Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Diez.

Anteriormente.

Fui a dar un paseo por las calles para ir conociendo más y más este lugar.
A lo lejos vi a Laura, la pelirroja que conocí el primer día que estuve aquí.
-Lucía: ¡HEY! -le grité mientras me acercaba a ella-
-Laura: Hola Lucía. -dijo con una sonrisa tímida en su rostro-

Estuvimos caminando las dos juntas un buen rato para matar el tiempo de la noche.
-Laura: Tengo que contarte algo...se que te va a sonar demasiado raro. -dijo muy seria-
-Lucía: ¿Qué ocurre? -me detuve-
-Laura: Eres una chica de puta madre y no te mereces que te hagan estas tonterías.
-Lucía: Me estas asustando -dije con un nudo en la garganta-
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Narra Lucía.

-Laura: Tiene que ver con Aida, ella no es cómo piensas, ella te esta...
-Lucía: Utilizando. -añadí-
-Laura: ¿Cómo lo has sabido? -preguntó sorprendida-
-Lucía: No soy tan tonta cómo parezco, digo yo.
-Laura: ¿Y cómo te has dado cuenta?
-Lucía: Sencillo, el primer día, el día que le conocí me dijo que le presentara a Pablo y yo me negué, al momento me pidió mi teléfono mientras no le quitaba ojo al culo -subí una ceja- de Pablo...y al día siguiente me dijo de quedar y casualidad que quería recogerme ella en mi casa. Cada vez que quedamos viene ella a recogerme y siempre se queda mirando el jardín de Pablo. No es que afirme que me este utilizando, es solo un pensamiento.
-Laura: Pues estas en lo cierto. -sonrió-
-Lucía: Que haga lo que quiera -suspiré- Bueno, será mejor que me vaya ya a casa, se esta haciendo muy tarde. -dije mirando el móvil-
-Laura: Sí, será lo mejor. Toma, mi teléfono, el mio no lo tienes -rió- tienes el de Aida.
-Lucía: Ah, vale, esta bien, ahora lo guardo. -dije cogiendo el papel de sus manos-
Me despedí de ella y fui lo más rápida que pude hacia casa.

Una semana después

-Samanta: Lucía, despierta...despierta...DESPIERTA JODER. -pegó un grito-
-Lucía: Estaba despierta -dije bostezando-
-Samanta: Tu madre al teléfono. -me pasó el teléfono fijo-
-Lucía: Oh, se a decidido en llamarme por fin....-me coloqué el teléfono en la oreja- Dime mamá. -salí al balcón de mi habitación mientras me hablaba-
-Irene: Estoy de compras y he visto un vestido ¡PRECIOSO! azul, de palabra de honor y te quedará perfecto para mi boda y cla..-le interrumpí-
-Lucía: Mamá, no voy a ir a la boda. -dije seria-
-Irene: No vengas con lo de siempre de que no vas a venir.
-Lucía: Es que no pienso ir...
-Irene: Pero Luc...-le interrumpí de nuevo-
-Lucía: Es que encima solo me llamas para hablarme de un dichoso vestido, llevo dos semanas aquí y no has llamado ni un solo día para preguntar cómo estoy ni nada.-un nudo en la garganta comenzó a formarse- Si vamos a estar siempre en ese plan a mi se me quitan todas las ganas.
-Irene: He estado ocupada, ya sabes.
-Lucia: ¿Con que?
-Irene: Pues...
-Lucia: ¿Con Axel?
colgué el teléfono y resoplé al viento.
Bajé la mirada y vi a Aida entrando por la puerta del jardín de Pablo. Ella levantó la mirada hacia mi balcón y me saludó con la mano muy contenta. Pablo me miró y solo sonrió. Yo ignorando todo, me metí dentro de la habitación y me tiré de nuevo en la cama.
He perdido a mi mejor amiga, al que era mi novio, poco a poco a mi madre y a todos mis amigos que quedaban en mi barrio de siempre. Poco a poco iba formando una nueva vida aquí. Una vida algo incomoda.
Me levanté y decidí hacer algo productivo en este domingo de mierda que me esperaba.
Cogí mi cámara fotos y bajé al jardín.
Tirada en el césped con una toalla y con Shadow lamiendo mi pierna, comencé a hacer fotos a las nubes y a todo lo que se encontraba a mi al rededor.
Escuché la puerta del jardín de Pablo y vi como Aida se iba.
Mi tía se sentó a mi lado y suspiró.
-Samanta: Siempre estas pendiente de ellos dos, eh. -rió-
-Lucía: No, te equivocas. -reí-
-Samanta: Estoy completamente segura de lo que digo.
-Lucía: Haber, es que....cada vez que les veo, siento algo dentro que me agobia y cla..-me interrumpió-
-Samanta: Celos Lucía, eso se llaman celos. -rió-
-Lucía: ¡QUE NO! -grité-
-Samanta: Te gusta el señorito Alborán. -me sacó la lengua-
Resoplé y miré hacia el cielo.
-Samanta: No me cuentas nada, nunca. -dijo seria- siempre me lo has contado todo y ahora nada, ni si quiera me has contado el por que no estas con Ángel.
-Lucía: No se Sam, no sé. YO ESTOY CONFUSA. -me levanté y me adentré en mi casa-
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Por la tarde
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-Sam: ¿Puedo pasar? -dijo asomándose por mi puerta-
-Lucía: Que quieres. -dije mientras seguía leyendo un libro-
-Sam: Ya te puedes ir arreglando, tienes una cita. -dijo riendose-
-Lucía: ¿Pero que dices? -le miré muy extrañada-
-Sam: El vecinito te espera a las diez en el restaurante La Bretagne -dijo con un acento francés muy pésimo-
-Lucía: NO ME JODAS -dije enfadada- QUE HAS HECHO SAM ¿LE HAS DICHO QUE ME LLEVE A CENAR?
-Sam: Solo le he dicho que vendría bien que salgais un poquito por ahí los dos -me guiñó un ojo-
-Lucía: TE VOY A MATAR. -dije gritando mientras me levantaba de la cama-
-Sam: ¡Encima que te consigo una cita!
-Lucía: PERO NO DE ESA FORMA, SE PENSARÁ QUE ESTOY NECESITADA.
-Sam: Eh, bueno, tranquilita. -rió-
-Lucía: Voy a ir...pero por que no quiero dejarle así. -resoplé- te voy a matar algún día de estos -dije mientras sacaba mi vestido del armario- TE MATARÉ.
-Sam: De nadaaaaaaa -rió mientras salía de la habitación-
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Me adentré dentro del coche de mi hermano que el mismo iba a llevarme a esa ''cita'' que mi tía la liante había convocado.
Todo el rato en mi cabeza pensaba en matar a mi tía Sam a la vuelta de la cita.
-Borja: Con que una cita con Pablo, eh. -rió-
-Lucía: Tu calla.
-Borja: ¿A que te dejo aquí en medio y te vas andando?
-Lucía: Te quiero.
Mi hermano rió y siguió conduciendo.
Al llegar bajé y por el cristal del restaurante vi a Pablo sentado en una de las mesas.
Entré y uno de los camareros me llevo hasta la mesa.
Pablo me miró y sonrió. Se acercó a mi y me dio dos besos. Me acomodó en la mesa y se sentó en frente de mí.
-Lucía: Puedo explicarte esto, no tengo nada que ver, de verd..-me interrumpió-
-Pablo: No importa. -rió- igual tenía ganas de llevarte a cenar. -me sonrió-
-Lucía: ¿De verdad? -dije sorprendida-
-Pablo: De verdad -rió- Tu tía me a sacado de un aprieto, yo soy muy vergonzoso para pedir una cita a alguien.
-Lucía: Pero esto es una cita de amigos ¿verdad? -dije muy vergonzosa-
Pablo no contestó, tan solo puso el vino en nuestras copas y rió.
-Pablo: Por cierto, estas muy guapa esta noche. -dijo mientras miraba su plato-
Me quedé muda y sonreí con la cabeza hacía abajo.

Tras un largo y bonito rato hablando y conociéndonos mucho más decidimos marcharnos y dar una pequeña vuelta por las calles oscuras.

-Lucía: Se que no debería preguntarte esto pero...me contaste que te pusieron los cuernos y ya sabes...quería preguntar que...¿Cómo te enteraste? -pregunté vergonzosa mientras seguiamos caminando-
-Pablo: Eso no hace falta descubrirlo, una persona cuando te pone los cuernos ya no es la misma contigo -dijo sincerándose- Y bueno por que ya tantas advertencias preocupaban -rió-
-Lucía: Debió de ser duro...lo siento.
-Pablo: No te preocupes, todo eso ya esta superado. -me dijo mostrando una bonita sonrisa y mirando hacía el suelo mientras caminábamos-
Llegamos a casa y me quedé mirándole con una gran sonrisa.
-Pablo: ¿Qué pasa? -rió-
-Lucía: Nada, nada. -le dije entre risas-
-Pablo: Bueno...buenas noches, entonces.
Poco a poco se acercó a mi y me dio un bonito beso en la mejilla que hizo que me pusiera algo colorada.
-Lucía: Bu-buenas noches. -dije nerviosa-
Entre dentro de mi jardín mientras me mordía yo misma el labio.
Me adentré en casa y mi tía estaba durmiendo en el sofá con el programa de cotilleo puesto.
-Lucía: SAM, TE QUIERO.
-Samanta: ¿EH? ¿EH? -dijo despertándose- CA'PASAO', CO'CURRE AQUÍ. -dijo asustada-
-Lucía: Nada, que te quiero.
-Samanta: Ah, coño, eres tú. -dijo aliviada- ¿Cómo que me quieres?¿Dónde a quedado él...TE VOY A MATAR? -rió-
-Lucía: No sé, pero te quiero. -dije sonriente-
Subí a mi habitación y me tumbé sobre la cama soltando un largo suspiro.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Nueve.

Anteriormente.

