Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

martes, 25 de febrero de 2014

Treinta y uno.

Anteriormente

De pronto cuatro hombres y una mujer se bajaron de una furgoneta y fueron rápidamente hacía él.
Se separó de mí y siguió caminando cómo si no me conociese.
-Pablo: Vete, corre, vete. -decía disimuladamente.
-Lucía: ¡Qué haces! -grité
La mujer y los cuatro hombres con una cámara y un micrófono comenzaron a hacerle preguntas y él con una sonrisa las respondía.
Ella se acercó a mí con uno de los cámaras y comenzó a preguntarme.
-¿Quién eres? ¿Por qué estabas junto a Pablo? ¿Tenéis algún romance?
Pablo se acercó hacía mí y me cogió de la mano para largarnos de allí.

Narra Lucía.

Esas personas seguían persiguiéndonos. Pablo me tiraba del brazo hasta llevarme al coche y arrancar.
Notaba cómo los nervios de Pablo corrían por sus venas y eso provocaba que mi corazón se acelerara.
La furgoneta de esos periodistas, paparazzis o cómo se llamen, nos perseguía.
-Lucía: ¿A donde vamos? -dije preocupada.
-Pablo: No lo sé Lucía, no lo sé...-dijo agobiado y sin saber por donde tirar.
Resoplé y dejé que Pablo hiciera lo que tuviera que hacer.
Cuando quisimos darnos cuenta, la furgoneta de esos periodistas había desaparecido, así sin más.
Aparcó en un lugar donde no nos podía ver nadie. Colocó sus manos sobre su cabeza y resopló.
-Lucía: ¿Ahora que hacemos? -dije preocupada
Él no me contestó, tan solo seguía con las manos en su cabeza y mirando al techo del coche.
-Lucía: Pablo...
-Pablo: Cállate, cállate mejor...-dijo serio.
-Lucía: ¿Perdona?
-Pablo: ¡Te dije que te fueras!¡Y no me hiciste ni caso! Ahora pasa lo que pasa...-dijo cabreado.
-Lucía: ¿Ahora la culpa la tengo yo?
Se quedó callado, tan solo resopló, pero con eso lo dijo todo.
-Lucía: Esto es increible...
Salí del coche pegando un portazo y comencé a andar, no sabía hacía donde iba, pero seguí caminando.
Él salió junto a mí y se quedó mirándome.
-Pablo: ¿A donde vas? -preguntó extrañado
-Lucía: No te importa. -dije lo más seca que pude.
-Pablo: Ahora no me dejes a mí cómo culpable de todo esto...
-Lucía: Yo no soy la famosilla aquí -dije deteniéndome.
-Pablo: Hubieras pensado antes lo de tener una relación conmigo.
Tan solo pude mirarle con cara de odio y salir de allí lo antes posible.
-Pablo: Espera Lucía...perdóname. -decía cogiéndome de la mano.
-Lucía: ¡Déjame en paz! -dije con muy mal genio.
Él me soltó y me dejó marchar.
-Pablo: Estoy más que preocupado por todo...no quiero que te metas en esta clase de mundos...
Detuve mi paso. Escuchaba atentamente sus palabras aun que nuestras miradas no se intercambiaran.
-Pablo: Mírame anda...-decía detrás de mí.
Giré lentamente la cabeza y le miré a los ojos.
-Pablo: No tenía que haberte hablado así, lo siento...-dijo arrepintiéndose de sus anteriores dolorosas palabras- Soy un estúpido.
Miré hacia abajo y no sabía que contestar a eso.
-Lucía: No importa Pablo...-dije con un tono muy bajo.
Él levantó mi cabeza y me dio un corto beso en los labios.
-Pablo: Perdón...
Tan solo le sonreí falsamente y acaricié su mano.
-Pablo: Anda, sube al coche...vamonos a casa, supongo que ganas de helado no hay.
Me adentré en su coche y nos dirigimos de nuevo a casa. Los dos en completo silencio sin saber que decir por lo que a pasado. Sabíamos perfectamente que puede cambiar mi vida a partir de ahora, si publican esas fotos claro.

_____

Al llegar la noche, mi tía y yo decidimos ver alguna peli de miedo juntas para tener nuestro tiempo de ''girls de la jaus'' cómo dice ella.
Decidimos poner ''El silencio del mal'' una película que me había recomendado mi compañero de trabajo.
-Lucía: Oye...¿y Borja? -dije preocupada.
-Sam: Estará de cena por ahí, no tengo ni idea. ¿Seguís cabreadillos los dos o que?
-Lucía: Después de lo que me dijo...-dije mientras cogía el mando de la tele.
-Sam: Bueno, pues ya estáis empate, tu le mentiste y él te ha hecho daño.
Esas últimas palabras de mi tía me dieron para pensar un buen rato en todo lo sucedido.
-Lucía: En realidad, yo hice peor que él mintiendole de esa forma...
-Sam: Pues ya esta chiquilla. -decía cogiendo palomital del bol- Venga cojón, pon la película ya. -habló con la boca llena-
Coloqué la película y comenzó a sonar la típica música de miedo inquietante.
Los personajes principales comenzaron a hablar y mi tía no tardó en hablar.
-Sam: ¡Me abuuuuuuuuuuuuuuuuuuuurro! -dijo tirando trozos de palomitas de la boca.
-Lucía: ¡No ha pasado ni dos minutos por dios!
-Sam: Bueno vale, vale...-dijo volviendo a mirar hacia la tele.
Tras pasar tres minutos mi tía volvió a abrir su boca.
-Sam: ¡ME ABUUUUUUURRO! -volvió a gritar.
Resoplé y me levanté del sofá.
-Sam: ¿Vemos el concierto de Sergio Dalma?
-Lucía: ¡Y DALMATA, Y DALMATA TAMBIÉN! -dije enfurecida por el comportamiento de Sam.
Apagué la tele y subí las escaleras para dirigirme hacía mi habitación.
-Sam: ¡EH, VUELVE A LLAMARLE DALMATA Y SEÑOR LUNARES MORIRÁ!
-Lucía: ¡CÁLLATE, SI NO SABE NI QUE EXISTES! -grité desde la planta de arriba.
-Sam: ¡AH! ¡QUÉ ATAQUE MÁS GRATUITO! -dijo mientras subía las escaleras.
Entró a mi habitación y cogió mi disco de Pablo López.
-Sam: Llámale Dalma o este disco morirá en terribles sufrimientos.
-Lucía: Devuelveme eso...-dije acercándome lentamente.
-Sam: DAAAAALMA, DI: ¡DAAAAAALMA!
Le quité el CD lo más rápido que pude y comencé a correr por la casa antes de que pudiera cogerme.
-Lucía: ¡DALMATA, DALMATA, DALMATA! -gritaba para enfurecerla.
Mi tía cogió la escoba y venía detrás de mí cómo si de una demente se tratase.
Tocaron al timbre y fui rápidamente a abrir.
-Helena: Hola -dijo con una bonita sonrisa la madre de Pablo.
Mi tía de repente apareció por detrás con la escoba en el aire, pero al ver a Helena la bajó rápidamente y disimuló haciendo que barria el techo.
Helena se quedó mirándole algo asombrada e intentó pasar de esa imagen.
-Helena: Quería preguntarte si mañana quieres venir a cenar a casa...ya que Pablo no se digna a decirte nada. -sonrió.
-Lucía: Emm...-me quedé algo cortada- sí, sí, me encantaría -dije con una sonrisa.
-Helena: Ya sabes que no mordemos, eh, no estés vergonzosa, si Pablo y tu sois amigos. -sonrió-
Me quedé un poco extrañada ya que Pablo me dijo que su madre sabía lo nuestro.
-Helena: Es broma mujer. -rió- sois pareja, que lo se. -sonrió-
Tan solo sonreí y le seguí el rollo.
Al despedirme de ella mi tía me esperaba asomada a una puerta con cara de Jack de la película ''El resplandor''. Eso si que daba bastante miedo.
_____
Al día siguiente
Narra Pablo
____

-Pablo: Ven luego al salir de trabajar a esta dirección, es mi estudio de grabación y pasas el rato conmigo ¿te parece? -dije con una sonrisa y dándole un papel con la dirección.
-Lucía: No no no -negó demasiadas veces.
-Pablo: ¿Por qué? -pregunté extrañado por su reacción.
-Lucía: eeeeeeeem...¿estarán tus músicos? -preguntó preocupada.
-Pablo: Lo más seguro...¿por qué? -seguía extrañado.
-Lucía: Entonces mejor quedarme en casa -sonrió y se dirigió a la puerta.
Le cogí de la mano y le atraje hacía mí de nuevo.
-Pablo: ¿Se puede saber que ocurre? ¿Por qué no pueden estar mis músicos?
-Lucía: Olvídalo Pablo. -sonrió falsamente.
-Pablo: Venga por fa...ven. -dije haciendole pucheros en el suelo.
Ella se reía al verme tirado en el suelo poniéndole morritos.
-Lucía: No...
-Pablo: Por favor...que quiero que me veas grabar por primera vez...
-Lucía: Venga...esta bien...pero donde no estén tus músicos. -dijo seria.
-Pablo: Pero..¿qué ocurre con ellos? -volví a preguntar extrañado.
-Lucía: Nada simplemente que no quiero -fingió una sonrisa.

