Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Veintiocho.

Anteriormente.
Las sabanas mojadas, la ropa por los suelos, un paseo de gotas de agua por el parqué y mi vida junto a la suya.
Que comience la guerra entre su boca y la mía en este oscuro campo de batalla.

Narra Pablo.
Desperté a causa de fuertes golpes a la puerta y detrás de ella una mujer con un tono brusco gritando:
-¡¡Servicio de habitaciones!!
Me levanté rápidamente y desperté a Lucía lo antes posible.
-Lucía: ¡Qué pasa qué pasa! -decía asustada-
Le cogí en brazos y le dejé en el cuarto de baño.
-Pablo: Quédate aquí y no digas nada, por favor. -decía en voz baja- lo hago por nuestro bien ¿vale? -cerré su puerta y le dejé con la palabra en la boca-
Volvió a tocar la puerta aquella señora.
Recogí rápidamente la ropa de Lucía del suelo y la escondí en mi mochila. Me coloqué unos pantalones y fui a abrirle.
Abrí la puerta con una bonita sonrisa y ella se quedó mirándome de arriba a bajo.
-Pablo: Buenos días, adelante. -dije abriendo del todo la puerta.
Esa señora grande y con ese tono brusco seguía mirándome con una mirada algo parada.
-Pablo: ¿Se encuentra bien? -pregunté extrañado
-Pa-Pablo Al-Al-Alborán -balbuceaba nerviosa-
-Pablo: Sí -reí- pase pase no se quede ahí parada. -dije con mucha educación-
-Vaya, nunca pensé que una sola persona pondría patas arriba esta gran habitación.
-Pablo: Lo siento -decía rascándome la cabeza avergonzado-
-¿Puede firmarme un autógrafo? -dijo nerviosa
Afirmé con la cabeza y firmé en ese arrugado papel que tenía la señora en el bolsillo.
Mientras limpiaba fui rápidamente al cuarto de baño y cerré con pestillo.
Lucía me miraba con los brazos cruzados y sentada en una de las sillas al lado de la ducha.
-Lucía: Ya o que -decía con sueño-
-Pablo: Aun no, pero no tardará en irse. -dije tranquilizándole
Me asomé y ella seguía limpiando el suelo húmedo que dejamos Lucia y yo por la noche.
Salí fuera y cerré la puerta del baño volviendo a dejar a ella ahí dentro.
Sonreí y a aquella mujer y ella me miraba muy avergonzada.
-No sé por que hay unos boxers empapados de agua tirados en el suelo -rió-
-Pablo: Por favor, ignóralo -dije avergonzado y a la vez riéndome.
Ella se rió y seguía recogiendo cosas.
-Pablo: Oye, ya lo hago yo, no me cuesta nada -sonreí- es incomodo que cojas mis boxers -reí-
-Esta bien -dijo ella con una pequeña carcajada- gracias por el autógrafo Pablo -decía mientras salía de la habitación-
Cerró la puerta y suspiré fuertemente. Fui hacia el cuarto de baño y saqué a Lucía en brazos y le tiré sobre la cama.
Ella me miraba sonriente y me dio un bonito beso mañanero que tanto necesitaba en esos instantes.
-Pablo: ¿Desayunamos? -pregunté alegremente
-Lucía: Yo quiero un Pablo -dijo sonriente y robándome un beso a la vez.
-Pablo: Mira que eres tonta. -le dije dándole un pequeño golpe en la cabeza
Me levanté de encima de ella y comencé a vestirme decentemente, ya que antes solo tenía puesto unos pantalones.
Recogimos todas nuestras cosas y nos dirigimos hacía algún sitio para comprar desayuno.
-Lucía: ¿Qué mejor sitio para coger algo para desayunar que la pastelería de mi tía? -decía mientras entraba en el coche
-Pablo: Pues vamos para allá. -dije con una sonrisa.