-Pablo: Te lo has ganado...-rió-

Pablo saltó los arbustos que nos separaban y me cogió en brazos.
-Lucía: ¡¡QUE HACES, SUELTA!! -gritaba-
Me llevó hasta su jardín y me tiró a la piscina.
-Pablo: Ahora que. -se agachó para verme metida en la piscina-
-Lucía: Se me a metido mucha agua por la nariz -dije muy agobiada-
Pablo se acercó mas a mi para sacarme y cogí su mano, estiré de ella e hice que cayera junto a mi al agua.
_____
Narra Lucía
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Pablo calló al agua con los pantalones cortos y la camiseta básica que llevaba puesta.
Asomó la cabeza del agua y se tiró sobre mi haciendo que me quede debajo del agua sin poder respirar.
-Lucía: ¿ERES TONTO? -dije seriamente-
De repente se puso serio y yo me di media vuelta.
-Pablo: Oye no querí...
Le interrumpí lanzándome sobre él y hundiendo su cabeza en el agua.
-Lucía: Ahora que, eh, ahora que -me reía-
Se quitó la camiseta y la dejó fuera de la piscina.
-Pablo: Estas tú muy graciosa ¿no? -rió-
La risa de la boca no se me iba en todo ese rato.
Salí fuera de la piscina y me senté en el borde de ella dejando mis pies mojándose.
Pablo se acercó a donde estaban mis pies y comenzó a hacerme cosquillas.
-Lucía: AY AY AY NO PARA, PARA -reía sin poder parar-
Aparte mis pies, donde él no pudiera atraparlos y me tumbé sobre el bordillo de la piscina.
Él salió y cogió dos toallas que habían tendidas y me dio una de ellas.  Comenzó a secarse el pelo como si de un perro se tratase.
Se sentó junto a mi en el bordillo de la piscina y nos quedamos mirando los pies mientras se mojaban en el agua.
-Pablo: Mi hermana me ha contado el por que estabas ayer en mi casa. -me dijo mientras seguía mirando sus pies-
Me quedé en completo silencio sin saber que decirle.
-Pablo: ¿Piensas seguir así? -dijo serio-
-Lucía: No lo sé...
-Pablo: ¿Has roto con él?
-Lucía: Nos hemos dado un tiempo, nada más...-empezó a formarse un nudo en mi garganta-
-Pablo: Dicen que el tiempo lo cura todo, pero este no es el caso...-dijo mientras jugaban sus pies con los mios-
-Lucía: Le quiero...sabes.
-Pablo: No dejes que te vuelva a hacer daño, no permitas que te controles ¿me oyes?
Me quedé en silencio y me levanté. Pablo también se levanto y se quedó mirándome.
-Lucía: ¿Qué? -reí-
-Pablo: ¿Estas seca ya? -dijo cogiendo mi toalla y dejándola en la hamaca
-Lucía: Sí, ya esta. -sonreí-
-Pablo: Perfecto.
Vino hacia mi y me cogió en brazos y saltó a la piscina de nuevo conmigo encima.
Salimos los dos del agua y comencé a pegarle puñetazos en su pecho desnudo.
-Pablo: Tenía que hacerlo -rió-
Me quedé hipnotizada por su risa y una sonrisa desfilaba en mi rostro al verla.
-Pablo: ¿La señorita Lulú tiene cosquillas? -me dijo riendo-
-Lucía: QUE NO ME LLAMES LULÚ -dije muy picada-
Él comenzó a hacerme cosquillas y yo de mientras le tiraba agua para que parara de una vez por todas.
Llegamos a el borde de la piscina y quedé sobre la pared y él. Se quedó mirando mis ojos y sacó una pequeña sonrisa a pasear.
-Pablo: No sé por que, pero eres diferente.
Empecé a quedarme incomoda ya que él y yo estábamos demasiado cerca y para romper el hielo le empujé hacia atrás volviendo a hundirle.
Salí de la piscina corriendo y salté los arbustos quedando ya en mi jardín.
-Pablo: Eso es trampa -rió- ¡no hullas cobarde!
-Lucía: Aquí ya no puedes tirarme de nuevo -le saqué la lengua-
Salió de la piscina corriendo y vino hacia mi.
Me volvió a coger en brazos.
-Lucía: ¿NO TE DOY PENAAAAAAA? NO ME TIRES! -gritaba-
Me dejó acostada en el suelo y comenzó a hacerme cosquillas.
-Lucía: PABLO PARA PARA -decía sin poder parar de reír- ¡¡Que hay hormiguitas en el césped y me dan asco!!
-Pablo: Pobres hormigas, no se merecen tanto odio. -dijo riéndose y sin dejar de hacerme cosquillas-
De repente salió mi tía por la puerta y se quedó mirándonos.
-Samanta: ¿Sabeis que son las doce de la noche y estáis gritando no? -dijo seria-
-Pablo: Perdona. -se levantó rápidamente del césped dejándome a mi tumbada-
-Samanta: Ay que serio te has puesto -reía- que cara Pablo.
Pablo sonrió avergonzado.
-Samanta: Chiquilla que haces ahí tirada, mojada y llena de césped. -decía riendo- Anda tira pa' dentro ya que no son horas de ir gritando, que la vieja de en frente esta amargada -volvió a reír-
Me levanté del suelo y me dirigí hacia la puerta. Mi tía se adentró en la casa y me quedé en la puerta mirando como Pablo saltaba los arbustos por tercera o cuarta vez en la noche.
-Lucía: Buenas noches -le sonreí-
-Pablo: Que descanses -dijo devolviendo la sonrisa-
Entré dentro y subí directa hacía el cuarto de baño a darme una ducha rápida.

Al salir me puse el pijama y me senté sobre el borde de la cama.
Me quedé pensando en Ángel, en todo lo que había ocurrido y lo que puede ocurrir más adelante.
Alcé la cabeza y vi la luz encendida de la habitación de Pablo que podía observar desde mi ventana.
Me asomé lentamente por la ventana y le vi a él con solo una toalla en la parte inferior de su cuerpo.
Mis mejillas comenzaron a ponerse coloradas pero yo sin ninguna queja seguía viéndole a escondidas por mi ventana.
Cogió una toalla y comenzó a secarse el pelo como un loco.
De repente fijo la mirada hacia mi ventana y rápidamente me agaché.
Apareció mi hermano por mi puerta y se quedó mirándome con una cara de tonto.
-Borja: ¿Se puede saber que haces tirada en el suelo?
-Lucía: CÁLLATE GILIPOLLAS, CÁLLATE.
-Borja: ¿Por que me tengo que callar?
Me asomé lentamente de nuevo para ver si Pablo estaba mirando y efectivamente, estaba mirando hacía mi ventana y supongo que escuchando todo.
-Borja: ¿ESTABAS ESPIANDO A PABLO?
-Lucía: PERO QUE DICES.
Mi hermano comenzó a reírse y yo cómo una tonta tirada en el suelo.
Lentamente me levanté y disimulé. Miré a la ventana de Pablo y saludé.
Pablo con una pequeña risa me saludó.
-Lucía: ¿Te mato ya? -le dije muy cabreada a mi hermano-
-Borja: Lú espiando al famoso -reía-
-Lucía: LARGO DE MI HABITACIÓN, FUCHIFUCHI.
_________________
Al día siguiente
Narra Pablo
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Abrí los ojos lentamente y vi una pequeña mano que rodeaba mi pecho. Rápidamente miré a mi lado y encontré a mi sobrina abrazada a mi y roncando en voz baja.
Una sonrisa muy curiosa salió de mi y le di un beso en la frente. Supuse que tuvo miedo por la noche y vino hacía mi cuarto, cómo ya a hecho varias veces ya que si va a dormir con su madre ella le llevaría de nuevo a la cama.
Me levanté lentamente de la cama y me puse unos pantalones de pijama.
Bajé a la cocina y cogí dos magdalenas y salí al jardín. Me quedé mirando la piscina y me acordé de la noche tan graciosa que había tenido con la vecina.
Tocaron al timbre y fui hacia a la puerta del jardín a abrir la puerta.
-Pablo: ¿Aida? -dije extrañado por su presencia-
-Aida: Hola Pablo -me abrazó muy triste-
-Pablo: ¿Qué ocurre? -dije algo preocupado-
-Aida: Estoy triste, me siento sola y no se a quien acudir. -decía con la voz muy atragantada-
-Pablo: Solo me conoces de ayer y bue...-me interrumpió
-Aida: ABRÁZAME OTRA VEZ -se lanzó a mis brazos-
-Pablo: No entiendo na..-me interrumpió de nuevo-
-Aida: SHHH SSSHHH ABRÁZAME ESTOY TRISTE.
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Narra Lucía
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-Samanta: Vamos, daros prisa que hay que abrir la pastelería -dijo con prisas- GO GO GO -gritó-
Salimos de casa y cerramos la puerta con llave.
Al salir vi el coche de Aida en la puerta y al girarme vi cómo ella y Pablo se abrazaban.
-Lucía: Buenos días. -dije interrumpiendo-
Se separaron y Aida sonrió muy falsamente.
-Pablo: Bu-bu-buenos días. -dijo nervioso-
Me adentré en el coche de mi tía y nos pusimos en camino a la pastelería.
-Samanta: ¿Están liados? -rió-
-Lucía: Ni idea. -dije mirando por la ventana-
-Samanta: ¿Estas celosa? -volvió a reír-
-Borja: Cómo va a estar celosa si esta con Ángel. -respondió por mí-
-Samanta: Por cierto ¿donde está? ya no le veo por casa. -dijo algo preocupada-
No respondí y seguí mirando por la ventana.
-Borja: ¿Ya os habéis peleado de nuevo? -preguntó cabreado-
Cogí las llaves de la pastelería y bajé rápidamente a abrir.
-Samanta: Bueno, pues esperamos que os arregléis, antipática mía -rió-
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Por la noche
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Fui a dar un paseo por las calles para ir conociendo más y más este lugar.
A lo lejos vi a Laura, la pelirroja que conocí el primer día que estuve aquí.
-Lucía: ¡HEY! -le grité mientras me acercaba a ella-
-Laura: Hola Lucía. -dijo con una sonrisa tímida en su rostro-

Estuvimos caminando las dos juntas un buen rato para matar el tiempo de la noche.
-Laura: Tengo que contarte algo...se que te va a sonar demasiado raro. -dijo muy seria-
-Lucía: ¿Qué ocurre? -me detuve-
-Laura: Eres una chica de puta madre y no te mereces que te hagan estas tonterías.
-Lucía: Me estas asustando -dije con un nudo en la garganta-

viernes, 27 de diciembre de 2013

Ocho.

Anteriormente.

Casilda bajó las escaleras riéndose y yo avergonzada me quedé quieta y seguí sonriendo.
De pronto Pablo abrió su puerta y me hizo una pequeña cosquilla en el costado.
Pegué un pequeño chillido y me giré rápidamente.
-Pablo: ¿Qué haces aquí? -sonrió-

Narra Pablo
Escuché hablar justo detrás de la puerta de mi habitación y salí para ver de quien se trataba.
Abrí la puerta y era Lucía. Se encontraba de espaldas a mi puerta. Le reconocí por su pelo moreno y liso.
Por hacer la gracia puse mis dedos en sus costados y hice una pequeña cosquilla provocando que pegara un pequeño chillido y salto.
-Pablo: ¿Qué haces aquí? -pregunté sonriente y sorprendido-
Ella se giró rápidamente algo asustada.
-Lucía: Tu hermana me invitó a pasar. -dijo nerviosa-
-Pablo: ¿Se te han vuelto a perder las llaves? -reí-
Ella me miró con cara de asesina y rió.
-Lucía: No, esta vez no. -resopló-
-Pablo: ¿Entonces...? -pregunté extrañado-
-Lucía: Solo que...-se empezó a poner aun más nerviosa de lo que estaba- Mejor me voy ya.
Ella se dio media vuelta y bajó las escaleras rápidamente.
-Pablo: Espera ¡oye! -gritaba mientras le seguía- ¿Pero que pasa?
-Lucía: Buenas noches a todos -le dijo a mi familia muy sonriente y nerviosa y salió de mi casa-
Salí fuera y ella saltó los bajos arbustos que separaban nuestros jardines.
-Pablo: Buenas noches, entonces. -dije algo asombrado por la prisa que le había dado en esos momentos-
Ella me sonrió y se metió dentro de su casa sin decir palabra alguna.
Me adentré de nuevo a mi casa aun con la duda de por qué estaba en mi casa.
De repente tocaron al timbre y salí a abrir la puerta exterior para ver quien era.
Abrí la puerta y ahí estaba Daniel, uno de mis amigos de la adolescencia que no hemos perdido mucho el contacto.
-Pablo: ¿Qué haces aquí a estas horas tío? -dije chocando su mano-
-Daniel: Una tía me a dejado plantado y no quiero llegar a mi casa y que mis compañeros de piso se rían -dijo riéndose- Y pues de paso he venido a verte muchacho.
Nos adentramos dentro de casa y subimos a mi habitación.
Estuvimos un buen rato hablando y contando experiencias, ya que hacía varias semanas que no nos veíamos.
-Daniel: Pero mira lo que tenemos aquí...-dijo acercándose a la ventana- Una buena moza desnudándose delante de tu ventana.
Me asomé a la ventana y vi a Lucía en su habitación con solo un sostén en la parte superior.
Empecé a ponerme colorado y cerré la cortina para que Daniel no siga viendo nada.
-Daniel: ¿Tienes nueva vecina y no me dices nada? -rió- Anda abre la cortina.
-Pablo: No, no hay que espiar a la gente de esa forma y menos si esta en ropa interior, por quien me has tomado. -me puse nervioso-
-Daniel: ¿ENSERIO PABLO? ¿ENSERIO? La fama te afecta, eh. -reía-
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Al día siguiente.
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Narra Pablo