Narra Lucía

Al terminar de trabajar me fui directa al estudio donde Pablo me estaba esperando.
Toque la puerta algo nerviosa y abrió un hombre que tendría aproximadamente cincuenta y pocos más años.
-¿Qué quieres? -preguntó seriamente.
-Lucía: Busco a Pablo Alborán. -dije mientras veía de fondo a Pablo haciendo el panoli.
No pude resistir sonreír y levantar la mano para que me viera.
-Ahora no tiene tiempo para atender a fans, lo siento. -dijo mientras cerraba la puerta.
De pronto salió Pablo y me cogió de la mano. Me adentró en el estudio y con una sonrisa de oreja a oreja me miraba entusiasmado.
-Pablo: Me hace ilusión -rió.
Yo sonreí muy nerviosa.
De pronto aparecieron los músicos de Pablo y él me llevó a presentarmelos.
-Lucía: No no, ya me los presentas luego. -dije nerviosa.
-Pablo: Anda tonta ven -dijo mientras me cogía de la mano y me llevaba hasta ellos.
No había vuelta atrás, ya me había visto.
-Pablo: Bueno chicos, ella es mi vecina...-Lolo interrumpió-
-Lolo: Lucía...

sábado, 22 de febrero de 2014

Treinta.

Anteriormente.

Después de comer y bailar toda la tarde, llegó la noche, la noche en la que le quería hablar de una vez a mi hermano y pedirle perdón por ser cómo he sido.
Cogí su mano y le llevé hasta el parque de bolas de niños donde ya no se encontraba nadie.
Le adentré dentro del parque de bolas y él se quedaba asombrado.
-Borja: ¡POR QUÉ LO HICISTE! -decía tirándome una bola a la cabeza
-Lucía: ¡NO QUERÍA DEFRAUDARTE! -decía poniéndome los brazos en la cabeza
-Borja: ¿DEFRAUDARME? ¿Y NO LO HAS HECHO IGUAL? -dijo volviendo a tirarme una bola.

Narra Lucía.

-Lucía: ¡BORJA POR FAVOR! -grité aun con las manos en la cabeza
-Borja: No fue buena idea que te vinieras a vivir aquí...estaba mejor sin ti...
Me quedé asombrada por sus palabras. Me hicieron más que daño. En esos momentos solo sentía rabia hacia esas palabras.
Salí fuera y me largue de aquel lugar.
-Borja: Lucía lo siento, espera...-decía arrepintiéndose- no quería decir eso...
Le escuchaba pero seguí caminando sin mirar atrás, con el corazón dolorido, cómo si alguien intentara estrujármelo. Lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas, una tras otra, sin parar.
Me adentré cómo si nada hubiese ocurrido en la fiesta, donde mi hombres un tanto maduritos intentaban ligar con mi tía Sam
Me acerqué a ella, ya que los demás invitados me caen mal. Sí, creo que tengo un problema grabe con el mundo.
-Sam: Lo siento, soy fiel a mi marido Sergio Dalma, no puedo bailar con usted. -decía mi tía muy seria.
El hombre se fue algo asustado de su lado y mi tía con la cabeza bien alta, sonrió.
-Lucía: ¿Así es cómo te deshaces tú de los hombres? -reí.
-Sam: Si niña, aprende de mí. -decía muy orgullosa de si misma.
Mi tía me miraba la cara y observaba mis ojos.
-Sam: ¿Ya has llorado? ¿POR QUÉ? -decía seria
-Lucía: Es que...-me interrumpió
-Sam: Ya has discutido con Borja y te ha dicho algo ofensivo ¿verdad?
-Lucía: Ahora en serio, dedícate a eso de adivinar y demás.
-Sam: La verdad es que soy la hostia. -dijo de nuevo sintiéndose orgullosa.
-Lucía: El caso es que Borja me a dicho que todo hubiera ido mejor sin mí y clar...-me volvió a interrumpir.
-Sam: Este hombre no sabe lo que dice, siempre dice las cosas sin pensar. -decía segura- en el fondo te quiere más que a nada y desde que llegaste alegraste un poco más la casa con tu sonrisa.
Mi tía cómo siempre hacía que una gran sonrisa saliera a pasear por mi rostro y no tardé en darle un cálido, acogedor y sentimental abrazo.
-Lucía: ¿Nos podemos ir ya? -dije haciendo pucheros
-Sam: Sí, por favor, que asco de gente. No se ni que hago aquí, si soy hermana de tu padre y no de tu madre.
Mi hermano desde lejos me miraba un poco preocupado e intenté esquivarle la mirada.
Me acerqué a mi madre que estaba rodeada de gente hablándole.
-Lucía: Mamá, creo que me voy a ir ya hacía Málaga...
Mi madre me miraba apenada y me dio un abrazo.
-Lucía: Mamá no apretes, NO APRETES QUE HACES DAÑO. -decía intentando separarme de ella.
-Irene: Gracias por venir mi ratita...-decía sonriente y estirándome de los mofletes.
-Lucía: Mamá deja de llamarme así que no soy una cría. -dije seria
-Irene: Vale ratita mía -dijo sin darse cuenta de que lo repitió- Te echaré de menos.
-Lucía: Y yo...-dije con un nudo en la garganta- deseo que seas aun más feliz con Áxel. -dije irónicamente.
-Irene: Lo seré, no te preocupes. -guiñó un ojo- Y haber si te buscas un novio por allí y dejas de ser así de amargada -rió-
-Lucía: Creo que la gracia te la has dejado en casa -dije subiendo una ceja.
Me despedí de ella con un bonito abrazo y subimos al coche, donde nos esperaba mi hermano para ir camino a Málaga.

Narra Pablo

Después de una hora de la mirada de Marta fija en la mía decidí abandonar el lugar e irme a mi casa lo antes posible.
Me despedí simplemente con un adiós a todos, sin dos besos ni esas chorradas que se hacen para despedirse.
Salí del local donde nos encontrábamos y escuche un ''espera'' detrás de mí.
Giré mi cabeza y pude ver a Marta acercándose hacía mí algo nerviosa.
-Marta: Tan solo quería saber de ti, hace demasiado tiempo que no hemos hablado. -dijo con una sonrisa.
-Pablo: Sí...mucho tiempo -dije rascándome la cabeza algo nervioso.
-Marta: ¿Todo bien? bueno supongo que por lo de que has cumplido muchos de tus sueños bien ¿no? -dijo sonriente.
-Pablo: Sí, estupendamente todo. -dije algo seco.
-Marta: Me alegro -dijo nerviosa y sin saber que decir.
-Pablo: Bueno, adiós. -dije con una sonrisa.
-Marta: Eh, bueno, si quieres algún día quedar o lo que sea...
-Pablo: No, gracias -dije sin pensar- bueno, digo, que...bueno, cuando estemos con amigos y eso ya nos veremos supongo -dije intentando corregirme.
-Marta: ah...-tan solo sonrió- yo te doy mi número por si acaso, que supongo que ya no estará en tu móvil.
Sacó una targeta de su bolsillo y la posó en mi mano.
-Pablo: Ya veo que te ha ido bien...eres modelo. -dije subiendo una ceja sabiendo el por qué de su fama.
-Marta: Bueno, sí...me llamaron y bueno, ahora soy modelo. -dijo nerviosa.
-Pablo: Te lo habrás currado para conseguir ser modelo ¿no? -dije haciendo que se avergonzara por que su fama cómo modelo fue gracias a que salió en una revista junto a mi.
-Marta: Bueno ya nos veremos -decía intentando esquivar la conversación.
-Pablo: Adiós Marta. -dije algo serio.

