Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

domingo, 9 de marzo de 2014

Treinta y cuatro.

Anteriormente
Amanecí con Lucía al otro lado de la cama, con sus brazos debajo de la almohada y el pelo recogido con una coleta.
Me quedé varios minutos mirando al techo esperando que me vinieran las ganas de levantarme y por fin lo hice.
Salí al balcón al escuchar unos gritos de Sam que venían de fuera.
-¡QUÉ AQUÍ NO ESTA PABLO ALBORÁN! ¡FUERA! -les gritaba a un montón de periodistas que se encontraban en su puerta mientras les daba con la escoba.
Me adentré rápidamente antes de que me vieran y desperté lo antes posible a Lucía.

Narra Pablo.


Lucía abrió los ojos rápidamente.

-¿Qué ocurre? –preguntó muy confusa
-Periodistas, fans, muchos bastantes demasiados periodistas –dije adelantando la información
-¿DÓNDE? –preguntó asustada
-Ahí abajo, en tu jardín…-dije con miedo a cómo iba a reaccionar

Se levantó rápidamente de la cama se colocó unos pantalones y salió al balcón.

-¡No salgas! –grité mientras le cogía de la mano pero ya era tarde.
-¡Fuera de aquí! –gritó Lucía con muy mal humor- Puedo llamar a la policía, estáis en mi jardín.
-¿Está Pablo ahí? –gritó una joven fan
-Aquí no está Pablo ¡Cómo va a estar Pablo aquí! Esta es mi casa y no la de él, si lo buscáis o estará en su casa durmiendo cómo hacen todas las personas o grabando el nuevo disco o ¡Yo que sé!  -se adentró de nuevo a la habitación.

La gente comenzó a salir de su jardín y algunas personas se fueron, otras no se rindieron.

-Ahora cómo salgo yo de aquí…van a estar vigilando, me los conozco –dije muy preocupado.
-Mi ventana da a tu ventana –dijo Lucía subiendo una ceja.
Abrí la ventana de Lucía y me subí encima de ella. Cuando quise abrir la ventana de mi habitación se encontraba cerrada.
-Mierda, mierda, mierda…-comencé a desesperarme.
-Tranquilo, es tan fácil cómo….

Cogió mi teléfono de encima de la mesa de noche y comenzó a llamar.

-Casilda, soy Lucía ¿Podrías abrirle la ventana a Pablo? –se quedó en silencio un momento- gracias guapa –colgó.
-Mira que si no te llego a tener a tener a ti yo no serviría para nada –dije mientras me reía.
-Te recuerdo que cantas, tocas la guitarra, el piano, los timbales, escribes…-le interrumpí.
-Vale, lo he captado. –subí una ceja.

De pronto mi hermana abrió la ventana y al verme subido encima de la de Lucía se asustó.

-¿Qué haces ahí pedazo de loc…

-Deja sitio que voy. –dije interrumpiéndole y saltando hacía mi ventana.


Me adentré en mi habitación y me despedí de Lucía. Estaba claro que no podríamos vernos hoy, los periodistas le tienen vigilada si se puede decir así.

Narra Lucía

Sentada en mi cama con el bloc de dibujo entre mis piernas me encontraba yo algo más que aburrida en estas cuatro paredes llamadas ‘’mi habitación’’.

Escuché de nuevo a gente gritar y me asomé a la ventana. Pude contemplar cómo un par de periodistas rodeaban a Laura.
La pelirroja se encontraba agobiada mientras caminaba hacia mi puerta mientras esa gente le hacía preguntas tontas cómo ‘’¿Qué sabes de la nueva pareja de Pablo Alborán?’’
Se adentró en mi casa y bajé rápidamente al salón. Le miré algo paralizada y ella con la respiración muy fuerte y agobiada me miró con una ceja hacía arriba.

-Esto es solo el principio –dijo Laura señalando hacía la puerta.
-¿Qué te trae por aquí? –dije confusa- pensé que no volveríais a hablarme –añadí mientras agachaba la cabeza.
-No tengo por qué enfadarme por eso, yo ya sabía vuestra relación.
-¿Lo sabías? ¿Cómo? –pregunté confusa.

-Aquí la rubia es Aida, yo soy pelirroja, no me tomes por tonta –rió.
-Vaya…entonces a ti no se te puede ocultar nada –reí.
-Mira Lucía, lo mejor es la sinceridad. Aida tiene razón por una parte pero creo que más razón tienes tú…seguro que Pablo te pidió llevarlo en secreto y no era plan de contárnoslo a nosotras así de repente, por eso no tengo por qué estar enfada contigo…y bueno .

Nos quedamos totalmente en silencio y lo rompí segundos después.

-Necesito desahogarme con alguien. –dije con un nudo en la garganta.
-¿Qué ocurre? –preguntó preocupada la pelirroja.
-El músico de Pablo Alborán…al que llaman Lolo ¿Sabes quién te digo?
-Creo que sí…pero no estoy segura si es el que pienso.
-Pues hace cinco años que no nos veíamos cara a cara y claro.
-¿Y qué me quieres decir con eso? ¿Era un amigo tuyo? –preguntó confusa.
-No exactamente un amigo….
-¿Novio y amigo?
-Lo que se llama follamigo vamos…-añadí.
-¡NO JODAS! –gritó- ¿Pablo lo sabe? –dijo alzando la voz.
-¡Baja la voz que esta mi tía en la cocina! –dije tapándole la boca.
-Sabes que luego lo adivinaré –añadió Sam.