Tras haberme despertado a la una de la tarde ya que Daniel no se fue hasta las tres de la mañana por no quedar mal con sus compañeros de piso, decidí salir a dar un paseo por las calles de Benalmádena con mi gorra y mis gafas, que según mi hermana, se me sigue reconociendo.
Salí de casa y habían dos chicas que sus caras me sonaban bastante.
-Pablo: Hola, buenos días. -les dije con una sonrisa-
La chica rubia se me quedó mirando con una sonrisa muy muy muy grande que me llegó a dar miedo.
De pronto salió Lucía por la puerta y se me quedó mirando algo sorprendida.
-Lucía: Buenos días. -me dijo nerviosa-
-Pablo: Buenos días Lulú. -le dije con una gran sonrisa-
-Aida: Pablo, yo soy Aida, modelo y con dinero. -rió-
-Pablo: ¿Cómo sabes mi nom...ah claro -reí- siempre se me olvida que ya soy reconocible. Em..encantado Aida -le di dos besos en la mejilla-
La pelirroja se quedó mirándome muy nerviosa sin pronunciar palabra alguna y se metió dentro del coche.
-Aida: Se pone muy nerviosa cuando ve a un famoso -ríe- Bueno Lucía ¿nos vamos?
Lucia afirmó con la cabeza sin más
La tal Aida seguía mirándome de arriba a bajo y me guiñó un ojo. Solo pude sonreirle y seguir mi camino.
-Aida: ¿Te apetece venir con nosotras a comer? No sé, pregunto.
Me quedé mirando a Lucía y pensé en que si iria con ellas habría más comunicación entre los dos y dejaría de huir de mi cómo pasó ayer a la noche.
-Pablo: Me parece bien. -sonreí- Os sigo con el coche.
Me adentré en mi coche y ellas en el suyo y seguí su recorrido por las calles para llegar al fin a ese sitio donde querían comer.
Bajé del coche y vi de lejos a Sergio, otro de mis amigos de la adolescencia y que hacia más de un mes que no veía. Ultimamente o estaba yo desaparecido, o ellos lo estaban.
-Pablo: ¡SERGIO, MOZO! -dije con una gran sonrisa en la cara y gritándole-
-Sergio: PABLO, TÍO DEL TUTÚ -rió-
Se acercó a mi y me dio un buen abrazo y me chocó la mano sin más.
-Sergio: que te trae por este parking -rió-
-Pablo: Voy a comer con unas amigas ahí mismo -dije señalando el local-
-Sergio: Hostia...y que bien que están las amigas. -dijo mirando de arriba a bajo a las tres-
-Pablo: No vas a cambiar, eh. -le pegué un pequeño puñetazo en el hombro- ¿Vienes a comer con nosotros?
-Sergio: Pues mira, sí, me apunto. -sonrió- ya no tenía nada que hacer, y no me vendría nada mal una buena muchachita -rió-
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Narra Lucía
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-Aida: Lucía ¿me acompañas al baño por favor? -dijo muy sonriente-
Afirmé con la cabeza y me dirigí hacia el baño junto a ella.
Comenzó a mirarse en el espejo y demás.
-Aida: Cuentame, que sabes de Pablo. -me dijo seria-
-Lucía: Es mi vecino y...se que es cantante.
-Aida: OH, NO ME DIGAS -rió- Ahora en serio...
-Lucía: Apenas se cosas de él, él sabe más de mí que yo de él. -agaché la cabeza-
-Aida: Bueno, pues entonces ya pensaré otra cosa. -Dijo mientras salia del baño-
Me quedé extrañada por esas preguntas sobre Pablo. Lo único que pensaba es que Aida quiere ligar con él y claro, es evidente, Pablo es demasiado guapo, humilde y...CALLA LUCÍA.
Salí del baño y volví a sentarme en la silla.
Aida, Laura, Pablo y Sergio hablaban tranquilamente y yo sin decir palabra alguna pensaba en mi familia. Ni si quiera me han llamado, y llevo ya cinco días aquí. Miriam tampoco me ha llamado, sí, Miriam, mi mejor amiga, la misma persona que me dijo que aun que me vaya la amistad seguiría en pie.
Un nudo en la garganta comenzó a formarse y salí a tomar el aire para que no pudieran ver como derramo lágrimas.
Los cuatro se me quedaron mirando algo extrañados. Me senté en unas escaleras que habían a la salida y saqué un cigarro de mi bolso. Yo no soy de fumar, pero siempre llevo uno encima por si estoy agobiada. No se si fumarse dos a la semana es fumar.
Comencé a llorar ya que la mudanza a lugar no me ha ido tan bien como yo me esperaba.
Volví a entrar dentro y sonreí como si nada.
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Por la noche
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Mi hermano y yo nos encontrábamos con el bañador puesto sentados en la mesa del jardín con Shadow, el perro. Hacia tiempo que no mantenía una conversación larga con él, sobretodo si hablamos de familia.
-Borja: Me voy pa' dentro que me van a comer los mosquitos. -rió- Y si tu sigues en bikini te van a comer más.
-Lucía: Me van a comer pero de lo buenorra que esta tu hermana. -reí- que va.
Yo me quedé fuera con el perro jugando a la pelota.
-Pablo: Chss chss Lulú. -rió-
Me giré rápidamente y ahí estaba Pablo, en su jardín mirando como  hacía la tonta con el Pastor Alemán de mi hermano.
-Lucía: Te han caído bien mis amigas, eh. -le sonreí-
-Pablo: Son muy majas, sí. -sonrió-
-Lucía: Pues échate a alguna de novia. -le guiñé un ojo-
-Pablo: Para eso ya te tengo a ti. -sonrió-
Se me paró el corazón en ese instante.
-Pablo: Que es broma -rió- no me mires así.
-Lucía: Ya, yo también te tengo a ti...para cuando se me olviden las llaves. -se la devolví y me di media vuelta para entrar en casa-
-Pablo: Te lo has ganado...-rió-

Pablo saltó los arbustos que nos separaban y me cogió en brazos.
-Lucía: ¡¡QUE HACES, SUELTA!! -gritaba-
Me llevó hasta su jardín y me tiró a la piscina.
-Pablo: Ahora que. -se agachó para verme metida en la piscina-
-Lucía: Se me a metido mucha agua por la nariz -dije muy agobiada-
Pablo se acercó mas a mi para sacarme y cogí su mano, estiré de ella e hice que cayera junto a mi al agua.


martes, 24 de diciembre de 2013

Siete.



Anteriormente.

Al hacerse de noche fui hacía casa y cuando el taxi me dejó vi el coche de Ángel aparcado en frente de mi casa.

Constantemente pensé en todas las cosas malas que podrían pasarme en esos momentos.

Narra Lucía

Bajé del taxi temblando, cómo si el frío se apoderara de mí en pleno verano, algo inexplicable.
Cogí mis llaves y abrí la puerta del jardín lo más rápido que pude. Las manos me temblaban y eso  provocaba que tardara más en abrir esa dichosa puerta que podía sacarme de todo esto.
Me giré y miré atentamente el coche de Ángel. 
Él bajó de su coche y se apoyó en él, observando como seguía intentando abrir la puerta.
-Ángel: ¿Tienes prisa? -dijo algo tranquilo-
-Lucía: Mucha. -dije con los nervios recorriendo mi cuerpo-
Empecé a escuchar los pasos de él de cómo venía lentamente hacía mi. 
Al fin abrí la puerta y intenté entrar lo más rápida que pude pero él lo impidió volviendo a cerrar la puerta de un portazo y de nuevo dejándome entre él y la pared.
-Lucía: Ángel te he dicho que necesito un tiempo, de verdad. -decía con los ojos cerrados-
-Ángel: ¿Para esto me he venido a Málaga?¿Para que te vayas a casa de otro a las tantas de la noche? -dijo con un tono muy brusco-
-Lucía: Ya te dije que no hice absolutamente nada, ni si quiera le conozco, solo le he visto en la tele y poco más, por dios Ángel, no digas más tonterías.
Él me miró de arriba a bajo y me tiró al suelo.
No pude contener mis lágrimas y comencé a llorar dejando que haga lo que quiera conmigo y que pase lo que dios quiera.
-Ángel: ¿ENTONCES POR QUÉ ME DAS UN TIEMPO, EH? PARA DE MIENTRAS TIRARTE AL FAMOSO ¿VERDAD? -dijo gritándome-
-Lucía: POR QUÉ ME GRITAS, ME DAÑAS, ME HACES DAÑO TANTO COMO EN MI EXTERIOR QUE EN MI INTERIOR. -decía mientras continuaba llorando en el suelo-
Escuché la puerta de la casa de al lado.
La hermana de Pablo salió con las bolsas de la basura y se quedó mirándome tirada en el suelo.
-Casilda: Entra dentro, vamos. -me dijo con un tono muy serio-
Se quedó mirando de arriba a bajo a Ángel y con muy mala cara.
-Ángel: A donde crees que vas ¿otra vez con el famosito? -dijo mientras cogía mi brazo impidiendo que entrara-
-Casilda: Suéltala.
-Ángel: Es mi novia, y yo hago lo que quiera, no tienes por que decirme lo que tengo que hacer.
-Casilda: Suéltala he dicho o llamo a la policía y a ellos les dices quien manda aquí ¿vale machote?.
Yo, temblando cómo siempre, me solté del brazo de Ángel y rápidamente me adentré dentro de la casa vecina.
Ángel, con la rabia comiéndole por dentro abrió las puertas de su coche y se fue de allí.
La hermana de Pablo tranquilamente tiró las bolsas de basura al contenedor y yo le esperé en la puerta muy impaciente y nerviosa.
Entró al jardín y cerró la puerta exterior con llave. Caminando hacía la puerta que lleva a la casa hubo un gran silencio que no sabía si romperlo ya con un 'Gracias'.
Nos adentramos dentro y un señor mayor que suponía que sería el padre de Pablo y Casilda, me miraba muy extrañado.
-Salvador: ¿Tu eres....? -me preguntó algo serio-
-Lucía: Hola eeeeem...soy la sobrina de Samanta, la vecina de al lado, voy a ser vuestra vecina.
-Salvador: Ah, vale -me sonrió- encantado, pero no me has dicho tu nombre joven -rió-
-Lucía: Perdón perdón -dije avergonzada- los nervios -reí- Me llamo Lucía.
Se levantó del sofá y me dio la mano. 
-Salvador: Yo soy Salvador, padre de Pablo, Casilda y Salva -sonrió-
-Lucía:  ¿Salva? -dije mirando a Casilda que estaba apoyada en la pared de brazos cruzados muy confusa-
-Casilda: Él no vive aquí, esta con su mujer. -sonrió- 
De pronto salió alguien de la cocina y se quedó mirándome igual que Salvador.
-Helena: Hola -sonrió-
-Salvador: Es sobrina de Samanta, va a ser nuestra nueva vecina. Se llama Lucía. -me presentó por mí-
-Helena: Anda, sobrina de Samanta, que alegría. -sonrió- Yo soy Helena, encantada Lucía -dijo dándome dos besos- ¿Qué te trae por aq.. -interrumpió Casilda-
-Casilda: Vamos Lucía, sígueme. -subió unas escaleras-
Le seguí hasta llegar a su habitación donde me senté en un pequeño sofá. Ella se colocó en frente de mi sentada en el borde de su cama y me observó atentamente la cara.
-Casilda: Voy a llamar a la policía, he visto todo lo que a pasado ahí fuera -dijo marcando en su movil-
-Lucía: NO! -le detuve- 
Ella me miró extrañada por mi respuesta, pero seguía marcando.
-Lucía: No lo hagas, por favor. 
Me volvió a mirar extrañada y colgó el teléfono.
-Casilda: ¿Quieres decir que estas defendiendo al mismo que te ha tirado al suelo y te a gritado? ¿POR QUÉ? -gritó-
-Lucía: No lo sé...
-Casilda: No me digas que le quieres -resopló-
-Lucía: Sí...-dije mirando hacía el suelo-
-Casilda: Pues, mal vamos Lucía, mal vamos. -dijo cabreada y levantándose-
-Lucía: No puedo denunciarle, no podría. -dije comenzando a llorar-
-Casilda: ¿Vas a dejar que te siga maltratando de esa forma? Por que seguro que no es la primera vez.
Me levanté la camiseta y le enseñé un morado que tenía en el costado.
-Casilda: No te acerques a ese, lo único que te hará es daño ¿me oyes?
Afirmé con la cabeza y me levanté del sillón.
-Lucía: Gracias -le abracé sin más- No entiendo por que tu hermano y tú intentáis ayudarme cuando soy una completa desconocida.
-Casilda: Que importa si eres una desconocida, siempre hay que ayudar a la gente, al menos es lo que nos enseñaron nuestros padres. -decía mientras me acariciaba la espalda-
-Lucía: Gracias, de verdad. -dije separándome de ella-
-Casilda: Ala y ahora tira pa' tu casa moza, que te estarán esperando -me sonrió-
Afirmé con la cabeza y salí de su habitación.
Me dirigí hacía las escaleras pero me detuve en la puerta de Pablo, la cual estaba entornada.
Observé por el pequeño hueco de la puerta por si se encontraba en su habitación.
Allí estaba él, sentado en una silla muy pensativo, con una libreta en la mano. Supuse que estaría escribiendo alguna nueva canción o ni idea.
Mientras le observaba una pequeña sonrisa desfilaba en mi rostro. Simplemente viendo su cara de niño ya sonreía.
Quién me iba a decir que estaría en casa de el famoso Pablo Alborán, observando como escribe una canción y sonriendo por él.
Lo único que pensaba cuando casi me atropella, que bueno, fue mi culpa, pero no lo quiero admitir, pensaba que seria el típico famoso que se cree más que nadie. Me a demostrado que sin conocerme me ha ayudado y me ha hecho sonreír cuando dentro de mi solo había oscuridad.
-Casilda: BU -dijo detrás de mi-
Me había pillado observando a su hermano pequeño.
-Casilda: ¿Qué haces? -rió-
-Lucía: Ya me iba -dije avergonzada-
-Casilda: ¿Te gusta? -volvió a reír-
-Lucía: ¿QUIÉN? -pregunté nerviosa-
-Casilda: El estampado de la pared, no te jode. -rió- Mi hermano, que si te gusta pregunto.
-Lucía: ¿Pablo? No, a mi no. -dije seria-
-Casilda: Creía -rió-
-Lucía: Has pensado mal. -sonreí-
Bajó las escaleras riéndose y yo avergonzada me quedé quieta y seguí sonriendo.
De pronto Pablo abrió su puerta y me hizo una pequeña cosquilla en el costado.
Pegué un pequeño chillido y me giré rápidamente.
-Pablo: ¿Qué haces aquí? -sonrió-