Al día siguiente
Narra Lucía

Salí al jardín y comencé a llamar a Pablo para que saliera a su balcón.
-Lucía: ¡¡PABLETE ETE ETE ETE!! -decía gritando y cantando.
De pronto le vi asomarse a su balcón y sonrió al verme.
-Lucía: ¡BAJA POR FA! -dije alzando la voz y haciendo pucheros.
-Pablo: Buenos días -decía lanzándome besos.

-Lucía: Deja de mandarme besos y baja a dármelos. -dije riendo.
Se adentró dentro muy sonriente y no tardó en bajar a su jardín.
Saltó los arbustos y me cogió en brazos. Comenzó a darme esos pequeños besos que tanto me gustaban.
-Pablo: Y haber si no gritas tanto, que los vecinos tienen oídos y no pueden enterarse de lo nuestro.
-Lucía: Parece un romance de película -reí.
-Pablo: Pero tómatelo en serio, eh. -decía estirándome de las mejillas.
-Lucía: ¿Salimos a comer? -dije sonriente- invito yo, va.
-Pablo: No seas tonta anda. -dijo dándome un pequeño golpe en la cabeza.
-Lucía: Me visto y nos vamos ¿vale? -decía muy sonriente y con ganas de pasar todo el día con él.

Tras media hora nos adentramos en su coche y nos dirigimos a comer a un restaurante italiano que tanto me gustaba de esta zona.
Pablo pidió un sitio más privado dónde no nos pudiera ver nadie. Se lo estaba tomando demasiado en serio.
Al sentarnos lo primero que pregunto fue:
-Pablo: ¿Y tu hermano? -preguntó preocupado.
-Lucía: Por un momento pensé que todo se solucionaría, pero ayer no fui yo quién la fastidió. -dije con un nudo en la garganta-
Pablo me miraba atentamente esperando a que contase lo ocurrido.
-Lucía: Me dijo que estaba mejor sin mí y que no debería haber venido.
-Pablo: ¿EN SERIO? -dijo asombrado.
Decidí acabar con la conversación y hacer que tuviésemos otra más alegre, por así decirlo.
Él comenzó a contarme anécdotas un tanto graciosas que le habían ocurrido tras su fama.
Yo, cómo una loca enamorada por él, me reía y sonreía al verle así.


 Tras pasar una hora y media decidímos marcharnos a tomar un helado.
Pablo se colocó su gorra y sus gafas y fuimos a por él.
De pronto cuatro hombres y una mujer se bajaron de una furgoneta y fueron rápidamente hacía él.
Se separó de mí y siguió caminando cómo si no me conociese.
-Pablo: Vete, corre, vete. -decía disimuladamente.
-Lucía: ¡Qué haces! -grité
La mujer y los cuatro hombres con una cámara y un micrófono comenzaron a hacerle preguntas y él con una sonrisa las respondía.
Ella se acercó a mí con uno de los cámaras y comenzó a preguntarme.
-¿Quién eres? ¿Por qué estabas junto a Pablo? ¿Tenéis algún romance?
Pablo se acercó hacía mí y me cogió de la mano para largarnos de allí.

lunes, 17 de febrero de 2014

Veintinueve.

Anteriormente.

Bajé rápidamente y miré a mi hermano para ver si estaba dormido y poder salir tranquílamente.
Pablo saltó los arbustos y me tiró al césped.
Shadow, el perro de mi hermano, se acercó rápidamente y comenzó a ladrarnos sin callar.
-Lucía: ¡¡Calla chucho, que despertarás a mi hermano!! -dije alzando la voz-
Pablo me cogió del suelo y agarró mi cintura para darme un dulce beso que no sentía en mis labios desde ayer por la noche.
-Pablo: Siento estar poco tiempo contigo, el trabajo ya sabes. -dijo entristecido
-Lucía: No te preocupes, me voy acostumbrando -sonreí cómo pude
-Pablo: Ay, lo siento de verdad, no me pongas esa carita. -decía haciendo pucheros mientras me daba besos en la mejilla.
Le agarré de los mofletes y besé sus labios. Agarró mi cintura y me siguió el beso.
-Borja: Y así es cómo una hermana te decepciona para siempre. -decía desde la puerta-
Me separé rápidamente de Pablo y le miré paralizada.

Narra Lucía.

-Lucía: Borja yo...-dije con la voz temblorosa.
Mi hermano se adentró de nuevo en casa y cerró la puerta lentamente cabizbajo.
Me acerqué rápidamente a la puerta y comencé a tocar al timbre, pero mi hermano no daba respuesta alguna. Comencé a temblar, hice mal, hice demasiado mal en no habérselo contado antes. Es mi hermano, no sé por que le hago esto.
-Lucía: Borja, por favor abre...-dije con un nudo en la garganta.
Los nervios y escalofríos se apoderaban de mi cuerpo rápidamente, notaba cada vez más frío dentro de mí.
Pablo me miraba entristecido y se acercó a mí. Me abrazó, él sabía perfectamente que necesitaba ese abrazo.
Me separé de él y volví a tocar la puerta, necesitaba hablar con él, arrastrarme, darle explicaciones.
-Lucía: Borja, lo siento, por favor, ábreme, déjame hablar contigo -decía aún con ese nudo en la garganta.
Escuché unas llaves y unos pasos que se acercaban a la puerta.
De pronto, abrió.
-Lucía: Borja gracias gra...-me interrumpió
-Borja: Déjame. -dijo de una forma tan directa que esa palabra se clavó rápidamente en mi pecho.
Me quedé muda por esos instantes, cómo si me aplastara el mundo en tan solo un segundo.
Había pasado de largo sin ni siquiera una mirada a los ojos. Se dirigió hacía la puerta y salió del jardín lo antes posible.
Pablo y yo observábamos con atención cómo se adentraba en su coche y huía de este lugar.
Mis ojos se humedecían cada vez más. Ver cómo se iba, no se a donde pero se iba y espero que mañana vuelva, pero se iba por mi culpa.
Soy esa niña testaruda y mentirosa, cómo decía mi abuelo.
Exploté a llorar al instante y Pablo no tardó en acercar mi cabeza a su pecho e intentar tranquilizarme cómo podía.
-Pablo: Tranquila, volverá, y podrás hablar con él. -decía intentando tranquilizando el asunto.
-Lucía: No puedo estar tranquila, después de esto no. -dije atragantandome con mis propias palabras.
-Pablo: Confía en mí, todo irá bien. -decía mientras acariciaba mi pelo lentamente.
Nos adentramos dentro de mi casa y nos sentamos en el sofá marrón. Con la cabeza hacía abajo y un pañuelo en la mano, seguía pensando en cómo mi hermano me dijo esa palabra tan directa y en cómo se subió al coche cerrando la puerta de él con un signo de exclamación.
Pablo me miraba demasiado preocupado y sin saber que hacer en esos momentos. Rascaba su cabeza y tan solo pasaba su mano por mi espalda mientras mis lágrimas seguían deslizándose por mis mejillas.
De pronto escuché cómo la puerta se cerró y me giré rápidamente.
-Lucía: ¡Borja! -grité algo desesperada
Pude observar que tan solo era mi tía Samanta, mirándome algo asustada.
-Sam: No, Borja no, Sam. -rió mientras dejaba las llaves en el cuenco.
-Lucía: Perdona Sam, es que ando algo preocupada -dije mientras secaba mis lágrimas.
-Sam: ¿Pero por que lloras niña? -dijo acercándose hacía mí rápidamente- Aparta rubio -le dijo a Pablo mientras se sentaba junto a mí.

