Anteriormente.
Las sabanas mojadas, la ropa por los suelos, un paseo de gotas de agua por el parqué y mi vida junto a la suya.
Que comience la guerra entre su boca y la mía en este oscuro campo de batalla.
Narra Pablo.
Desperté a causa de fuertes golpes a la puerta y detrás de ella una mujer con un tono brusco gritando:
-¡¡Servicio de habitaciones!!
Me levanté rápidamente y desperté a Lucía lo antes posible.
-Lucía: ¡Qué pasa qué pasa! -decía asustada-
Le cogí en brazos y le dejé en el cuarto de baño.
-Pablo: Quédate aquí y no digas nada, por favor. -decía en voz baja- lo hago por nuestro bien ¿vale? -cerré su puerta y le dejé con la palabra en la boca-
Volvió a tocar la puerta aquella señora.
Recogí rápidamente la ropa de Lucía del suelo y la escondí en mi mochila. Me coloqué unos pantalones y fui a abrirle.
Abrí la puerta con una bonita sonrisa y ella se quedó mirándome de arriba a bajo.
-Pablo: Buenos días, adelante. -dije abriendo del todo la puerta.
Esa señora grande y con ese tono brusco seguía mirándome con una mirada algo parada.
-Pablo: ¿Se encuentra bien? -pregunté extrañado
-Pa-Pablo Al-Al-Alborán -balbuceaba nerviosa-
-Pablo: Sí -reí- pase pase no se quede ahí parada. -dije con mucha educación-
-Vaya, nunca pensé que una sola persona pondría patas arriba esta gran habitación.
-Pablo: Lo siento -decía rascándome la cabeza avergonzado-
-¿Puede firmarme un autógrafo? -dijo nerviosa
Afirmé con la cabeza y firmé en ese arrugado papel que tenía la señora en el bolsillo.
Mientras limpiaba fui rápidamente al cuarto de baño y cerré con pestillo.
Lucía me miraba con los brazos cruzados y sentada en una de las sillas al lado de la ducha.
-Lucía: Ya o que -decía con sueño-
-Pablo: Aun no, pero no tardará en irse. -dije tranquilizándole
Me asomé y ella seguía limpiando el suelo húmedo que dejamos Lucia y yo por la noche.
Salí fuera y cerré la puerta del baño volviendo a dejar a ella ahí dentro.
Sonreí y a aquella mujer y ella me miraba muy avergonzada.
-No sé por que hay unos boxers empapados de agua tirados en el suelo -rió-
-Pablo: Por favor, ignóralo -dije avergonzado y a la vez riéndome.
Ella se rió y seguía recogiendo cosas.
-Pablo: Oye, ya lo hago yo, no me cuesta nada -sonreí- es incomodo que cojas mis boxers -reí-
-Esta bien -dijo ella con una pequeña carcajada- gracias por el autógrafo Pablo -decía mientras salía de la habitación-
Cerró la puerta y suspiré fuertemente. Fui hacia el cuarto de baño y saqué a Lucía en brazos y le tiré sobre la cama.
Ella me miraba sonriente y me dio un bonito beso mañanero que tanto necesitaba en esos instantes.
-Pablo: ¿Desayunamos? -pregunté alegremente
-Lucía: Yo quiero un Pablo -dijo sonriente y robándome un beso a la vez.
-Pablo: Mira que eres tonta. -le dije dándole un pequeño golpe en la cabeza
Me levanté de encima de ella y comencé a vestirme decentemente, ya que antes solo tenía puesto unos pantalones.
Recogimos todas nuestras cosas y nos dirigimos hacía algún sitio para comprar desayuno.
-Lucía: ¿Qué mejor sitio para coger algo para desayunar que la pastelería de mi tía? -decía mientras entraba en el coche
-Pablo: Pues vamos para allá. -dije con una sonrisa.
Narra Lucía.
Salí del coche y me adentré en la pastelería.
Mi tía Sam me miraba de arriba a bajo.
-Lucía: ¿Qué pasa? -reí-
-Sam: ¿Dónde esta don lunares? -preguntó enfadada-
-Lucía: En...el...coche...esperando...¿por? -decía algo asustada por su tono-
-Sam: Um interesante..-dijo mientras salía hacía fuera.
Entre dentro para ver a mi hermano cómo hacía los pasteles y saludarle pero su cara decía que algo no iba bien.
-Lucía: ¿Qué pasa? -pregunté asustada-
-Borja: ¿Estás saliendo con Pablo? -preguntó algo cabreado-
Su tono me asustó, sabía que algo no iría bien si le dijera la verdad, así que, decidí contarle una mentira.