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Capítulo dedicado a una persona muy GRANDE: Aida Muria. Una persona que más que una amiga, es una hermana. Por su ayuda, por su apoyo, por hacer lo que sea para que sonría...le quiero.
https://twitter.com/AidaMuria

viernes, 20 de diciembre de 2013

Seis.

Anteriormente
_____________

No entendía el por qué Pablo Alborán estaba ahora mismo en mi habitación preocupandose por mi.
Tumbada en la cama me quedaba mirando hacia el techo pensando en lo que acababa de ocurrir con Ángel. Los celos se apoderaron de él ya que le conté que pase varias horas con Pablo.
Pablo se tumbó poco a poco a mi lado hasta quedar los dos mirando hacia arriba mirando el mismo techo.
Me giré hacia su lado y él hizo lo mismo, regalandome una bonita sonrisa.


-Pablo: Siento ser tan pesado -añadió junto al silencio- Pero hay algo en mi que me dice que eres diferente y tan solo te conozco de tres días, pero la mirada de una persona lo dice todo.
Poco a poco fui levantando la comisura de mis labios mostrándole una de mis sonrisas.

____
Narra Pablo.
___

Ella, sin contestarme a lo que recientemente le había dicho, sacó a pasear una bonita sonrisa que me gustó ver después de tanto llanto en el ambiente.
No sabía el por que, pero tenía necesidad de ayudar a Lucía, la misma chica que conocí apenas tres días por un despiste de ella, aun que no quiera reconocerlo. Tenía ese algo dentro de mi que me decía que ella era alguien, no sé cómo decirlo...¿especial? puede que esa sea la palabra correcta.
Ella continuaba mirándome con los ojos medio cerrados a causa de la luz de la lampara que cegaba un poco sus ojos.
Bajé la potencia de la luz y ella me lo agradeció de nuevo con una sonrisa.

Tras varios minutos que el silencio invadía su habitación, me decidí ha hacerle una pregunta.
-Pablo: ¿Qué te trajo hasta vivir a casa de tu tía? -pregunté mientras miraba hacia el techo con mis brazos por debajo de mi cabeza-
Ella giró la cabeza hacía mi y soltó un pequeño suspiro.
-Lucía: Problemas de familia. -me dijo sin más-
-Pablo: ¿Qué clase de problemas? -dije algo inquieto mientras levantaba mi torso y apoyaba mis manos sobre la cama-
-Lucía: Mi madre se va a casar por segunda vez dentro de cuatro meses. -me dijo muy seria-
-Pablo: Vaya -dije apenado- ¿y por que es tan malo para ti?
-Lucía: Se va a casar con la peor persona que he conocido en la historia, es irritante, agobiante, es...es...AAAGH. -dijo muy enfadada- No podía convivir más en casa con él. Solo quiere a mi madre por el dinero, el esta en paro y lleva aprovechándose de mi madre tres años.
-Pablo: Yo no se que...-me interrumpió-
-Lucía: Para colmo, me tuve que dejar los estudios para ayudar a mi madre a trabajar, por que el señorito no encontraba trabajo.
-Pablo: Vaya, lo siento de verdad, ha debido de ser muy duro para ti eso de marcharte y...-me volvió a interrumpir-
-Lucía: Encima mi mejor amiga ni me llama, no me llamó para preguntarme ni si he llegado bien, estoy harta de la gente. -empezó a indignarse más y más-
Se volvió a crear un pequeño silencio en esas cuatro paredes.
-Lucía: Lo siento, no tenía por que contarte todo esto, supongo que mi vida es demasiado mierda si la comparamos con la tuya.
-Pablo: Por mucho que la gente me ponga la etiqueta de ''famoso'' soy una persona como tú.

-Lucía: Dudo que tengas una vida tan mierda como la mía. -me dijo acercándose a mi-
Me puse nervioso y giré la cabeza rápidamente quedándome mirando la ventana fijamente.
-Pablo: Siento tanta pregunta pero...¿Qué a ocurrido con el chico de antes?
-Lucía: Mi novio...me a obligado a decirle que que hacía saliendo de tu casa ayer. Se pone celoso en nada y eso que le dije que no hicimos nada.
-Pablo: Es que no hemos hecho nada -reí-
-Lucía: Ya, pero el piensa que puede que sí y a la mínima me grita.
-Pablo: Y te pega...-añadí-
Ella miró hacia abajo muy apenada.
-Pablo: Cuando te has acostado en la cama se te ha subido un poco la camiseta, tenias un pequeño morado en la barriga.
-Lucía: Solo es una caída. -me dijo algo nerviosa-
-Pablo: He visto como antes te a cogido del brazo apretándote y te miraba con cara de asesino. -le dije serio-
Ella comenzó a llorar y se sentó en el pequeño sofá que tiene al lado de la ventana.
-Pablo: Hey, no llores por favor, lo siento, no quería hacerte llorar. -dije culpándome de mis palabras-
-Lucía: No se que hacer...yo le quiero...pero me trata mal a la mínima y tengo miedo de dejarle y que me haga algo que no quiero ni imaginarmelo.
-Pablo: Tranquila.
Hice que se levantara del sofá y me diera un pequeño abrazo. Le acurruqué en mis brazos intentando calmar sus llantos.
-Lucía: Sigo sin entender por que haces esto por mi.
No respondí, tan solo seguí abrazándole e intentando tranquilizar el asunto.
-Pablo: No puedes seguir con ese chico Lulú...-me miró con cara de asesina- Lucía, quería decir Lucía. Los hombres que pegan a las mujeres no son verdaderamente hombres.
-Lucía: Por favor, vamos a cambiar de tema. -dijo muy decaída-
Me volví a sentar en su cama y contemplé como se secaba sus lágrimas con sus dedos.
-Pablo: Mi intención no era hacerte llorar, lo siento. -dije muy arrepentido por lo dicho-
Ella se acercó a mi y se sentó en el borde de la cama justo a mi lado.
-Lucía: Mi vida es una mierda. -dijo mientras suspiraba al viento-
-Pablo: Mientras tengas techo, familia, amigos y comida, no tiene por que ser una mierda. -dije intentando animarle- esto solo es una faceta por la que estas pasando, anda que no me a ocurrido veces.
-Lucía: ¿Qué te ocurrió para que estuvieses como yo en estos momentos? -preguntó muy extrañada-
Me puse dos dedos en la cabeza imitando a un toro.
-Lucía: Ah, cuernos.
-Pablo: Sí y de eso a pasado un año y poco más la verdad y mírame. -reí-
-Lucía: Tú tienes gente que te apoya. Músicos, familia...tus fans.
-Pablo: Mis fans están en el apartado de familia. -dije sonriente y recordando cada momento en los conciertos-
-Lucía: Tienes a gente, yo no tengo a nadie que me ayude a superar estas cosas. -dijo apenada-
-Pablo: Me tienes a mi. -respondí inmediatamente-
-Lucía: Solo te conozco de tres días, no digas tonterías.
-Pablo: Vas a ser mi vecina para el resto de tus días, vas a verme todos los días este verano, acostúmbrate a mi y a que soy muy pesado a la hora de querer ayudar a la gente.-reí-
Ella me miró y hizo que una sonrisa suya iluminara esas cuatro paredes.

dos horas después ella cogió su cámara y me enseñó a saber utilizar una cámara correctamente. Ella me sacaba fotos desprevenido y se reía de mi como si no hubiera un mañana.
De pronto abrieron la puerta de su habitación.
-Borja: ¿Qué haces aquí Pablo? -me preguntó extrañado-
-Pablo: Es hora de que me vaya ya de aquí supongo, por la hora que es digo. -dije nervioso-
-Borja: Si te quieres quedar no pasa nada...no sé...me sienta mal ahora que te vayas. -dijo culpándose-
-Pablo: No no tranquilo. -sonreí- Dale saludos a Sam de mi parte. Buenas noches Lucía, buenas noches Borja -dije mientras el ponía su mano para que le chocase-
Salí de su casa con una sonrisa y me adentré dentro de la mía.
________________
Narra Lucía
______________

-Borja: ¿Haciendo amistad con el famoso? -rió-
-Lucía: Que conste que se ha preocupado él por mí, yo no he ido detrás. -reí-
-Borja: No vaya a ser que te enamores. -rió-
-Lucía: Si claro lo que me faltaba a mí, anda buenas noches tonto. -le dije con constante sonrisa-

Al día siguiente.

Mis ojos comenzaron a abrirse cuando noté algo que recorría cada lado de mi cara.
-Lucía: Que haces tía Sam. -dije medio dormida-
-Sam: VAMOS, VAMOS, VAMOS -se tiró encima mía- A LA PASTELERÍA, VAMOS VAMOS VAMOS. -gritaba sin parar de saltar encima mía-
-Lucía: Uy, que ilusión. -dije irónicamente y con el sueño aun en mi cuerpo-
Me froté los ojos y salí al balcón a estirarme.
Observé el jardín de Pablo y ahí estaba él, en una hamaca sentado, con la guitarra en sus manos y una pequeña libreta. Supuse que estaría componiendo alguna de sus canciones.
Bajé a la cocina para prepararme el desayuno.
-Sam: Tu madre me a mandado por Whatsapp una foto de su vestido de boda ¿quieres verlo? -me dijo dándome el móvil-
-Lucía: Mu' bonito -dije sin ni si quiera mirar el vestido-
-Sam: No seas así Lucía por dios, tu madre es feliz y es lo importante. Fue feliz en su tiempo con mi hermano, o sea tu padre, ahora le toca ser feliz de nuevo pero con otro chico, no se lo hagas más dificil.
-Lucía: Que vale, que sea feliz, eso no se lo voy a impedir, pero cuando se de cuenta verdaderamente de con quien esta, entonces si que volveré a casa. -dije con la boca llena de pan tostado-
-Borja: Eres un caso perdido. -resopló-
-Lucía: Tu calla. -añadí-

Miré mi móvil y vi que tenía un mensaje de Ángel:

Siento lo ocurrido ayer, no debí ponerme así, se que me puse muy celoso y debí creerte antes, perdóname. Te quiero. ♥

Suspiré y cerré el Whatsapp sin contestar al mensaje. Siempre pasa lo mismo, celos y se pone muy agresivo, tengo miedo de que algún día su agresividad llegue muy lejos.
Abrí de nuevo la aplicación y le envié un corto mensaje:

Necesito algo de tiempo para pensar, espero que lo entiendas. Cuídate, besos 

Salí fuera de casa y me metí en el coche de mi hermano para ir a la pastelería a trabajar con él y con mi tía. No sé si he hecho bien en enviarle ese mensaje, pero espero que no me pase factura.
Mientras iba en el coche llamé a Aida y le pedí disculpas por ser tan grosera con ella y que me gustaría quedar con ella hoy mismo. Me pasé demasiado, mientras ella solo quería ayudarme a que vaya integrándome en Benalmádena. 