Le expliqué lo sucedido a mi tía aun con ese nudo en la garganta ahogándome.
Ella me secaba las lágrimas y tan solo me dijo:
-Sam: Todo se solucionará, él sabe aceptar cualquier cosa, sabrá perdonarte. -dijo con sus palabras más sinceras.
Tan solo levanté un poco la comisura de mis labios y saqué a pasear una pequeña sonrisa.
___________

A la mañana siguiente, a las ocho, me desperté sola en la cama. Creía recordar que Pablo se durmió junto a mí.
Me levanté de la cómoda y acogedora cama con la esperanza de asomarme a la ventana y ver el coche de mi hermano aparcado fuera.
Levanté las persianas, salí al balcón de mi habitación y no vi nada, tan solo escuchaba los pájaros cantar y a la vecina de en frente dándole de comer a los pájaros.
Tragué saliva y bajé al salón con la esperanza de que mi tía supiera algo de él, ya que hoy tenemos que ir a trabajar a la pastelería.

Cogí los cereales, la leche y me preparé un buen desayuno que hace que el día duela un poco menos.
-Lucía: Sam...sabes algo de...-me interrumpió
-Sam: No, no se nada. -decía seria- Ayer llamé constantemente y no me cogió el teléfono. Los Whatsapp le llegaban pero ni si quiera se conectaba y esta mañana casi lo mismo.
Resoplé y me pegué cabezazos contra la mesa.

Recogí mis cosas y salí de casa lo antes posible para poder ver a mi hermano en la pastelería.

Al llegar me adentré rápidamente ya que la puerta estaba abierta y aquello era señal de que él estaba dentro.
Al entrar le vi allí, poniéndose un delantal con cara de malhumorado.
Me avalancé sobre el y tan solo le gritaba: LO SIENTO, PERDÓNAME.
Él sin decir palabra alguna, me ignoraba cómo si esas palabras las dijera el viento.
-Lucía: Borja, se que hice mal en no contártelo, de verdad. -dije con mis palabras más sinceras.
Tan solo me dirigió una mirada, me esquivó y siguió trabajando.
Salí de la pastelería y le pedí a mi tía que me de el día libre. Sabiendo lo que ocurría, aceptó.

________
Narra Pablo

Quedé a la tarde con Sergio y varios amigos más para ir a tomar algo, ya que hacía tanto tiempo que no hacía algo así con todos ellos.
Me sentí Pablo Moreno De Alborán en vez de Pablo Alborán cómo me conocen. Ese joven que sale tranquilamente con sus amigos sin problema.

Sergio me comentó que había comenzado una relación con una de las amigas de Lucía, Laura.
No soy capaz de decirle que he empezado una vida junto a Lucía, pero me prometí llevarlo en secreto para poder protegerle.
Todos me hacían demasiadas preguntas. Les asombraba cómo me a cambiado tanto la vida en tal solo unos años y que se sientes orgullosos de que haya cumplido el sueño que tanto les comentaba que deseaba cumplir.

De pronto vi cómo llegaba más gente hacía nuestro sitio.
Pude observar atentamente cómo Marta, la chica que me llenó anteriormente de amor cada vena, había llegado.

Me lanzó una mirada penetrante y la esquivé lo antes que pude. Me sentí algo incómodo allí, ya que no pensé que ella vendría.
Se acercó a mí y saludó con tranquilidad. Yo algo inquieto, le devolví el saludo.

Narra Marta.

Hacía mas de un año que no veía a aquel rubio moreno con lunares que me robó el corazón en su tiempo. Tampoco voy a mentir, su mirada sigue recorriendo cada rincón de mi cuerpo haciendo que un escalofrío pasee por él.
Pero no seré a la única que le pase.

Me arrepiento de haber hecho lo que hice en su día. Hacer daño a una persona de esa forma tendría que ser pecado.
Mis amigas me miraban, notaba cómo miraba a Pablo y cómo él intentaba esquivar mi mirada para no sentirse aun más incómodo de lo que ya estaba.

Narra Lucía
Una semana después

Mi madre con un ramo de flores en la mano, vestida de blanco, con un gilipollas al lado, pronunciando las estúpidas palabras para ''demostrarse su amor''.
Miraba constantemente a mi hermano, pidiéndole perdón con la mirada.
Mi madre pronunció el SÍ definitivo y tan solo aplaudí, con pocas ganas, pero lo hice.

Después de comer y bailar toda la tarde, llegó la noche, la noche en la que le quería hablar de una vez a mi hermano y pedirle perdón por ser cómo he sido.
Cogí su mano y le llevé hasta el parque de bolas de niños donde ya no se encontraba nadie.
Le adentré dentro del parque de bolas y él se quedaba asombrado.
-Borja: ¡POR QUÉ LO HICISTE! -decía tirándome una bola a la cabeza
-Lucía: ¡NO QUERÍA DEFRAUDARTE! -decía poniéndome los brazos en la cabeza
-Borja: ¿DEFRAUDARME? ¿Y NO LO HAS HECHO IGUAL? -dijo volviendo a tirarme una bola.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Veintiocho.

Anteriormente.
Las sabanas mojadas, la ropa por los suelos, un paseo de gotas de agua por el parqué y mi vida junto a la suya.
Que comience la guerra entre su boca y la mía en este oscuro campo de batalla.

Narra Pablo.
Desperté a causa de fuertes golpes a la puerta y detrás de ella una mujer con un tono brusco gritando:
-¡¡Servicio de habitaciones!!
Me levanté rápidamente y desperté a Lucía lo antes posible.
-Lucía: ¡Qué pasa qué pasa! -decía asustada-
Le cogí en brazos y le dejé en el cuarto de baño.
-Pablo: Quédate aquí y no digas nada, por favor. -decía en voz baja- lo hago por nuestro bien ¿vale? -cerré su puerta y le dejé con la palabra en la boca-
Volvió a tocar la puerta aquella señora.
Recogí rápidamente la ropa de Lucía del suelo y la escondí en mi mochila. Me coloqué unos pantalones y fui a abrirle.
Abrí la puerta con una bonita sonrisa y ella se quedó mirándome de arriba a bajo.
-Pablo: Buenos días, adelante. -dije abriendo del todo la puerta.
Esa señora grande y con ese tono brusco seguía mirándome con una mirada algo parada.
-Pablo: ¿Se encuentra bien? -pregunté extrañado
-Pa-Pablo Al-Al-Alborán -balbuceaba nerviosa-
-Pablo: Sí -reí- pase pase no se quede ahí parada. -dije con mucha educación-
-Vaya, nunca pensé que una sola persona pondría patas arriba esta gran habitación.
-Pablo: Lo siento -decía rascándome la cabeza avergonzado-
-¿Puede firmarme un autógrafo? -dijo nerviosa
Afirmé con la cabeza y firmé en ese arrugado papel que tenía la señora en el bolsillo.
Mientras limpiaba fui rápidamente al cuarto de baño y cerré con pestillo.
Lucía me miraba con los brazos cruzados y sentada en una de las sillas al lado de la ducha.
-Lucía: Ya o que -decía con sueño-
-Pablo: Aun no, pero no tardará en irse. -dije tranquilizándole
Me asomé y ella seguía limpiando el suelo húmedo que dejamos Lucia y yo por la noche.
Salí fuera y cerré la puerta del baño volviendo a dejar a ella ahí dentro.
Sonreí y a aquella mujer y ella me miraba muy avergonzada.
-No sé por que hay unos boxers empapados de agua tirados en el suelo -rió-
-Pablo: Por favor, ignóralo -dije avergonzado y a la vez riéndome.
Ella se rió y seguía recogiendo cosas.
-Pablo: Oye, ya lo hago yo, no me cuesta nada -sonreí- es incomodo que cojas mis boxers -reí-
-Esta bien -dijo ella con una pequeña carcajada- gracias por el autógrafo Pablo -decía mientras salía de la habitación-
Cerró la puerta y suspiré fuertemente. Fui hacia el cuarto de baño y saqué a Lucía en brazos y le tiré sobre la cama.
Ella me miraba sonriente y me dio un bonito beso mañanero que tanto necesitaba en esos instantes.
-Pablo: ¿Desayunamos? -pregunté alegremente
-Lucía: Yo quiero un Pablo -dijo sonriente y robándome un beso a la vez.
-Pablo: Mira que eres tonta. -le dije dándole un pequeño golpe en la cabeza
Me levanté de encima de ella y comencé a vestirme decentemente, ya que antes solo tenía puesto unos pantalones.
Recogimos todas nuestras cosas y nos dirigimos hacía algún sitio para comprar desayuno.
-Lucía: ¿Qué mejor sitio para coger algo para desayunar que la pastelería de mi tía? -decía mientras entraba en el coche
-Pablo: Pues vamos para allá. -dije con una sonrisa.