Narra Lucía.
Salí del coche y me adentré en la pastelería.
Mi tía Sam me miraba de arriba a bajo.
-Lucía: ¿Qué pasa? -reí-
-Sam: ¿Dónde esta don lunares? -preguntó enfadada-
-Lucía: En...el...coche...esperando...¿por? -decía algo asustada por su tono-
-Sam: Um interesante..-dijo mientras salía hacía fuera.
Entre dentro para ver a mi hermano cómo hacía los pasteles y saludarle pero su cara decía que algo no iba bien.
-Lucía: ¿Qué pasa? -pregunté asustada-
-Borja: ¿Estás saliendo con Pablo? -preguntó algo cabreado-
Su tono me asustó, sabía que algo no iría bien si le dijera la verdad, así que, decidí contarle una mentira.
-Lucía: No, solo somos amigos, ya lo sabes. -dije muy tranquila
-Borja: ¿Y ayer dónde pasaste la noche? el coche de Pablo no estaba...-dijo algo asustado.
-Lucía: Yo me fui a casa de Aida a dormir...sobre el coche no se nada Borja, no metas eso.
-Borja: Mira Lucía...solo es que no quiero que tengas una relación con él, es famoso, y te hará daño. Ese mundo es muy malo, no te lo recomienda mucha gente y menos deberías si no te gusta ser portada de revistas del corazón semanales. -decía preocupado
-Lucía: ¿Quién a dicho que vaya a salir con Pablo? -dije pensando por dentro que estaba siendo una estúpida al mentirle.
-Borja: No quiero que te hagan daño ¿me oyes? y menos un famoso, que luego tu daño saldrá en todas las televisiones. -decía entristecido
-Lucía: Tranquilo...-sonreí
-Borja: Por que tonto no soy y se que Lulilulú mía siente algo por el señorito Alborán -rió.
-Lucía: Es mono. -sonreí mientras salía de allí.
Al salir de la pastelería con algunos donuts vi a mi tía tumbada delante del coche de Pablo.
-Lucía: ¿QUÉ HACES? -dije con la voz alzada
-Sam: ¡De aquí no me mueven hasta que ese ricitos me de el número de Sergio!
Pablo intentaba levantarle pero ella se resistía.
-Sam: ¡NO ME TOQUES, POR QUÉ TOCAS!
-Pablo: Sam, por favor. -decía preocupado Pablo
-Sam: ¡Me levanto por que tengo clientes! ¡quiero ese número! -gritaba mientras se marchaba-
-Pablo: Tu tía me esta cogiendo un poco de manía...-rió
-Lucía: Se le va la cabeza cada vez más -dije riéndome
Nos adentramos en el coche y nos dirigimos hacia casa de Pablo dónde desayunaremos más tranquilos.
Entramos en su casa. Su hermana y su madre se me quedaron mirando muy sonrientes y tan solo saludé y sonreí.
Nos miraban a Pablo y a mi y cuchicheaban mientras sonreían.
-Pablo: Qué pasa aquí -dijo riendo.
-Casilda: Nada, nada. -rió
-Lucía: Me siento un poco incómoda...-le dije en voz baja a Pablo mientras él comía un donut.
-Pablo: Tranquila, es que cuando traigo chicas a casa se ponen así. -rió
-Lucía: ¿Traes a muchas o que? -dije subiendo una ceja-
-Pablo: Mmmm, no. -rió- a ti, a mi ex y a alguna amiga alguna vez. -respondió sonriente.
-Lucía: Bueno, bueno...-le saqué la lengua-
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Tres días después.
Por la noche.

Tras haber pasado la tarde en mi casa dibujando en mi bloc y escuchar música, decidí llamar a Pablo por la ventana para verle.
Salí a la ventana de mi habitación y alargué la mano para tocar a su ventana que estaba a un metro de la mía.
Vi cómo su sombra se acercaba y se asomó.
-Pablo: Dime Lulú. -dijo recibiéndome con una bonita sonrisa.
-Lucía: ¿Nos podemos ver en el jardín?
-Pablo: ¿Y tu hermano? -preguntó extrañado
-Lucía: Esta durmiendo en el sofá. -reí
-Pablo: Venga vamos -dijo sonriente.
Bajé rápidamente y miré a mi hermano para ver si estaba dormido y poder salir tranquílamente.
Pablo saltó los arbustos y me tiró al césped.
Shadow, el perro de mi hermano, se acercó rápidamente y comenzó a ladrarnos sin callar.
-Lucía: ¡¡Calla chucho, que despertarás a mi hermano!! -dije alzando la voz-
Pablo me cogió del suelo y agarró mi cintura para darme un dulce beso que no sentía en mis labios desde ayer por la noche.
-Pablo: Siento estar poco tiempo contigo, el trabajo ya sabes. -dijo entristecido
-Lucía: No te preocupes, me voy acostumbrando -sonreí cómo pude
-Pablo: Ay, lo siento de verdad, no me pongas esa carita. -decía haciendo pucheros mientras me daba besos en la mejilla.
Le agarré de los mofletes y besé sus labios. Agarró mi cintura y me siguió el beso.
-Borja: Y así es cómo una hermana te decepciona para siempre. -decía desde la puerta-
Me separé rápidamente de Pablo y le miré paralizada.

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