perdóname de verdad -sonrió muy pícara intentando ligar-
Pablo se giró hacía donde me encontraba yo y soltó una pequeña carcajada.
-Pablo: Pero si es la sobrina de Sam que se puso en medio de la carretera. -me sonrió-
-Aida: ¿LA CONOCES? -le dijo a Pablo-
Yo miré a Pablo con una sonrisa falsa y me di media vuelta para marcharme de ese sitio.
No entiendo el por qué, pero cuándo me mira Alborán me siento incomoda, como si buscara en mi mirada toda mi historia, es difícil de explicar.
Aida vino detrás de mí rápidamente.
-Aida: ¡¡Oye, espera!! -decía detrás de mi mientras seguía caminando por el salón de la fiesta- ¿De que os conocéis?
-Lucía: Es mi vecino -dije muy seca- y...por casi me atropella.
-Aida: No jodas -rió- pues ya estas volviendo y presentándome tranquilamente, ya sabes -me miró de forma pícara- esta noche no quiero dormir sola. -rió-
-Lucía: Hazlo por ti sola, tampoco tengo mucho que ver en ese asunto -dije algo molesta-
-Aida: Vamos, no te pongas así. -me detuvo-
-Lucía: Me voy a mi casa, no quiero estar más en esta fiesta, me aburre demasiado. -dije algo apenada-
-Aida: Al menos dame tu número, me has caído bien. -me sonrió-
Cogí su movil y marqué mi número. Seguidamente me marché de aquel lugar cogiendo un taxi y dejando a mi hermano y a aquella chica llamada Aida en esa fiesta de pijos.
Sinceramente, me sentía algo mal, ya que había sido grosera con Aida, cuando ella solo intentaba hacer una amistad.
Llegué a casa, cogí mi cuaderno de dibujo, encendí la lampara de lava que tenía en mi habitación y tumbada en la cama mirando hacía el techo deseaba que me llegara la inspiración, la cual sabía que no iba a llegar tras esta noche tan rara que había pasado.
Dando vueltas en circulo a mi habitación, sin nada que hacer, sin poder dormir aquella noche, decidí coger mi cámara y bajar a la calle a sacarle fotos a la luna tan bonita que se encontraba detrás de la casa.
Salí fuera de la casa ya que desde el jardín no se podía contemplar de buena forma. Me quedé apoyada en el muro de la casa de en frente y comencé a sacarle fotos a aquella luna tan bonita que había salido a pasear esa noche sin estrellas.
Tan pendiente estaba de enfocar bien a la luna que ni siquiera sentía el sonido de los grillos entrando por mis orejas.
En ese momento que iba a sacar por fin la foto, alguien puso su maldita mano en la cámara e hizo que en la foto saliera esa mano.
Aparte la cámara de mis narices y vi de nuevo a el famoso, Pablo Alborán.
-Lucía: Gracias por fastidiarme la foto. -dije algo cabreada mientras borraba la foto-
Pablo se rió mientras sacaba las llaves de su bolsillo.
Le miré algo cabreada y caminé hacia la puerta para entrar en casa.
Metí la mano en el bolsillo para sacar las llaves.
-Lucía: Oh, no, no, no. -rebuscaba más por mi cuerpo las llaves- Mierda, oh, dios, mierda.
Pablo me miraba extrañado por lo que decía.
-Lucía: FANTASTICO -dije irónicamente-
-Pablo: ¿Ocurre algo? -me dijo extrañado-
-Lucía: Que hasta las dos de la mañana no podré entrar en casa, genial. -seguía con la ironía- con esto te habrás dado cuenta que soy una maldita despistada.
Pablo soltó una pequeña carcajada a la vez que abría la puerta de su casa que daba al jardín primero.
-Lucía: A mi no me hace gracia. -dije enfadada-
-Pablo: Vamos, entra en mi casa mientras.
¿Pablo Alborán me estaba invitando a entrar en su casa?. Yo cuento esto en Almeria y me toman por loca.
Le miré algo extrañada pero no dudé en entrar, ya que sola en la calle no me iba a quedar.
Abrió la puerta y acto después abrió la puerta que definitivamente era para entrar dentro de la casa.
-Pablo: Hola Casilda. -le dijo a una chica que estaba sentada en el sofá leyendo un libro-
Él fue hacía la cocina mientras me dejaba sola en la entrada de su casa. Entre algo avergonzada.
-Lucía: Esto...em...-la verguenza podía conmigo- em...hola, buenas noches. -dije al fin-
-Casilda: Pablo, no sabía que hoy no dormirías solo. -gritó para que le escuchara-
-Lucía: No, no, no...te equivocas, yo...-Pablo apareció por detrás de mi y me interrumpió-
-Pablo: Es sobrina de Sam, la vecina, que es una despistada y se le han olvidado las llaves. -dijo con la boca llena a causa de una galleta de chocolate-
Le miré mal por haber dicho que soy una despistada pero no podía negarlo, lo soy.
La tal Casilda, se acercó a mi y me dio dos besos mientras Pablo se iba.
-Casilda: Yo soy su hermana, Casilda, encantada de conocerte...em...
-Lucía: Soy Lucía. -dije con una sonrisa vergonzosa-
Pablo subía unas escaleras y con la mano me dijo que le acompañara. Yo, sin haberme quitado esa verguenza, le hice caso y subí detrás de él.
Entramos a una espaciosa habitación, bien decorada, demasiado perfecta y supuse que debería ser donde él dormía.
-Pablo: Mi madre solía decirme que no deje entrar a desconocidos a casa. -rió mientras se sentaba en la cama-
-Lucía: Tampoco soy una desconocida, sabes. -dije algo molesta-
-Pablo: No se ni tu nombre. -contestó haciéndome quedar mal-
-Lucía: Ahá...y...que quieres saber de mi. -dije acercándome lentamente a él-
Se empezó a poner nervioso y se separó un poco de mi.
-Pablo: Solo te diré una cosa, eh, que no es por nada pero...no se ni tu nombre. -rió-
-Lucía: Me llamo Lucía, puedes llamarme como quieras menos Lulú.
-Pablo: Vale Lulú. -rió-
-Lucía: No me llames así, por favor. -me tapé los oídos-
-Pablo: Lulú es un bonito nombre para una joven como tu...
-Lucía: No para una chica de 22 años, majo. -le di un pequeño puñetazo en el pecho-

Tras pasar una hora y media, estábamos encima de su cama sin zapatillas y sentados con los pies cruzados mientras jugábamos a las cartas.

-Pablo: He vuelto a ganar.
-Lucía: No me gusta este juego..-dije mientras tiraba con mala gana las cartas-
-Pablo: eso es por que juegas demasiado mal Lulú -rió-

Le miré con cara de asesina y cogí mi móvil para ver la hora.
6 Whatsapp de Ángel preguntándome que donde estaba.
-Lucía: Tengo que irme. -dije mientras rápidamente me levantaba de la cama-
-Pablo: Aún no son las dos...
Me asomé por la ventana de Pablo y vi que el coche de mi Ángel que estaba aparcado en mi entrada.
-Lucía: Ay joder...
Bajé rápidamente las escaleras y dije adiós sin más a la hermana de Pablo.
Él, rápidamente se asomo a la puerta.
-Pablo: ¿Que ocurre? -me gritó mientras corría por el jardín hacía la puerta de la salida de su casa-
-Lucía: Gracias por matar el tiempo conmigo -le agradecía gritando-

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