Narra Lucía.
Salí del coche y me adentré en la pastelería.
Mi tía Sam me miraba de arriba a bajo.
-Lucía: ¿Qué pasa? -reí-
-Sam: ¿Dónde esta don lunares? -preguntó enfadada-
-Lucía: En...el...coche...esperando...¿por? -decía algo asustada por su tono-
-Sam: Um interesante..-dijo mientras salía hacía fuera.
Entre dentro para ver a mi hermano cómo hacía los pasteles y saludarle pero su cara decía que algo no iba bien.
-Lucía: ¿Qué pasa? -pregunté asustada-
-Borja: ¿Estás saliendo con Pablo? -preguntó algo cabreado-
Su tono me asustó, sabía que algo no iría bien si le dijera la verdad, así que, decidí contarle una mentira.
-Lucía: No, solo somos amigos, ya lo sabes. -dije muy tranquila
-Borja: ¿Y ayer dónde pasaste la noche? el coche de Pablo no estaba...-dijo algo asustado.
-Lucía: Yo me fui a casa de Aida a dormir...sobre el coche no se nada Borja, no metas eso.
-Borja: Mira Lucía...solo es que no quiero que tengas una relación con él, es famoso, y te hará daño. Ese mundo es muy malo, no te lo recomienda mucha gente y menos deberías si no te gusta ser portada de revistas del corazón semanales. -decía preocupado
-Lucía: ¿Quién a dicho que vaya a salir con Pablo? -dije pensando por dentro que estaba siendo una estúpida al mentirle.
-Borja: No quiero que te hagan daño ¿me oyes? y menos un famoso, que luego tu daño saldrá en todas las televisiones. -decía entristecido
-Lucía: Tranquilo...-sonreí
-Borja: Por que tonto no soy y se que Lulilulú mía siente algo por el señorito Alborán -rió.
-Lucía: Es mono. -sonreí mientras salía de allí.
Al salir de la pastelería con algunos donuts vi a mi tía tumbada delante del coche de Pablo.
-Lucía: ¿QUÉ HACES? -dije con la voz alzada
-Sam: ¡De aquí no me mueven hasta que ese ricitos me de el número de Sergio!
Pablo intentaba levantarle pero ella se resistía.
-Sam: ¡NO ME TOQUES, POR QUÉ TOCAS!
-Pablo: Sam, por favor. -decía preocupado Pablo
-Sam: ¡Me levanto por que tengo clientes! ¡quiero ese número! -gritaba mientras se marchaba-
-Pablo: Tu tía me esta cogiendo un poco de manía...-rió
-Lucía: Se le va la cabeza cada vez más -dije riéndome
Nos adentramos en el coche y nos dirigimos hacia casa de Pablo dónde desayunaremos más tranquilos.
Entramos en su casa. Su hermana y su madre se me quedaron mirando muy sonrientes y tan solo saludé y sonreí.
Nos miraban a Pablo y a mi y cuchicheaban mientras sonreían.
-Pablo: Qué pasa aquí -dijo riendo.
-Casilda: Nada, nada. -rió
-Lucía: Me siento un poco incómoda...-le dije en voz baja a Pablo mientras él comía un donut.
-Pablo: Tranquila, es que cuando traigo chicas a casa se ponen así. -rió
-Lucía: ¿Traes a muchas o que? -dije subiendo una ceja-
-Pablo: Mmmm, no. -rió- a ti, a mi ex y a alguna amiga alguna vez. -respondió sonriente.
-Lucía: Bueno, bueno...-le saqué la lengua-
________________________________
Tres días después.
Por la noche.

Tras haber pasado la tarde en mi casa dibujando en mi bloc y escuchar música, decidí llamar a Pablo por la ventana para verle.
Salí a la ventana de mi habitación y alargué la mano para tocar a su ventana que estaba a un metro de la mía.
Vi cómo su sombra se acercaba y se asomó.
-Pablo: Dime Lulú. -dijo recibiéndome con una bonita sonrisa.
-Lucía: ¿Nos podemos ver en el jardín?
-Pablo: ¿Y tu hermano? -preguntó extrañado
-Lucía: Esta durmiendo en el sofá. -reí
-Pablo: Venga vamos -dijo sonriente.
Bajé rápidamente y miré a mi hermano para ver si estaba dormido y poder salir tranquílamente.
Pablo saltó los arbustos y me tiró al césped.
Shadow, el perro de mi hermano, se acercó rápidamente y comenzó a ladrarnos sin callar.
-Lucía: ¡¡Calla chucho, que despertarás a mi hermano!! -dije alzando la voz-
Pablo me cogió del suelo y agarró mi cintura para darme un dulce beso que no sentía en mis labios desde ayer por la noche.
-Pablo: Siento estar poco tiempo contigo, el trabajo ya sabes. -dijo entristecido
-Lucía: No te preocupes, me voy acostumbrando -sonreí cómo pude
-Pablo: Ay, lo siento de verdad, no me pongas esa carita. -decía haciendo pucheros mientras me daba besos en la mejilla.
Le agarré de los mofletes y besé sus labios. Agarró mi cintura y me siguió el beso.
-Borja: Y así es cómo una hermana te decepciona para siempre. -decía desde la puerta-
Me separé rápidamente de Pablo y le miré paralizada.

domingo, 9 de febrero de 2014

Veintisiete.

Nos adentramos en su coche y comencé a ponerme nerviosa. No sabía que quería hacer ni donde quería llevarme y mira que adoro las sorpresas pero era algo incómodo.

-Pablo: espera –dijo sacando un pañuelo de su bolsillo
-Lucía: Oh no –reí
-Pablo: Oh sí –decía mientras me tapaba los ojos con ese pañuelo morado-
-Lucía: Te voy a matar cuando bajemos del coche.
-Pablo: Yo creo que no, eh –rió

Pasaron cinco minutos en el coche y todo era silencio. Pablo me cogía de la mano y jugaba con mis dedos, me notaba nerviosa.
Él paró el coche y salió de él.
Abrió mi puerta y me cogió de la mano para que saliera.
-Pablo: Tranquila, tu cójeme –decía para calmar mis nervios
Me iba guiando hasta que toqué arena. Estaba claro que estábamos en la playa ya que podía notar la textura de la cálida arena de aquí y las olas del mar chocando.
Pablo poco a poco me iba quitando el pañuelo y me quedé sorprendida.
-Lucía: No tenías por que hacer est…-me interrumpió
-Pablo: Siempre es un bonito día para regalarle algo a una bonita persona ¿no crees? –me dijo con un tono demasiado dulce

Una mesa redonda con dos copas y una cena expectacular nos esperaba en un lado de la playa donde nadie nos podía observar. Velas alrededor de la mesa y yo muriendo por Pablo cada día más.

-Pablo: Vamos –decía dandome su mano-
Le cogí de la mano pero le atraje hacía mí.
-Lucía: Nunca pensé que serías así-le sonreí- así de diferente a los demás, a parte de cantar y componer bien eres de las personas más especiales que he conocido en mi vida y mira que no a pasado tiempo. 
Pablo tan solo me sonrió y acercó sus labios a los mios para regalarme uno de sus besos más cálidos y con más sentimiento.
-Lucía: Cada día me impresionas más sabes –reí
-Pablo: Eso es bueno-sonrió
Me llevó hasta la mesa y me ayudo a sentarme en la silla.
Colocó una copa de vino en mi copa y brindamos por nosotros y por la luna, que era la única que tenía el privilegio de poder observar esta velada de dos locos enamorados más.
-Lucía: No se si te lo he dicho alguna vez pero gracias por tanto...-dije con mis palabras más sinceras-
-Pablo: No sé que tienes que agradecer, gracias a ti por aparecer en mi vida.