Tras salir de trabajar fui directa hacía el puerto donde ahí mismo me esperaba Aida y Laura, la chica que conocí el primer día.
Fuimos a tomar café y luego Aida nos pidió que le acompañáramos a mirarse un vestido que quería colocarse el día de ''La Moda'' que según ella, ganaría el premio a la mejor modelo de Andalucía.
Esta vez fui más libre, y pude ser yo misma con ellas, así que comencé a coger más confianza y dijimos de volver a quedar pasado mañana para ir a cenar a algún lado y luego me enseñarían como son las discotecas por aquí, aun que no me guste las salidas nocturnas.

Mi tía Sam me llamó diciendome que esta noche también llegaría tarde ya que tiene que hacer recuento en la pastelería y tardaría varias horas y más tarde se iría a tomar algo con un amigo. Creo que ese amigo pronto será su nuevo novio, ya que mi tía es un poco abierta al mundo, no se si me explico correctamente.
Mi hermano estaba en estos momentos en casa y supongo que preguntandose donde estaba ya que no le avisé de que me iría con ellas dos al puerto.
______

Al hacerse de noche fui hacía casa y cuando el taxi me dejó vi el coche de Ángel aparcado en frente de mi casa.
Constantemente pensé en todas las cosas malas que podrían pasarme en esos momentos.


martes, 17 de diciembre de 2013

Cinco.

Anteriormente.
Le miré con cara de asesina y cogí mi móvil para ver la hora.
6 Whatsapp de Ángel preguntándome que donde estaba.
-Lucía: Tengo que irme. -dije mientras rápidamente me levantaba de la cama-
-Pablo: Aún no son las dos...
Me asomé por la ventana de Pablo y vi que el coche de mi Ángel que estaba aparcado en mi entrada.
-Lucía: Ay joder...
Bajé rápidamente las escaleras y dije adiós sin más a la hermana de Pablo.
Él, rápidamente se asomo a la puerta.
-Pablo: ¿Que ocurre? -me gritó mientras corría por el jardín hacía la puerta de la salida de su casa-
-Lucía: Gracias por matar el tiempo conmigo -le agradecía gritando-
_________
Narra Lucia
_________

Salí de casa de Pablo Alborán lo más rápido que pude y sin hacer apenas ruido para que Ángel no pudiera escucharme salir.
Cerré sigilosamente la puerta del jardín
-Ángel: ¿Qué hacías ahí dentro?
Me giré lentamente y con una sonrisa falsa en mi rostro.
-Lucía: Hombre Ángel, cariño...¿Qué te trae por aquí...a....estas horas de la noche? -dije intentando disimular y algo extrañada por las horas que eran-
-Ángel: Tu hermano me a llamado para saber donde estabas...dice que te has ido de la fiesta esa y me preocupé, nada más, eso es todo. -dijo acercándose a mi y pasando su brazo por mi cintura-
-Lucía: Es fiesta era un completo tostón -reí- eeeeeeeeeeeeem...¿Por casualidad no tienes llaves de casa, no?
-Ángel: Tutía te dijo que las escondía debajo de la maceta ¿No?
De pronto sentí que era algo estúpida por no acordarme de lo que me dijo Sam al llegar por primera vez a casa.
Con cara de idiota me agaché para coger las llaves de debajo de aquella maceta y Ángel y yo nos adentramos en la casa.

Él, llevaba un rato mirándome de arriba a bajo y dando vueltas por el salón.
-Lucía: ¿Ocurre algo? -me reí-
-Ángel: Nada...solo que...estamos solos. No voy a añadir nada más, lo dejo caer. -me dijo con un tono sensual-
Fui hacia él y le empuje sobre el sofá.
Comencé a darle pequeños besos por el cuello haciendo que la mutua temperatura comenzara a subir y subir.
Él, fue subiendo mi camiseta hasta poco a poco ir deshaciendose de ella.
Me cogió en brazos y me subió hasta mi habitación, hasta quedar en mi cama tumbados, y todo ello sin dejar de besarnos.
-Ángel: Ya te tenía ganas. -me susurró al oido-
Yo, sin pronunciar palabra alguna, agarré su cuello y comencé a besarlo.
-Ángel: Me vas a decir que hacias en la casa de al lado -dijo mientras le seguía besando el cuello-
Me aparté rápidamente de él y me levanté de la cama hasta coger mi camiseta de tirantes del pijama.
-Lucía: Ya lo has jodido. -resoplé-
Fui hacia el baño para lavarme los dientes.
-Ángel: ¡Oye oye oye! Dime al menos que hacías allí ¿por qué tanto misterio? -preguntó muy enfadado-
-Lucía: QUE MÁS DA. -dije con la boca completamente llena de pasta de dientes-
Sabía perfectamente que si le contaba que había estado con el mismísimo Pablo Alborán en su habitación por que soy una completa despistada y se me habían olvidado las llaves se enfadaria y se pondría aun más celoso de lo que se esta poniendo ya.
-Ángel: Paso, me largo.-dijo muy enfadado-
-Lucía: ¿Enserio Ángel, enserio? -dije sin creerme que se había enfadado-
Él bajó las escaleras y salió de mi casa dando un portazo.
-Lucía: ADIÓS. -dije enfurecida-
____________
Al día siguiente
____________

Me levanté de mi fría cama y no había nadie en casa, solo encontré una nota en la nevera en la que ponía:

Ya que hoy no vas a venir a ayudarme en la pastelería, me gustaría que riegues las plantas y el césped con la manguera del jardín. Ahora mismo estarás pensando que soy un poco hija de puta, pero es lo que hay. COME ON, A QUE ESPERAS.
Con mucho amor: Tu tía Sam.

Resoplé lo más alto que pude.
Me coloqué la parte de arriba del bikini para salir al jardín a regar y puse Máxima FM para levantarme un poco los ánimos y las pocas ganas de hacer esa tarea.
-Lucía: Manos a la obra Lucía -me dije a mi misma-
Con la manguera ya en las manos, comencé la tarea.
Escuché unos pequeños gritos de una pequeña niña que venían del jardín de la casa de al lado.
Me asomé por los bajos arbustos que separan nuestras casas.
Ahí se encontraban Pablo, su hermana y una pequeña niña en la piscina.
-¡A POR ÉL! -decía la pequeña mientras iba nadando con unos manguitos a por Pablo-
Se veían a los tres muy unidos. Adoraba ver ese tipo de escenas.
De pronto Pablo salió de la piscina y me quedé mirándole de arriba a bajo algo disimulada mientras se me hacía la boca agua observando su cuerpo.
Reaccioné lo antes que pude y seguí regando el césped.
-Pablo: Buenos días Lulú. -me dijo asomándose a mi jardín-
Tanto me asusté que la manguera se me fue y me mojé el cuerpo entero. De arriba a bajo señores.
Alborán comenzó a reírse mientras yo no podía coger la mangera.
-Pablo: ¿Te encuentras bien? -rió-
Afirmé con la cabeza, sonreí como pude y disimuladamente me metí dentro de casa toda mojada y avergonzada.

Mi movil comenzó a sonar y rápidamente fui a contestar.
-Lucía: ¿Si?
-Aida: Hola Lucía, soy Aida, la modelo de anoche ¿me recuerdas? -me decía muy contenta-
-Lucía: Ah...sí...dime. -dije algo despistada mientras miraba por la ventana la imagen de Pablo y aquella niña-
-Aida: Quería preguntarte si te apetece ir a tomar algo esta tarde por el paseo de la playa conmigo y con una amiga ¿Qué te parece la idea? digo, no sé, me caíste bien. 
-Lucía: Vale, me parece bien. -dije con pocas ganas-
-Aida: Dime tu dirección y paso a por ti a las siete ¿te parece? -dijo entusiasmada-
Le comenté donde vivía y sin más remedio continué regando el jardín.

____
Por la tarde
___

-Aida: Y yo le dije: ¿Sabes? creo que mejor paso de ti, eres muy aburrido y él se echó a llorar -rió-
Después de una hora que Aida no paraba de hablarme de todos sus novios y rollos de noche decidí poner una escusa y marcharme de allí lo antes posible.
-Lucía: Chicas, mi hermano me ha mandado un Whatsapp y tengo que ir a la farmacia a por unos medicamentos..que...se a puesto malo.
-Aida: Te acompañamos ¿verdad Laura? -le miró con cara de asesina-
-Lucía: No de verdad, no os preocupéis -decía intentando deshacerme de ellas-
-Aida: ¿Volveremos a vernos? -me dijo muy contenta-
-Lucía: Claro...em...sin problema...cuando tu quieras. -sonreí falsamente-
-Aida: MAÑANA. -sonreía- 
-Lucía: A lo mejor mañana Laura no puede -dije nerviosa-
-Aida: Mañana Laura si que puede ¿VERDAD LAURA? 
La joven pelirroja que conocí en la primera fiesta afirmaba con la cabeza. No sabía que las dos chicas que conocí mis dos primeros días eran muy amigas.
-Lucía: Adiós chicas, ya nos veremos. 
Salí de allí lo antes posible cogiendo un taxi para volver a casa.

_____
Narra Pablo
____

Después de tres meses que llevo de descanso de mi larga y mágica gira y de tantas entrevistas, me he dado cuenta que necesito a mi familia musical más que a nada.
Salí de mi estudio de componer unas horas y aproveché que ya se estaba haciendo de noche para salir al jardín a hacer algo de ejercicio.
Cogí la pelota de baloncesto y comencé a hacer unas ganastas hasta que mis brazos y piernas me digan BASTA.
Escuché unos gritos que venían de fuera y me asomé a la puerta.
Era la nueva vecina, la sobrina de Sam, que estaba discutiendo con un chico rubio de ojos verdes.
Sin que me vieran estuve mirando y escuchando las discusión que estaban teniendo.
Asomé poco a poco la cabeza y vi cómo aquel chico le agarró del brazo apretándole y haciéndole marca.
Lucía entró muy rápido y cerró la puerta del jardín, yendo llorando rápidamente hacía su casa.
Salté los arbustos que separaban nuestros jardines y fui tras ella.
-Pablo: ¡Oye, eh! -le grité por atrás-
Ella se sentó en las escaleras que llevaban hasta la puerta de la casa y llorando fue desahogándose.
Me senté a su lado y quité sus suaves manos de su cara  para animarle.
-Pablo: ¿Que ocurre?
-Lucía: A ti que más te da -me dijo apartando mi manos de las suyas-
-Pablo: Cuéntame que a ocurrido y no llores más, anda. -le dije apenado-
-Lucía: ¡Deja de preocuparte por mi si soy una desconocida para ti! -me gritó llorando-
Se levantó y se dirigió dentro de su casa dejando la puerta abierta.
Yo me quedé aun sentado en la entrada de su casa y reaccioné de pronto al escuchar un portazo dentro de ella.
Entré sigilosamente en la casa y subí las escaleras que llevaban hasta las habitaciones donde ella tendría que estar en esos momentos.
Entré dentro de una habitación de color marrón y bien amueblada. Vi que allí no se encontraba pero decidí esperarle.
Me fijé rápidamente en el bloc de dibujo que había dejado abierto encima de la cama.
Me quedé completamente mudo al ver que me había dibujado a mi cogiendo en brazos a mi sobrina.
De pronto entró ella en su habitación y se quedó mirándome sin pronunciar palabra alguna.
Reaccionó y me quitó el bloc de dibujo de mis manos.
-Lucía: Que narices haces aquí -me dijo con un tono aun lloroso-
-Pablo: Sea lo que sea que te haya pasado no mereces llorar por esa persona. La misma persona que te ha hecho ese morado en el brazo. No llores, nadie merece ver tus lágrimas, ni si quiera yo que soy para ti un completo desconocido, o quizás el vecino pesado como estarás pensando ahora.
Ella se quedó mirándome y poco a poco se tumbó en su cama y siguió llorando.
-Lucía: No entiendo por que te preocupas por mi si te trato mal.
-Pablo: Yo tampoco -reí-


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Narra Lucía
___

No entendía el por qué Pablo Alborán estaba ahora mismo en mi habitación preocupandose por mi.
Tumbada en la cama me quedaba mirando hacia el techo pensando en lo que acababa de ocurrir con Ángel. Los celos se apoderaron de él ya que le conté que pase varias horas con Pablo.
Pablo se tumbó poco a poco a mi lado hasta quedar los dos mirando hacia arriba mirando el mismo techo.
Me giré hacia su lado y él hizo lo mismo, regalandome una bonita sonrisa.