-Lucía: No, solo somos amigos, ya lo sabes. -dije muy tranquila
-Borja: ¿Y ayer dónde pasaste la noche? el coche de Pablo no estaba...-dijo algo asustado.
-Lucía: Yo me fui a casa de Aida a dormir...sobre el coche no se nada Borja, no metas eso.
-Borja: Mira Lucía...solo es que no quiero que tengas una relación con él, es famoso, y te hará daño. Ese mundo es muy malo, no te lo recomienda mucha gente y menos deberías si no te gusta ser portada de revistas del corazón semanales. -decía preocupado
-Lucía: ¿Quién a dicho que vaya a salir con Pablo? -dije pensando por dentro que estaba siendo una estúpida al mentirle.
-Borja: No quiero que te hagan daño ¿me oyes? y menos un famoso, que luego tu daño saldrá en todas las televisiones. -decía entristecido
-Lucía: Tranquilo...-sonreí
-Borja: Por que tonto no soy y se que Lulilulú mía siente algo por el señorito Alborán -rió.
-Lucía: Es mono. -sonreí mientras salía de allí.
Al salir de la pastelería con algunos donuts vi a mi tía tumbada delante del coche de Pablo.
-Lucía: ¿QUÉ HACES? -dije con la voz alzada
-Sam: ¡De aquí no me mueven hasta que ese ricitos me de el número de Sergio!
Pablo intentaba levantarle pero ella se resistía.
-Sam: ¡NO ME TOQUES, POR QUÉ TOCAS!
-Pablo: Sam, por favor. -decía preocupado Pablo
-Sam: ¡Me levanto por que tengo clientes! ¡quiero ese número! -gritaba mientras se marchaba-
-Pablo: Tu tía me esta cogiendo un poco de manía...-rió
-Lucía: Se le va la cabeza cada vez más -dije riéndome
Nos adentramos en el coche y nos dirigimos hacia casa de Pablo dónde desayunaremos más tranquilos.
Entramos en su casa. Su hermana y su madre se me quedaron mirando muy sonrientes y tan solo saludé y sonreí.
Nos miraban a Pablo y a mi y cuchicheaban mientras sonreían.
-Pablo: Qué pasa aquí -dijo riendo.
-Casilda: Nada, nada. -rió
-Lucía: Me siento un poco incómoda...-le dije en voz baja a Pablo mientras él comía un donut.
-Pablo: Tranquila, es que cuando traigo chicas a casa se ponen así. -rió
-Lucía: ¿Traes a muchas o que? -dije subiendo una ceja-
-Pablo: Mmmm, no. -rió- a ti, a mi ex y a alguna amiga alguna vez. -respondió sonriente.
-Lucía: Bueno, bueno...-le saqué la lengua-
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Tres días después.
Por la noche.
Tras haber pasado la tarde en mi casa dibujando en mi bloc y escuchar música, decidí llamar a Pablo por la ventana para verle.
Salí a la ventana de mi habitación y alargué la mano para tocar a su ventana que estaba a un metro de la mía.
Vi cómo su sombra se acercaba y se asomó.
-Pablo: Dime Lulú. -dijo recibiéndome con una bonita sonrisa.
-Lucía: ¿Nos podemos ver en el jardín?
-Pablo: ¿Y tu hermano? -preguntó extrañado
-Lucía: Esta durmiendo en el sofá. -reí
-Pablo: Venga vamos -dijo sonriente.
Bajé rápidamente y miré a mi hermano para ver si estaba dormido y poder salir tranquílamente.
Pablo saltó los arbustos y me tiró al césped.
Shadow, el perro de mi hermano, se acercó rápidamente y comenzó a ladrarnos sin callar.
-Lucía: ¡¡Calla chucho, que despertarás a mi hermano!! -dije alzando la voz-
Pablo me cogió del suelo y agarró mi cintura para darme un dulce beso que no sentía en mis labios desde ayer por la noche.
-Pablo: Siento estar poco tiempo contigo, el trabajo ya sabes. -dijo entristecido
-Lucía: No te preocupes, me voy acostumbrando -sonreí cómo pude
-Pablo: Ay, lo siento de verdad, no me pongas esa carita. -decía haciendo pucheros mientras me daba besos en la mejilla.
Le agarré de los mofletes y besé sus labios. Agarró mi cintura y me siguió el beso.
-Borja: Y así es cómo una hermana te decepciona para siempre. -decía desde la puerta-
Me separé rápidamente de Pablo y le miré paralizada.
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