Sus palabras se clavaban en mí tan rápido cómo las olas chocaban contra las rocas.

-Lucía: ¿Has hecho esto tú solito? –pregunte extrañada
-Pablo: Mi hermana a sido la gran ayudante, mi madre la cocinera. –reí
-Lucía: Anda anda entonces que has hecho tú-le miré pícaramente
-Pablo: La idea a sido mía, jo, no me mates. –rió-
-Lucía: ¿Tú madre sabe lo nuestro? –pregunté de nuevo extrañada
-Pablo: Sí, a mi madre no le puedo esconder nada, es mi madre. –sonrió-
-Lucía: Que vergüenza-reí- bueno, espero que no tenga ningún problema conmigo, siempre me han dado miedo las suegras. –reí de nuevo
-Pablo: Mi madre es la persona más buena que puedas echarte en cara, de verdad -dijo convencido

Al terminar de cenar nos levantamos y fui rápidamente a mojarme los pies en el agua.
Se acercó Pablo por detrás de mi y me abrazó mientras posaba sus labios en mi cuello. Un escalofrío recorrió mi cuerpo en 0, segundos.
Me di la vuelta y besé sus labios hasta acabar con un pequeño mordisco en el labio inferior.
Bromeando, le empujaba para que creyese que le iba a tirar al agua.
-Pablo: No te atreves y lo sabes, sabes que yo soy muy malo-rió
-Lucía: ¿Qué no? –dije acercándome a sus labios
-Pablo: No –decía rozando los mios
De repente le tiré hacía atrás y se cayó al agua.

Salió rápidamente y vino a por mí.
Comencé a correr por la orilla de la playa y él mojado de los pies a la cabeza comenzó a quitarse la camiseta y la tiró en la orilla mientras seguía persiguiéndome.
Me cogió por atrás de la cintura y me cogió en brazos.
-Lucía: ¡¡Nooooooooooo!! –gritaba
-Pablo: ¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! –gritaba junto a mí
Me tiró al agua y comenzaba a reírse.
Le cogí de la mano y le tiré junto a mí.
Salió de debajo del agua y me miró con cara de asesino. Lo único que pude hacer es darle un beso en los labios y revolverle el pelo.
Me cogió en brazos y me volvió a lanzar al agua.
Al salir volví hacía él y le pegué un pequeño puñetazo en el pecho.  Me quité la camiseta y me quedé en sostén, ya que la camisa pesaba por el agua que tenía acumulada.
Me agarró de mi cintura, me atrajo hacía él y con una sonrisa en la cara me dio un beso.

Salimos fuera del agua y recogió las cosas para llevarlas a su coche.
Comenzaba a hacer la tonta al rededor de él mientras se reía.
-Pablo: Te gusta marear. -decía mientras recogía las velas.


Toda mojada me senté dentro dentro del coche y esperé a que entrara él. Al entrar arrancó y nos dirigimos hacia casa.
-Lucía: Espera espera, por aquí no es el camino para casa…-dije confundida
-Pablo: Ya lo sé-sonrió
Paramos en frente de un hotel y le miré con cara sorprendida.
-Lucía: Creo que con la cena me bastaba –reí
-Pablo: Pues para que te quedes mejor, ya tienes este hotel. –sonrió
-Lucía: ¿Piensas que voy a entrar mojada y con estas pintas?
-Pablo: ¿Estamos locos? No vamos a entrar por la puerta principal –rió- a saber lo que nos podría pasar a los dos con toda esa multitud.

Me llevo hasta una puerta trasera y tocó la puerta. Un chico vestido de negro nos abrió y nos llevó hasta una habitación.
-Lucía: ¿Era necesario esta pedazo de suite? –reí-
-Pablo: No te quejes tanto y disfrutaaaaaaa-decía mientras me cogía en brazos-
-Lucía: ¡AAAAH! UN JACUZZI –dije con los ojos brillantes
Pablo comenzó a quitarse la ropa y se adentró en el lo antes posible.
-Lucía: ¿En calzoncillos? –reí-
Me adentré dentro en ropa interior y reí.
Pablo se quitó los boxers y me miró riéndose.
-Lucía: ¿En serio? –reí

Me quité yo mi ropa interior y me cogió de la mano atrayéndome hasta él.
-Lucía: Ay madre mía –decía mordiéndome el labio
Comenzó a besarme lentamente que hizo que mi temperatura corporal aumentara por segundos.
Me colocó encima de él y me quedé mirándole pícaramente.
-Lucía: ¿Aquí? –pregunté muy excitada.
Tan solo subió una ceja y sonrió.
Podía notar sus partes en las mías y eso hacía que recorriera un gran calor por mi cuerpo.
Estiró la mano y cogió una toalla de encima de una silla.

Salió del Jacuzzi y me cogió de la mano. Seguidamente me cogió en brazos y me llevó hasta la cama matrimonial circular.
Con el cuerpo mojado tanto del Jacuzzi cómo de antes en la playa me tiró a la cama y comenzó a besar mi cuello.
-Pablo: Quiero perderme contigo...en estas sabanas frías. -decía cantándome en voz baja- olvidando el mundo sin nadie que sepa que estamos aquí-sonrió
Tan solo sonreí y le mordí el labio inferior con ganas de comerle a él y al mundo.
Comencé a jugar con su pelo mojado hasta dejarlo de punta. Gracioso no, lo siguiente a eso.
Me sonrió con una preciosa sonrisa de oreja a oreja y fue de nuevo hacía mi cuello para dejar mis bellos de punta.
Mi teléfono comenzó a sonar y alargué la mano para ver de quien se trataba.
-Lucía: Mi hermano...
-Pablo: No le contestes, tu tía Sam se lo explicará -decía mientras seguía besando mi cuello.
-Lucía: Él no sabe que tu y yo....-dije mirándole.
De pronto dejó de sonar y no tuve más remedio que dejar de nuevo el teléfono  algo preocupada y seguir por donde estábamos.
Acariciaba mi cuerpo a la vez que con sus labios acariciaba mi cuello. No podía resistir soltar suspiros de placer. 

Su boca podía conmigo. 

Abrí mis piernas y noté cómo poco a poco él estaba dentro de mí. Yo con esos pequeños suspiros de placer y el mordiéndose el labio, que hacía que me provocaran más de mil calores corporales.
-Pablo: Eres tan....aah. -dijo suspirando
Tan solo sonreí y le besé el labio inferior.

Las sabanas mojadas, la ropa por los suelos, un paseo de gotas de agua por el parqué y mi vida junto a la suya.
Que comience la guerra entre su boca y la mía en este oscuro campo de batalla.

martes, 4 de febrero de 2014

Veintiséis.

Anteriormente

-Pablo: Ven aquí tonta -decía mientras iba hacía sus labios-
Le di un bonito beso de ''reconciliación''.
Me tumbé al lado suya y pasó su pierna por mi barriga.
Comencé a acariciar su pierna lentamente mientras ella seguía en silencio.
-Lucía: Me gusta tu barba, es suave. -rió- te hace más...sexy.
-Pablo: La barba es parte de mí ya. Y no hablemos de sexys que tu con esas braguitas...-reí-
-Lucía: Aun sigo preguntándome cómo has llegado hasta mi habitación -reí-
Seguía acariciando sus muslos y pasé a acariciarle el pelo. Le dí un beso en la frente y la acurruqué más hacía mí.
-Pablo: Tengo que decirte algo...-dije serio-
Me miró algo preocupada.