 Ignoré completamente a mi tía Sam y comencé a contarle lo ocurrido a Laura, ya que era con la única persona que podía desahogarme.

-Lolo fue un amigo especial sí…digamos que él vivió unos años en Almería y nos conocimos gracias a una amiga mía que nos presentó en una fiesta. Tanta era nuestra desesperación por encontrar el amor que los dos nos topamos en el mismo camino que acabamos siendo cómplices de la cama. Yo perdí la virginidad con él una noche de mayo…borracha.

-Me estoy quedando a cuadros…-dijo Laura con los ojos como platos escuchando mi historia.

-El caso es que los dos sabíamos que estábamos haciendo mal, por qué él no estaría mucho tiempo en la ciudad y se iba a ir a Sevilla dentro de unos meses, pero tan enamorada estaba yo que a cualquier cosa que me pedía le decía que sí. La gente me decía que solo me quería por sexo, otra que me quería de verdad, pero no le hacía caso a nadie, tan solo a él…el amor me dejó tonta completamente. Al final llegó el día de su despedida y todo fueron llantos. Él me dijo que me quería más que a nada y que no me olvidaría, yo cómo tonta…le creí. Después de dos semanas me llegó el rumor de que tenía una nueva novia llamada Lorena y el corazón se me partió en pedazos. -decía mientras escalofríos recorrían mi cuerpo por cada recuerdo.

-Mira, se que no debería decirte esto pero en estos casos mejor callárselo y no decírselo a Pablo, no lo digo por vuestra relación si no por la amistad y relación de trabajo que tienen ellos dos, podrías fastidiarla un poco. –dijo con sus palabras más sinceras.
-Ya, de eso ya me he dado cuenta. No me gusta mentir, no me gusta para nada y menos a Pablo, pero no tengo otra opción. –dije mientras agachaba mi cabeza.
-¿Has hablado con el tal Lolo? No vaya a ser que él si que se lo diga.
-Creo que él tiene cabeza cómo para saber que no debería hacerlo, más bien por no joder mi relación.  Creo…-añadí confusa.
-Te has mentido en un gran aprieto…-dijo preocupada la pelirroja- primero los periodistas y ahora tienes que mentirle a Pablo…comenzamos bien, eh. –resopló mientras levantaba sus gafas.
-Creo que no podré soportarlo…-dije mientras miraba hacía el techo soltando un largo resoplo- Necesito que pases esta noche conmigo, todo el día, lo que sea, pero necesito estar con alguien que me entienda, me siento sola.
-Por mí no hay problema, pero no digas que te sientas sola por qué tienes a gente que te quiere y lo sabes.
-Tengo menos gente de la que pensaba –añadí.

Narra Pablo


En estos momentos el silencio invadía dentro de mí.
Las cuerdas de mi guitarra sonaban acompañando a mis vocales. Una canción por ella y para ella había acabado al cabo de toda la mañana.
Sin poder salir de estas cuatro paredes y de toda mi casa se basó toda mi mañana.

Llamaron de pronto a mi teléfono y respondí rápidamente.

Pude observar que quien me llamaba era mi representante.
-Dime…-respondí preocupado.
-¿Cómo es que tienes novia? –dijo algo seria.
-Verás…
-No me hace gracia Pablo –me interrumpió- un artista joven, guapo y que se puede comer el mundo no va a comérselo si tiene novia, vendes menos.
-¿Qué dices? No digas tonterías. 
-Cuándo se enteraron que Ricky Martin era gay bajó mucho el número de compradores.
-La música nunca ha debido de ser así, por lo menos para mí.
-Pues es así. –añadió.
-Cada persona tiene su vida y si de verdad están por mi música aceptarían cualquier cosa de mi vida y si no es así ya se pueden marchar.
-Ese no es el caso ¡el caso es que perdemos dinero! –dijo alzando la voz.
-A la mierda el dinero –colgué.

Narra Lucía


Bajé a la cocina a preparar algo para comer las tres ya que mi hermano no había llegado y si no avisa es que no pensará comer aquí.
Saqué algunas sobras de queso y demás que sobraron del cumpleaños de mi tía.
El móvil de Sam comenzó a sonar y mi tía pasaba de contestar.

-No sé de quién es este dichoso número…-dijo mi tía mirando el móvil extrañada y colgó.
-¿Y si era Sergio Dalma? –dije bromeando.
-Sí, quizás quería llevarte a cenar esta noche –me siguió la broma Laura.
Mi tía miró el teléfono y cuándo volvieron a llamar cogió el teléfono más rápido que nunca.
-¿SÍ? ¿QUIÉN ES? –dijo algo desesperada.

Observaba la cara de mi tía al saber que no se trataba de Dalma, si no que seguro que se trataba de alguna compañía telefónica.

-¿ESTA BIEN?

La cara de preocupación de mi tía me puso muy nerviosa.
Mi tía colgó el teléfono y salió de la cocina.
-¡SAM! ¡SAM QUE OCURRE! –grité mientras le perseguía preocupada.





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Gracias por leer esta historia y por vuestra paciencia para esperar cada capítulo. 
Ya somos casi 3.000 en Twitter y tan solo quería daros las gracias por tanto cariño y aprecio.
Esta loca de atar por el señor Alborán os quiere demasiado.
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¡BESOS APRETAOS!

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