-Pablo: Siento ser tan pesado -añadió junto al silencio- Pero hay algo en mi que me dice que eres diferente y tan solo te conozco de tres días, pero la mirada de una persona lo dice todo.
Poco a poco fui levantando la comisura de mis labios mostrándole una de mis sonrisas.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Cuatro.

Anteriormente

Sin mirar por donde iba choque con una persona.
-¡Hey cuidado morena!
-Lucía: Perdóname, no me había dado cuenta...-dije muy alterada-
-Oh, dios, ¡AMO TU VESTIDO!
-Lucía: Gracias supong..-me interrumpió-
-Soy Aida, la mejor modelo que podrás encontrar en Málaga. -me dio dos besos-
-Lucía: encantad...-me volvió a interrumpir-
-Aida: No me suenas, eres nueva se ve. -dijo con un tono muy alegre-
-Lucía: Todo el mundo me dice lo mis...-de nuevo, me interrumpió-
-Aida: Tía, yo no se, pero hoy quiero tirarme a alguien. -reía- Me da que ese alguien tiene que ser él...-dijo señalando con el dedo a una persona-
Me fijé bien en la persona que el dedo de aquella modelo que acababa de conocer señalaba con su dedo tan fino.
-Aida: Se ve que es mu' cerrao' el chiquillo por que nunca se acerca a mi. -ríe- pero vamos, en nada lo tendré verás. Ven, acompáñame..

Lo único que podía pensar en ese momento es que estoy conociendo a personas que nunca imaginaria que me hablarían.
Resumiendo...yo no se que hago para meterme en todo esto.
__________
Narra Lucía.
__________

Nos fuimos acercando a un joven chico que estaba de espaldas hablando con más gente.
Aida me miró y me guiñó un ojo.
No se por que me he metido en esto, pensaba continuamente.
Aida se acercó a ese chico que tanto le gustaba y adrede se chocó con él.
-Aida: ¡AY PERDONA PERDONA! -decía Aida falsamente- NO ME HE DADO CUENTA, LO SIENTO!
El chico rápidamente se giró para ver que le había chocado.
¿Pablo Alborán? ¿Alborán de nuevo?
-Pablo: No te preocupes. -le dijo con una sonrisa- todo esta bien.
-Aida: Perdóname de verdad -sonrió muy pícara intentando ligar-
Pablo se giró hacía donde me encontraba yo y soltó una pequeña carcajada.
-Pablo: Pero si es la sobrina de Sam que se puso en medio de la carretera. -me sonrió-
-Aida: ¿LA CONOCES? -le dijo a Pablo-
Yo miré a Pablo con una sonrisa falsa y me di media vuelta para marcharme de ese sitio.
No entiendo el por qué, pero cuándo me mira Alborán me siento incomoda, como si buscara en mi mirada toda mi historia, es difícil de explicar.
Aida vino detrás de mí rápidamente.
-Aida: ¡¡Oye, espera!! -decía detrás de mi mientras seguía caminando por el salón de la fiesta- ¿De que os conocéis?
-Lucía: Es mi vecino -dije muy seca- y...por casi me atropella.
-Aida: No jodas -rió- pues ya estas volviendo y presentándome tranquilamente, ya sabes -me miró de forma pícara- esta noche no quiero dormir sola. -rió-
-Lucía: Hazlo por ti sola, tampoco tengo mucho que ver en ese asunto -dije algo molesta-
-Aida: Vamos, no te pongas así. -me detuvo-
-Lucía: Me voy a mi casa, no quiero estar más en esta fiesta, me aburre demasiado. -dije algo apenada-
-Aida: Al menos dame tu número, me has caído bien. -me sonrió-
Cogí su movil y marqué mi número. Seguidamente me marché de aquel lugar cogiendo un taxi y dejando a mi hermano y a aquella chica llamada Aida en esa fiesta de pijos.
Sinceramente, me sentía algo mal, ya que había sido grosera con Aida, cuando ella solo intentaba hacer una amistad.
Llegué a casa, cogí mi cuaderno de dibujo, encendí la lampara de lava que tenía en mi habitación y tumbada en la cama mirando hacía el techo deseaba que me llegara la inspiración, la cual sabía que no iba a llegar tras esta noche tan rara que había pasado.
Dando vueltas en circulo a mi habitación, sin nada que hacer, sin poder dormir aquella noche, decidí coger mi cámara y bajar a la calle a sacarle fotos a la luna tan bonita que se encontraba detrás de la casa.
Salí fuera de la casa ya que desde el jardín no se podía contemplar de buena forma. Me quedé apoyada en el muro de la casa de en frente y comencé a sacarle fotos a aquella luna tan bonita que había salido a pasear esa noche sin estrellas.
Tan pendiente estaba de enfocar bien a la luna que ni siquiera sentía el sonido de los grillos entrando por mis orejas.
En ese momento que iba a sacar por fin la foto, alguien puso su maldita mano en la cámara e hizo que en la foto saliera esa mano.
Aparte la cámara de mis narices y vi de nuevo a el famoso, Pablo Alborán.
-Lucía: Gracias por fastidiarme la foto. -dije algo cabreada mientras borraba la foto-
Pablo se rió mientras sacaba las llaves de su bolsillo.
Le miré algo cabreada y caminé hacia la puerta para entrar en casa.
Metí la mano en el bolsillo para sacar las llaves.
-Lucía: Oh, no, no, no. -rebuscaba más por mi cuerpo las llaves- Mierda, oh, dios, mierda.
Pablo me miraba extrañado por lo que decía.
-Lucía: FANTASTICO -dije irónicamente-
-Pablo: ¿Ocurre algo? -me dijo extrañado-
-Lucía: Que hasta las dos de la mañana no podré entrar en casa, genial. -seguía con la ironía- con esto te habrás dado cuenta que soy una maldita despistada.
Pablo soltó una pequeña carcajada a la vez que abría la puerta de su casa que daba al jardín primero.
-Lucía: A mi no me hace gracia. -dije enfadada-
-Pablo: Vamos, entra en mi casa mientras.
¿Pablo Alborán me estaba invitando a entrar en su casa?. Yo cuento esto en Almeria y me toman por loca.
Le miré algo extrañada pero no dudé en entrar, ya que sola en la calle no me iba a quedar.
Abrió la puerta y acto después abrió la puerta que definitivamente era para entrar dentro de la casa.
-Pablo: Hola Casilda. -le dijo a una chica que estaba sentada en el sofá leyendo un libro-
Él fue hacía la cocina mientras me dejaba sola en la entrada de su casa. Entre algo avergonzada.
-Lucía: Esto...em...-la verguenza podía conmigo- em...hola, buenas noches. -dije al fin-
-Casilda: Pablo, no sabía que hoy no dormirías solo. -gritó para que le escuchara-
-Lucía: No, no, no...te equivocas, yo...-Pablo apareció por detrás de mi y me interrumpió-
-Pablo: Es sobrina de Sam, la vecina, que es una despistada y se le han olvidado las llaves. -dijo con la boca llena a causa de una galleta de chocolate-
Le miré mal por haber dicho que soy una despistada pero no podía negarlo, lo soy.
La tal Casilda, se acercó a mi y me dio dos besos mientras Pablo se iba.
-Casilda: Yo soy su hermana, Casilda, encantada de conocerte...em...
-Lucía: Soy Lucía. -dije con una sonrisa vergonzosa-
Pablo subía unas escaleras y con la mano me dijo que le acompañara. Yo, sin haberme quitado esa verguenza, le hice caso y subí detrás de él.
Entramos a una espaciosa habitación, bien decorada, demasiado perfecta y supuse que debería ser donde él dormía.
-Pablo: Mi madre solía decirme que no deje entrar a desconocidos a casa. -rió mientras se sentaba en la cama-
-Lucía: Tampoco soy una desconocida, sabes. -dije algo molesta-
-Pablo: No se ni tu nombre. -contestó haciéndome quedar mal-
-Lucía: Ahá...y...que quieres saber de mi. -dije acercándome lentamente a él-
Se empezó a poner nervioso y se separó un poco de mi.
-Pablo: Solo te diré una cosa, eh, que no es por nada pero...no se ni tu nombre. -rió-
-Lucía: Me llamo Lucía, puedes llamarme como quieras menos Lulú.
-Pablo: Vale Lulú. -rió-
-Lucía: No me llames así, por favor. -me tapé los oídos-
-Pablo: Lulú es un bonito nombre para una joven como tu...
-Lucía: No para una chica de 22 años, majo. -le di un pequeño puñetazo en el pecho-

Tras pasar una hora y media, estábamos encima de su cama sin zapatillas y sentados con los pies cruzados mientras jugábamos a las cartas.

-Pablo: He vuelto a ganar.
-Lucía: No me gusta este juego..-dije mientras tiraba con mala gana las cartas-
-Pablo: eso es por que juegas demasiado mal Lulú -rió-

Le miré con cara de asesina y cogí mi móvil para ver la hora.
6 Whatsapp de Ángel preguntándome que donde estaba.
-Lucía: Tengo que irme. -dije mientras rápidamente me levantaba de la cama-
-Pablo: Aún no son las dos...
Me asomé por la ventana de Pablo y vi que el coche de mi Ángel que estaba aparcado en mi entrada.
-Lucía: Ay joder...
Bajé rápidamente las escaleras y dije adiós sin más a la hermana de Pablo.
Él, rápidamente se asomo a la puerta.
-Pablo: ¿Que ocurre? -me gritó mientras corría por el jardín hacía la puerta de la salida de su casa-
-Lucía: Gracias por matar el tiempo conmigo -le agradecía gritando-

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martes, 10 de diciembre de 2013

Tres.