Narra Lucía

Me preocupó la forma en la que me había dicho su última frase y comencé a ponerme nerviosa.
Me levanté y me senté de piernas cruzadas en la cama esperando esa respuesta.
-Lucía: Me estas poniendo nerviosa, dispara. -dije con una sonrisa tonta-
Me cogió de la mano y comenzó a jugar con mis dedos.
-Pablo: Verás, es que no quiero que pase cómo pasó con mi ex novia Marta. Las revistas publicaron una foto nuestra y desde ahí no nos dejaban vivir en paz...
-Lucía: Que quieres decir con eso...
-Pablo: Que si lo llevamos en secreto, mejor...-dijo con miedo a lo que respondiera-
-Lucía: Ah....bien. -dije seca-
-Pablo: Ay, no pongas esa cara anda -dijo mientras se levantaba y me acariciaba la cara-
-Lucía: No sé es que...
-Pablo: Lo hago por nosotros, por ti ...¿O quieres que una cámara te persiga a todos lados? -decía mientras acariciaba mi mejilla-
-Lucía: No, no quiero. -reí-
-Pablo: Entonces...¿Lo entiendes, no? -sonrió-
-Lucía: Sí...-suspiré-
Me cogió de las dos mejillas y las apretó hasta hacer que quedara con los labios de pez.
Me dio un pequeño pico en esos labios de pez y sonrió.
-Lucía: Pero...¿Nadie pero nadie pero nadie lo puede saber? Mi tía Sam lo sabe, más bien por que nos vio...
-Pablo: Haber, mientras menos gente mejor -rió- La familia es la familia.
-Lucía: Mi madre va a flipar. -reí-
-Pablo: ¿Cuándo irás a verle? -preguntó extrañado-
-Lucía: Que venga ella -añadí-
-Pablo: Ay, no seas mala -rió-
-Lucía: Fui yo la otra vez, ahora que venga ella -sonreí- a parte, su boda es dentro de dos semanas.
-Pablo: ¿Vas a ir al final, no? -sonrió-
-Lucía: Supongo...no me queda otra. -resoplé-
Me volví a acostar sobre mi cama y me quedé mirando al techo cómo si hubiera algo de interesante ahí arriba.
Pablo apareció de repente por mi vista y me sacó la lengua.
-Lucía: Ya te puedes ir a tu casa, eh.
Pablo se quedó serio de repente.
-Lucía: Tu cara -reí- que era broma tonto, duerme aquí conmigo si quieres.
Se tiró de nuevo en mi cama y cogió el móvil. Me apoyé en su hombro y vi que estaba dando FAV a varia gente. No se si será consciente que con un solo click hace feliz.
Me dio un beso en la frente y siguió leyendo tweets que le habían escrito.
Me di media vuelta y cerré los ojos para poder dormirme.
Pablo dejó el móvil sobre la mesa y pasó su brazo por mi cintura. Me acercó a él y besó mi cuello.
Mis pelos se pusieron de punta al instante que posó sus labios en mi piel.
Comenzó a soplarme detrás de la oreja.
Iba pasando sus dedos por mis costados y hacia ruiditos extraños de niño pequeño.
-Lucía: No tienes sueño ¿Verdad? -reí-
-Pablo: No -rió-
Me di media vuelta y me quedé mirándole a los ojos.
-Lucía: Mañana trabajo -dije con cara de pena-
-Pablo: Pues duérmete, yo no te digo nada. -rió-
-Lucía: ¡PERO SI NO ME DEJAS! -alcé la voz-
Me acurrucó a él y podía escuchar su latido de corazón.
-Pablo: Lulú se va a dormir, en su cuna de coraaaaaal -cantaba-
Me levanté de la cama y Pablo me cogió del brazo antes de que me fuera y me tiró sobre él.
-Pablo: Venga va, esta vez te dejo dormir -rió-

-Lucía: Ay no me mires así con esa carita -reí-
Sonrió, me acercó a él y me dio un bonito beso en los labios.
-Lucía: Buenas noche. -sonreí-

A la mañana siguiente.
Narra Pablo

Abrí los ojos lentamente y me estiré con tranquilidad en la cama de Lucía.
Me giré con los ojos adormilados y abrí los ojos de repente cómo dos platos.
-Pablo: SA-SA-SA-SA-SAM -dije asustado- ¿QUE HACES CON MI MOV...-me interrumpió-
-Sam: Sssssh, no digas nada -me puso un dedo en la boca- tan solo pon el patrón de tu móvil.
-Pablo: ¿Para qué? -pregunté-
-Sam: ¡QUE SERGIO NI QUE SERGIO, QUÉ NÚMERO, QUE DICES! -gritó-
-Pablo: Cada día te entiendo menos -dije mientras me ponía la almohada en la cabeza-
-Sam: Bueno...me has pillado...quiero el número de Sergio Dalma. Espera que lo apunto.
-Pablo: No puedo dártelo, lo siento Sam.
-Sam: Para mi ya estas más que muerto. -dijo seria-
-Pablo: Pero Sam...-me interrumpió-
-Sam: Mira señor lunares, dame el teléfono de Sergio Dalma o te afeito esa barbita tan adorable. -dijo cabreada-
-Pablo: Si yo te lo daría encantadoo pero...-me volvió a interrumpir-
-Sam: ¡YO NO ESTOY LOCA, YO NO ESTOY LOCA, YO SOLO QUIERO CASARME CON SERGIO DALMA Y TENER DALMATAS, PERO QUE YO NO ESTOY LOCA, QUE MANÍA! -gritaba desesperada mientras salia de la habitación-

Apareció Lucía por la puerta y se quedó mirándome extrañada.
-Lucía: ¿Por qué mi tía estaba gritando que no esta loca? -subió una ceja-
Volví a estamparme la almohada en la cara y me escondí debajo de la fina sábana.
-Lucía: Viniendo de mi tía...a saber. -rió-
Se tiró encima de mí y comenzó a hacerme cosquillas.
-Lucía: Vamos sal de debajo de la sabana rubio -rió-
Asomé mi cabeza, saqué la lengua y acto seguido me pegó un puñetazo en el pecho.
Mi móvil comenzó a sonar, saqué la mano pero Lucía fue más rápida que yo y lo cogió ella.
-Lucía: Hasta que no salgas de ahí abajo no te lo doy -rió-
-Pablo: Te odio -reí-
Salí de debajo de la sabana y cogí el teléfono.
-Pablo: Dime Mariola -dije haciendome el interesante delante de Lucía-
-Mariola: En Agosto nos vamos a grabar las canciones a Londres.
-Pablo: Que rápida has sido -reí-
-Mariola: Aun quedan dos meses, tu descansa Pablito. Ya hablaremos -dijo con un tono agradable-
-Pablo: Venga un beso guapa. -colgué-
Lucía me miró con cara de asesina mientras estaba sentada encima de mi barriga.
-Pablo: No pienses mal -reí-
-Lucía: Bueno...
Le cogí de los dos brazos y le atraje hasta mí para darle un beso.
_____________________
Narra Lucía

Tras haber estado toda la mañana preparando esos dichosos pasteles que tan harta me tienen, salí de la pastelería y me fui directa a casa de Aida donde se encontraba allí también Laura, que según Aida, Laura tenía algo que decirnos.
Al llegar, el guardaespaldas de la puerta me abrió y me adentré en la casa tras pasar un pesado jardín.
-Aida: Pasa moza pasa -sonrió-
-Lucía: Bueno, decirme, que ocurre. -dije con la voz cansada-
-Aida: A mi me lo a dicho antes y es....oh.
-Laura: Es tan...ah.
-Lucía: ¿ME LO VAIS A DECIR O NO? -grité-
-Laura: Estoy con Sergio -dijo sonriente-
-Lucía: Otra que tal...¡¡QUÉ SERGIO DALMA ES YA MAYOR PA FIJARSE EN TI HIJA!!
-Laura: ¡SERGIO EL AMIGO DE PABLO, TONTA! -gritó-
-Lucía: No jodas...¡¡Me alegro!! -le dije mientras le daba un abrazo-
-Aida: Solo nos falta encontrar un buen muchacho para las dos, eh Lucía -decía dándome codazos-
-Lucía: Sí...em...nos hace falta -sonreí falsamente-
-Aida: ¿Y esa cara chiquilla?
-Lucía: Pues la de siempre -sonreí-
-Laura: Últimamente te noto diferente, las pelirrojas lo intuimos todo.
-Aida: Oye que las rubias también.
-Laura: No me hagas hablar -rió-
-Lucía: Estoy cómo siempre chicas, simplemente estoy feliz por que...pues...-resoplé- por que sí, por que la vida es bella señoras. -sonreí-
-Aida: Ahá...Laura, esta se droga. -le decía-
____


Llegué a casa y vi a Sam tirada en el sofá comiendo algunos pasteles.
-Lucía: Buenas noches tía.
-Sam: No subas a tu habitación. -dijo con la boca llena-
-Lucía: ¿Por qué? -pregunté extrañada-
-Sam: Pablo quiere darte una sorpresa y luego llevarte a no se donde. -decía aun masticando-
-Pablo: GRACIAS SAM -decía mientras bajaba las escaleras- me has jodido la sorpresa.
-Sam: Se siente rubiales, te guardo rencor, quiero el número de Dalma.
-Pablo: Anda vamos -me cogió de la mano-
-Lucía: No entiendo nada...
Salimos de casa y nos dirigimos hacia el coche.
-Pablo: Esta noche será nuestra -dijo con una bonita sonrisa-

domingo, 2 de febrero de 2014

Veinticinco.