Anteriormente.
Crucé una calle sin mirar si algún coche podía pasar, ya que no había nadie.
De pronto vi como una luz me cegó los ojos.
Me quedé completamente quieta sin saber que hacer.
El coche pegó un gran freno qipue llegó a pegarme un diminuto golpe en la cadera.
Pegó un pitido muy alto que por poco me dejaba sorda, por decirlo de esta manera.
Yo, con la cara completamente tapada, me quité las manos para ver.
Empecé a enfurecerme ya que ese coche había visto que estaba pasando y no frenaba.
-Lucía: ¿TU ERES SUBNORMAL? -le grité con muy mal genio-
Le pegué una patada a la parte delantera del coche y salí de allí.
Un chico salió del coche algo preocupado.
-OYE, EH. -me gritó mientras yo seguía caminando-
Se acercó a mi y me cogió del brazo dejando el coche en medio de la carretera y con las luces encendidas.
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Narra Lucía.
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Noté como su mano cogía mi brazo haciendo que me diera la vuelta.
-Lucía: QUE QUIER....
me quedé completamente muda al ver su cara. Quizás los faros del coche me habían dejado algo ciega, pero juraría que tenía delante de mis narices a el famoso Pablo Alborán.
Me quedé mirándole sin decir palabra alguna. Hice que mi brazo se separará de su mano y lentamente me di media vuelta.
-Pablo: ¡¡Espera, oye!! -insistía Alborán-
Continué enfurecida por todo lo que había pasado y sin mirar atrás seguí caminando.
-Pablo: ¡Vamos no seas así de grosera! -gritaba Pablo detrás de mi-
Me detuve al escuchar esas palabras y me di media vuelta.
-Lucía: Yo no he sido la que casi atropella a una persona. -dije con tono burlesco-
-Pablo: Te has puesto en medio...-dijo subiendo una ceja-
Volví a darme media vuelta y seguí caminando lentamente.
-Pablo: ¿Hacía dónde vas? -preguntó extrañado.
-Lucía: No te importa. -dije muy antipática-
Seguí caminando hasta que me interrumpió.
-Pablo: Se te a caído una tarjeta...
me giré rápidamente y fui hacia ella.
-Pablo: Con que la pastelería de Samanta, eh.
-Lucía: Trae aquí anda...-dije mientras intentaba quitársela de las manos-
-Pablo: Te gustan mucho los pasteles o que. -reía-
-Lucía: Es la pastelería de mi tía. -dije con tono brusco y quitándole la targeta de sus manos con muy mal humor-
-Pablo: Hey, tranquila. -rió- ¿Entonces te diriges a la calle Valiente? Por que tu no eres de por aquí...-dijo muy seguro-
-Lucía: Exacto. -me volví a dar media vuelta y seguí mi camino-
-Pablo: Entonces no vas en buena dirección. -gritó-
Me detuve de nuevo y resoplé. Cambié de dirección y el famoso Alborán volvía a gritarme.
-Pablo: Por ahí tampoco...-rió-
-Lucía: ¡ME RINDO! ¡DUERMO EN LA CALLE! -dije mientras me sentaba en el bordillo de la acera-
Pablo entró a su coche y se acercó en el hacía mi.
-Pablo: Vamos....yo te llevo. -me dijo con un tono dulce pero riéndose por dentro-
No me quedó otra que aceptar su propuesta de llevarme. Me adentré en el coche con muy mal humor y sin pronunciar palabra alguna.
En todo el trayecto del viaje el silencio invadía el coche del tal Pablo Alborán.
Yo, de brazos cruzados, miraba por la ventana las calles de aquel lugar que el primer día ya me había causado problemas.

Al fin vi la gran casa de mi tía y me bajé rápidamente del coche.
-Pablo: Al menos espera que aparque.
-Lucía: Gracias por traerme, un placer conocerte. -cerré la puerta del coche-
Pablo aparcó su coche y salió de él.
-Lucía: Ya me has traído, ya te puedes ir, eh. -dije algo malhumorada-
-Pablo: Siento decirte esto, pero no te vas a deshacer de mi tan rápido. -rió-
Le miré extrañada por sus últimas palabras y sacó unas llaves.
Se dirigió hacía la puerta de la casa de al lado y la abrió.
-Pablo: Buenas noches. -me dijo con una sonrisa-
Me quedé mirándole sin entender nada y me metí lentamente dentro de casa.
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Al dia siguiente
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Me levanté por los gritos de mi hermano ya que Shadow, el pastor aleman de mi tía, se había escapado.
Me asomé por el balcón de la casa y observé como mi hermano corría detrás del perro y como el chucho le vacilaba. Esa imagen era demasiado épica para mis ojos de buena mañana.
Me quedé atentamente mirando el jardín de la casa de al lado.
El famoso Pablo Alborán, sin camiseta, tumbado en una hamaca a el borde de una gran piscina en el jardín.
Entré dentro de mi habitación y cogí mi cámara rápidamente.
Puse el zoom y como una gran pervertida me quedé observando su cuerpo semi-desnudo al sol.
-Sam: ¿Que haces? -dijo detrás de mi-
-Lucía: ¡JODER QUE SUSTO TÍA!
-Sam: bonitas vistas, eh.
-Lucía: Sí, eeeemm..hoy el cielo esta despejado y es...MAGNIFICO y claro...-intenté disimular-
Mi tia subió una ceja sabiendo realmente a lo que miraba.
-Lucía: ¡NO ME HABÍAS DICHO QUE PABLO ALBORÁN VIVIA JUSTO AL LADO!
-Sam: Pensé en tu cara al descubrirlo por ti sola y pense que merecería más la pena. -reía-
-Lucía: Si pues ayer casi me atropeya...es un inbecil. -dije con desprecio-
-Sam: PABLO ES UN SOL.
-Lucía: Lo que tu digas. -reí-
Mi tía salió de la habitación y al cerrar la puerta tan sonriente volví a coger la cámara rápidamente y ver ese cuerpo que me esperaba ahí fuera.

-Lucía: ¡MAJARILE! -decía mientras se me caía la baba-
Reaccioné al momento.
¿que coño hago si teng novio? se me pasaba continuamente por la cabeza.
Cogí el teléfono y llamé a Ángel.

/Teléfono/
-Lucía: Gracias por dejarme tirada ayer. -dije con un tono muy brusco-
-Ángel: ¡pensé que te fuistes con tu hermano!
-Lucía: ummm...no. -subí una ceja-
-Ángel: perdoname cariño, no lo sabía en serio...
-Lucía: Esta vez te la dejo pasar...-le dije dulcemente-
-Ángel: Hoy no podré verte pero mañana por la noche iré a verte..y hacerte cositas. -dijo con un tono morboso-
-Lucía: ¿Cosas como qué? -le seguí el juego-
-Ángel: Ya lo descubrirás, aaah.
-Lucía: ¡eso no es justo! -reí-
___________

Llegué a la pastelería para ayudar a mi tía, tal y como le prometí a cambio de un poco de paga y vivir en su casa. Así de apañada venía sí.
-Borja: Mira Lu, un bollopene -reía-
Subí una ceja y empece a reirme.
-Lucía: tiene su gracia ese bollo en forma de pene. -reí-
Mi tía entró donde estabamos preparando más bollos y se quedó mirandonos.
-Sam: Borja te he dicho mil veces que los bollopenes que fabricas no se venderán joder. -dijo enfadada- Tienes ya tus añitos, centrate.
Salió muy enfadada con una bandeja de cupcakes en la mano.
Solté una pequeña carcajada que produjo que la harina se levantara y fuera hacía mi cara.
-Lucía: BIEN. -aplaudí-
-Borja: Mañana tengo otro encargo para hacer fotos en una sala de fiesta de la zona más rica ¿te vienes?
-Lucía: Vale -dije mientras cogía harina y se la tiraba a la cara-
Mi hermano me miró con cara de querer matarme en esos momentos.
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Al día siguiente por la noche
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-Lucía: vístete anda que como te vea mi tía aquí metido y desnudo. -reí-
-Ángel: déjame que respire al menos.
Rápidamente me vestí para irme con mi hermano a esa pequeña fiesta en la sala The One.
 Me coloqué uno de mis vestidos favoritos de color azul y salí de la habitación dejando a Ángel completamente solo.
Subí al coche de mi hermano y fuimos camino a la sala.
Al llegar volvió a dejarme sola, pero sin importarme, fui a ver el ambiente de aquella fiesta.
Sin mirar por donde iba choque con una persona.
-¡Hey cuidado morena!
-Lucía: Perdóname, no me había dado cuenta...-dije muy alterada-
-Oh, dios, ¡AMO TU VESTIDO!
-Lucía: Gracias supong..-me interrumpió-
-Soy Aida, la mejor modelo que podrás encontrar en Málaga. -me dio dos besos-
-Lucía: encantad...-me volvió a interrumpir-
-Aida: No me suenas, eres nueva se ve. -dijo con un tono muy alegre-
-Lucía: Todo el mundo me dice lo mis...-de nuevo, me interrumpió-
-Aida: Tía, yo no se, pero hoy quiero tirarme a alguien. -reía- Me da que ese alguien tiene que ser él...-dijo señalando con el dedo a una persona-
Me fijé bien en la persona que el dedo de aquella modelo que acababa de conocer señalaba con su dedo tan fino.
-Aida: Se ve que es mu' cerrao' el chiquillo por que nunca se acerca a mi. -ríe- pero vamos, en nada lo tendré verás. Ven, acompáñame..

Lo único que podía pensar en ese momento es que estoy conociendo a personas que nunca imaginaria que me hablarían.
Resumiendo...yo no se que hago para meterme en todo esto.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Dos.

Narra Lucía
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Al llegar por fin a Málaga fui observando atentamente las bonitas calles de Benalmádena, era un lugar muy tranquilo y acogedor.
Ángel me dio la señal de que ya habíamos llegado a la casa de mi tía Samanta, donde vivía también mi hermano Borja y al que no veía hace más de tres meses.
Bajé del coche muy entusiasmada y me quedé mirando fijamente la casa. Era grande y bonita, mi tía invirtió todo su dinero en esa casa en la que perfectamente cabía una familia de diez personas, era preciosa.
Bajé de las nubes y toqué al timbre muy nerviosa.
Esperé que alguien me contestara pero a lo lejos vi como mi hermano corría hacia la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y muy acelerado.
-Borja: AY DIOS, YA ESTÁS AQUÍ. -dijo con la voz muy alzada y mientras abría la puerta para que Ángel entrara el coche-
Al abrir la puerta salió con mucha rapidez a abrazarme.
-Lucía: Borja me haces daño...Borja...-comenzaba a agobiarme- ¡¡BORJA!! -grite riéndome-
Se separó de mi y soltó un largo suspiro de felicidad.
-Borja: Lo siento, perdóname por echarte de menos enana. -reía- ¿Entramos?
Mientras mi hermano saludaba a Ángel yo fui hacía la puerta y observando atentamente el jardín lleno de pequeñas estatuas, macetas de colores y una gran piscina que habían puesto hace poco por lo que veía.
Me adentre en la casa y atentamente observe el gran salón que tenía. Nadie se imaginaria que esta casa es de la famosa pastelera de Benalmádena.
Empecé a investigar más las figuras tan extrañas que habían por aquel salón.
-Samanta: CÓMO ME ALEGRO DE VERTE LUCÍA! -dijo mi tía mientras bajaba aquellas escaleras tan bonitas de caracol-
-Lucía: ¡Tía Sam! -dije entusiasmada-
Aceleré el paso para darle un cálido abrazo a mi tía, la persona que a partir de ahora me va a cuidar y dejarme quedar en esta gran casa, pero acogedora.
-Lucía: Te veo muy sexy, estas genial en serio, ESTUPENDA, los cuarenta y cinco años los llevas perfectos. -me reí-
-Samanta: No me hagas más la pelota, que te vas a quedar a vivir aquí ya sí o sí. -reía- Tu estas ya muy grandota, y con un cuerpazo increible, ¿Y ESTE PELO? que suave y que marrón claro más bonito. ¿Y esos ojos color canela? Tía estas echa una buenorr....-le interrumpí-
-Lucía: Sam, ya basta, que estas exagerando -me reí avergonzada-
-Samanta: Bueno, vale, vale, lo que usted diga. -reía- ¿Quieres ver tu habitación?
-Lucía: Me encantaría verla ya -reía- Esta maleta pesa mucho.
Seguí sus pasos por las escaleras hasta llevarme a una habitación grande, espaciosa, acogedora y perfecta para mi.
-Lucía: Creo que me he enamorado. -dije sorprendida-
-Samanta: Te dejé unos regalos encima de la mesa. -dijo entusiasmada-
Corriendo me dirigí hacía la cama y cogí la caja que había encima de ella. La abrí cuidadosamente.
-Lucía: AAAAAH -pegué un gran grito- ME ENCANTA ESTA CÁMARA....Y...UN BLOC DE DIBUJO, GRACIAS SAM, NO TENÍAS POR QUE HACERME ESTOS REGA....-me interrumpió-
-Samanta: Tómalo cómo una buena bienvenida. -reía-
Le abracé lo más fuerte que pude.
-Samanta: Ahora con esa cámara y ese bloc podrás seguir con tus hobbies, que ya me dijo tu madre que te robaron la cámara. -rió-
-Lucía: Por desgracia sí. -suspiré- GRACIAS DE VERDAD.
Le volví a dar uno de mis abrazos más sinceros.
-Samanta: Bueno vamos a bajo, y me presentas a ese chico que te lleva loquita. -me guiñó un ojo- ¿No se quedará aquí a vivir también no? -me miró con cara de asesina-
-Lucía: Es rico, tiene casas por todos lados. -reí-
-Samanta: Te los buscas bien, eh moza. -reía-
Bajamos al salón donde ya se encontraban mi hermano y Ángel sentados cada uno en un sillón de la sala.
Mientras mi tía y Ángel se saludaban y hablaban yo seguía investigando aquella gran casa que tan alucinada me había dejado.
Mi hermano se acercó a mi mientras yo observaba los cuadros de familia que se encontraban colgados por las paredes de un largo pasillo.
-Borja: Esta noche me han encargado que haga algunas fotos en el desfile de modelos que hay por el puerto ¿me acompañas? -me dijo con cara de bueno-
-Lucía: Encantada. -le sonreí- y así conozco más Benalmádena, no tengo ni idea de este sitio. -reí-
-Borja: Vale pues a las ocho y media quiero que estés preparada para marcharnos, eh. -me guiñó un ojo-
-Lucía: Tienes suerte de trabajar con tía Sam en la pastelería y a parte que te paguen por hacer lo que te gusta, la fotografía, tienes mucho morro. -le di algunas palmadas en la cara-
-Borja: Ángel también me ha dicho que viene, pero él nos espera ya en el puerto. -dijo mientras cogía una magdalena de la cocina-
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Por la noche.
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-Borja: NO TE LO VUELVO A DECIR, LUCÍA, BAJA YA, NOS TENEMOS QUE IR.-gritaba mi hermano desde la planta de abajo-
-Lucía: QUE YA VOY PESADO. -grité-
-Samanta: Vamos a ver ¿PERO ESTO QUE ES? ¿EL PRIMER DÍA Y YA ESTAÍS CON GRITOS LOS DOS?
-Borja: ¡tengo que estar a las ocho y media en el puerto y son y veinte! -empezó a ponerse histérico-
Bajé rápidamente las escaleras.
-Lucía: Anda vamos cacho atontao'. -dije enfadada-
-Borja: ¿Y para eso tardas tanto? ¿Para ponerte unos pantalones cortos, unas converse y una simple camiseta de tirantes?
-Lucía: NO VOY A IR EN TACONES.
-Borja: Deberías, allí son todos muy pijos. -dijo con un tono de burla-
Fui a cambiarme de zapatillas pero mi hermano me detuvo cogiéndome del brazo y llevándome hasta la puerta.
-Borja: Ya no hay tiempo, vamos.

Subí al coche y mientras íbamos de camino al puerto observaba por la ventana las bonitas calles.
Al llegar a aquella fiesta me reencontré con Ángel que nos esperaba en un punto exacto.
-Borja: A las once en casa, eh, no te me vayas a perder. -reía-
Mi hermano me dejó con él y fue a hacer su trabajo.
Ángel me presentó a algunos chicos que iban a ser sus próximos compañeros de trabajo cuando empezara el próximo día a trabajar en la empresa de su padre.
Le dejé a él con sus amigos y fui a investigar a aquella fiesta más a fondo.
Miré hacía la pasarela y habían unas preciosas modelos desfilando con mucha delicadez y precisión. Adoraba la ropa que llevaban por mucho que luego no me la pusiera.
-Son guapas, eh.
Escuché esa voz a mi izquierda y giré mi cabeza para ver de quien se trataba.
Una chica pelirroja natural con gafas y un bonito vestido era la que me había hablado.
-Lucía: La verdad es que sí. -contesté con verguenza-
-Soy Laura, encantada. -se acercó a darme dos besos y los acepté-
-Lucía: Yo soy Lucía, Lucía De La Torre para ser exactos. -sonreí-
-Laura: Eres nueva aquí ¿verdad? -me preguntó mientras me ponía ponche en un vaso-.
-Lucía:  ¿Cómo lo has sabido? -pregunté extrañada-
-Laura: Aquí todos conocemos la cara de todos. -reía mientras seguía mirando a la pasarela-
Le miré extrañada y continué viendo como las modelos desfilaban.
-Laura: Aquí tienes mi número, por si por cualquier cosa me necesitas de guía turística. -reía-
Aquella chica fue desapareciendo entre la multitud y yo seguí extrañada por lo que acaba de pasar.

4 horas después.

Me acordé que a las once mi hermano me esperaba en casa, ya que yo no conozco mucho Benalmádena y no podía estar mucho tiempo por aquí.
Tras tres veces que me he separado de Ángel para seguir investigando la fiesta, le volví a buscar pero no le encontré.
Empecé a preocuparme, ya que no sabía como volver a casa y mi hermano no podía llevarme.
-Lucía: ¡Eh, eh, oye! -le grité desde lejos a uno de los compañeros de Ángel- ¿Dónde está Ángel?.
-Se ha ido hace veinte minutos. -dijo tranquilamente-
Bien, Ángel me había dejado tirada en aquella fiesta y yo no sabía como volver. No sabía ya como cagarme en su madre, por decirlo bruscamente.
Empece a ser Lucía, la del mal humor que le viene de su padre.
Salí de allí lo antes que pude y fui preguntando a gente que cómo podía llegar a la calle Valiente.
La gente iba indicándome y yo seguí corriendo por unas oscuras calles donde no había ni un alma.
Crucé una calle sin mirar si algún coche podía pasar, ya que no había nadie.
De pronto vi como una luz me cegó los ojos.
Me quedé completamente quieta sin saber que hacer.
El coche pegó un gran freno que llegó a pegarme un diminuto golpe en la cadera.
Pegó un pitido muy alto que por poco me dejaba sorda, por decirlo de esta manera.
Yo, con la cara completamente tapada, me quité las manos para ver.
Empecé a enfurecerme ya que ese coche había visto que estaba pasando y no frenaba.
-Lucía: ¿TU ERES SUBNORMAL? -le grité con muy mal genio-
Le pegué una patada a la parte delantera del coche y salí de allí.
Un chico salió del coche algo preocupado.
-OYE, EH. -me gritó mientras yo seguía caminando-
Se acercó a mi y me cogió del brazo dejando el coche en medio de la carretera y con las luces encendidas.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Uno.

Narra Lucía
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Nunca pensé que llegaría el momento de decir adiós a las personas que siempre han estado ahí,  en cualquier momento, pero llegó la hora de marcharme y no puedo hacer nada al respecto.
Dejar mi vida atrás, para comenzar una nueva en otro lugar, otra gente, otro ambiente...
Sinceramente es lo mejor que podría hacer por mi ''familia'', al fin de al cabo es ella quien me ha ayudado a seguir a delante aun que cueste trabajo. Debo la vida a mi madre, ya que ha sido ella la única que me a criado desde muy pequeña, ya que mis padres estás divorciados desde que yo tenía 8 años.
Mi padre vive en Málaga y se puede decir que lo veo 6 veces al año, no se preocupa en venir a verme, poco me preocuparé yo de él, cómo dicen ''ojo por ojo, diente por diente''.
Ahora, me iré. Málaga me espera con un nuevo futuro por delante y aun que me cueste trabajo, un nuevo futuro con gente nueva, dejando atrás a mi madre, mis tíos, mi mejor amiga, mi novio, todo.

-Miriam: Eh, oye, eh. -dijo haciéndome que baje de las nubes-
Reaccioné rápidamente a sus llamadas y le miré con atención.
-Miriam: No parece que esta fiesta de despedida sea para ti. -sonrió- anda vamos Lú, anímate.
-Lucía: Cómo quieres que me anime si después de este día te veré cada dos meses. -le dije apenada-
Ella, comprendiendo mis palabras, se acercó a mí, regalarme un abrazo cálido de los suyos que tanto me gustan.
-Miriam: Mira, eres mi mejor amiga y esta amistad no se va a acabar así, y lo sabes. -me sonrió dulcemente-
Yo, tímidamente, le estiré de las mejillas y volví a donde estaban todos.
Me acerqué a Ángel, el chico con el que llevo nada más que cinco meses saliendo  pero suficientes para saber que la palabra ''quererle'' se  le queda demasiado pequeña.

-Ángel: Ven, tengo algo que decirte. -me dijo sonriente-
Me llevó hasta una esquina donde no nos podía escuchar nadie.
-Lucía: ¿A que viene tanto misterio, eh? -me reí-
-Ángel: Voy a irme contigo a Málaga. -me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Lucía: ¿Qué? espera...¿QUÉ? -dije demasiado sorprendida-
-Ángel: Lo que oyes. -se rió- Ya sabes que mi familia es de mucho dinero y claro, he conseguido que me contraten en la empresa de mi padre pero en la de Málaga.
Me quedé completamente muda y sorprendida por la gran decisión que había hecho Ángel solo por no dejar de verme.
No contesté, tan solo le abracé con todas mis fuerzas. Aquel abrazo lo dijo todo.
Alcé mi cabeza y le robé un largo y dulce beso.

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Tras una hora después, la gente comenzó a marcharse y a despedirse de mi con todo el cariño que podían.
La verdad, tanta falsedad me mata, hay que decir que solo han venido por la  bebida gratis, pero agradezco el esfuerzo en hacer que les importaba que me iba, espero que se note mi ironía en esta última frase.
Miré a mi a Miriam y a al rededor de ella solo había basura y botellas vacías.
Subí los hombros y suspiré, no quedaba otra que empezar a recoger.

Comenzamos a recoger todo lo que se encontraba tirado por el comedor de la casa de Miriam.
Ella se quedó mirándome y sonriendo.
-Lucía: ¿Qué pasa? -le dije riéndome-
Sin decir nada se le calló una lágrima y se acercó rápidamente a darme un abrazo.
Ese abrazo dijo más que mil palabras, como suelen decir.
Lágrimas empezaron a deslizarse por mis mejillas.
-Lucía: Eres tonta, me contagias. -reí-
-Miriam: No te prometo un siempre como las niñas tontas, pero si te prometo una larga y duradera amistad, no te olvides de mi, eh tonta. -sonrió-
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Al día siguiente
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-Irene: ¿Lo llevas todo?
-Lucía: Que sí mamá. -dije agobiada-
-Irene: ¿Te has cogido el chaquetón?
-Lucía: ESTAMOS EN VERANO MAMÁ.
-Axel: Deja a la chiquilla Irene, le agobias a la pobre.-rió-
Le sonreí falsamente al novio de mi madre.
Puse mis maletas en el coche de Ángel. Mi madre se acercó al coche y suspiró.
-Irene: Mi hija se va ya de casa...ay. Dile a tu tía o a tu hermano que me llamen cuando llegues y le contaré sobre tus alergias veraniegas.
-Lucía: ¿Ya era hora, no? a mis 22 años. -reí- Y se cuidarme yo solita, anda. Te voy a echar de menos mamá. -le abracé- cuídate Axel. -dije entrando en el coche-
-Irene: Sal ahora mismo del coche y despídete en condiciones de Axel. -dijo cabreada-
-Lucía: Pero mamá...
-Irene: QUE SALGAS. -gritó-
Le miré con cara enfurecida y le di dos besos a Axel.
-Axel: Hasta pronto preciosa. -sonrió-
Le sonreí falsamente y volví a entrar en el coche.
Mi madre felizmente me decía adiós con la mano mientras el coche se iba alejando más y más de ellos.
-Lucía: Oh dios, me he librado de Axel. -suspiré-
-Ángel: No es tan mal tipo. -reía-
Le miré con cara de asesina y me coloqué las gafas de sol.
Coloqué la radio, los 40 principales para ser más exactos. Una canción de Pablo Alborán sonaba.
-Ángel: Ese es un cursi. -dijo mientras cambiaba de cadena-
-Lucía: Tu si que eres un cursi, atontao'. -reí-
Me miró riéndose y me robó rápidamente un pequeño beso.
-Lucía: ORIGEN: ALMERÍA, DESTINO: MÁLAGA, COME ON COME ON. -dije gritando-