Anteriormente
Sam: ¡¡AIDA Y LAURA ESTÁN ESPERANDOTE FUERA YA!! -gritaba desde la planta de abajo-
Bajé rápidamente y mi tía se me quedó mirando de arriba a bajo.
-Sam: ¿Hubo triski wiski con el Alborán?
-Lucía: Sam...¿Cuándo callarás?
-Sam: No perderé la esperanza...si tu puedes estar con Alborán yo podré estar con Dalma...todo es posible...¡todo es posible si piensas en positivo!
-Lucía: Adiós Sam hablamos luego..
-Sam: ¡¡TODO ES POSIBLE!! ¡¡SERGIO ESPÉRAME!!
Cada día se le va más la cabeza a esta mujer....

Narra Lucía
Salí a la calle y me adentré en el coche de Aida, donde ellas dos ya me estaban esperando.
-Aida: Buenos días pedazo de morenaza sexy. –reió-
-Lucía: Buenos días pedazo de rubia de bote. –reí-
Me miró con cara de asesina.
-Lucía: Que es bromaaaaaa tonta. –dije acariciandole la cabeza-
-Laura: Sabes que no es broma.
-Lucía: Ya…-reí-
-Aida: Venga, dejemos mi pelo y vayamos ya haber donde narices comemos. –dijo mientras arrancaba el coche-
-Laura: ¿No has pensado en nada aun?
-Aida: ¿Tú crees que me da tiempo para pensar con lo atareada que estoy últimamente?
-Laura: ¡Pero si solo hiciste una sesión de fotos ayer!
-Aida: ¿Estoy cansada vale? –gritó-
-Laura: De cambiarte de ropa y de posar será…
-Lucía: BUENO BUENO BUENO POR QUÉ NO VAMOS AL RESTAURANTE ESE DE TU TÍO AIDA.
-Aida: Venga vale, y así nos hace una rebaja –sonrió de oreja a oreja-
-Laura: Pero si te sobra el dinero…
-Aida: ¿TIENES QUE DECIRLO TODO? –gritó-
-Laura: Bueno bueno ya me callo ya. –rió-
-Lucía: Mejor…Aida enfadada me asusta demasiado –reí-
Al llegar al restaurante nos adentramos en él y nos llevaron hasta una mesa cualquiera.
-Aida: Anda oye Lucía ¿Ya todo bien con Pablo y eso no? –dijo sonriente-
No sabía si callarme que Pablo y yo eramos pareja, pero prefiero no decir nada por el momento por cualquier cosa.
-Lucía: Todo genial, estamos bien. –sonreí-
-Laura: ¿Te lo volviste a tirar? –decía con una voz pícara-
-Lucía: Lau, por favor. –reí-
-Laura: SI O NO.
-Lucía: SI. –reí-
-Aida: CÓMO ATACA LUCÍA CÓMO ATACA. –gritó en medio del restaurante-

Narra Laura
__________

Hoy a la tarde había quedado con Sergio, el chico que me lleva loca desde hace un mes y el cual hace que solo este él en mi cabeza todo el día. Serán sus ojos color miel y esa sonrisa tímida, o ese pelo con ese gorro que siempre lleva, no sé, pero es él en si lo que hace que me ponga nerviosa cuando esta cerca.

Ya habíamos terminado de comer y estaba deseando salir de allí para cambiarme de ropa e ir hacía donde había quedado con Sergio.

Había algo en los ojos de Lucía que me decía que algo bonito había pasado, estaba demasiado contenta, estaba demasiado diferente. Cuándo le conocí  tenía esos ojos de preocupación a toda hora, cómo si nada de aquí le gustara, pero al paso del tiempo se nota la diferencia y se a amoldado a todo esto. Me huelo que a pasado algo con Pablo que no quiere contarnos, las miradas de personas enamoradas no son las mismas que cualquier persona.  Lucía guarda algo que no nos quiere decir.

Nos adentramos en el coche para ir ya cada una a sus casas. Yo, con los nervios recorriendo todo mi cuerpo, no paraba de pensar en Sergio, en cómo será este maravilloso día junto a él.
Bendito el día en el que Pablo se lo encontró y lo trajo a comer con nosotras. Bendito día, sí.

Aida me dejó en mi casa y corriendo fui a cambiarme aun que faltara una hora, pero necesitaba estar más que perfecta.

Al cabo de una hora salí de casa y fui directa al puerto, donde había quedado con él.
Veía cómo se acercaba poco a poco hacía mi mientras me saludaba con la mano.
-Laura: Ho-Hola –dije nerviosa-
-Sergio: Hola guapisima –dijo mientras me daba un beso en la mejilla-
¿Uno solo? Pensé.
Fuimos caminando por los paseos de por allí hablando de cualquier cosa que se nos pasara por la cabeza.
Al cabo de algunas horas  de haber tomado un helado, pasear, hablar y demás nos sentamos en un banco que había por aquel paseo.

-Laura: Sergio…
Necesito decirle que me gusta, ya no es por decírselo, es necesidad, mostrarle mis sentimientos .
Él me miró atento a lo que iba a soltar por mi boca en esos momentos.
No me lo pensé dos veces y le besé.
Le besé de tal forma que hizo que ese beso hablara, que no hacía falta aclarar que me gusta, y él entendió el mensaje.

__________
Narra Pablo.
Ya se estaba haciendo de noche y aun no había visto a Lucía. Tenía ganas inmensas de abrazarle y darle un beso sin miedo. Ahora sí que sí, puedo decir que es mía. Es una forma de hablar, mía no es, ya que las personas son de sí mismas y no tienen que permitir que otra se apropie de ella.
Mi sobrina jugando sentada en el césped y yo con la guitarra sentado en la hamaca, era una bonita y tranquila imagen.

Mi madre salió al jardín y nos trajo un zumo de naranja preparado por ella.
-Pablo: Gracias Mamá –sonreí-
-Paula: Gracias abu. –dijo la niña mientras seguía jugando-
Mi madre se sentó junto a mí y se creó un silencio entre los dos, tan solo se escuchaba a Paula diciendo ‘’Vamos a casita con el bebé’’ mientras movía a dos barbies.
-Helena: ¿Estás con la sobrina de Sam? ¿Lucía se llamaba no? –preguntó extrañada
No sabía si contárselo ya o seguir callándolo.
-Helena: Ya no me cuentas apenas nada Pablo –dijo algo apenada
-Pablo: Sí, estamos comenzando una relación –sonreí con miedo-
-Helena: Me alegro de verdad, y es pero que esta chica te haga feliz. –dijo sin más- Que no me apetece verte mal para nada.

Mi madre era la persona más perfecta que había conocido en toda mi vida y por eso me acerqué a ella y le di un beso en la frente.
-Helena: Invitale a cenar a casa –sonrió-
-Pablo: Mamá, aun no, es muy pronto y se va a sentir muy presionada –reí-
-Helena: Bueno bueno, somos sus vecinos, tampoco pasará nada, hacemos cómo que no lo sabemos –rió-
-Pablo: Vale, pero hoy no eh –sonreí-
-Helena: Cuándo tu quieras, me lo dices y yo lo preparo todo –dijo mientras se levantaba y se adentraba de nuevo en casa-

Me quedé mirando al suelo cómo un tonto.
-Sam: EH, PABLETE -gritaba desde su ventana-
-Pablo: Dime Samantilla -reí-
-Sam: ¿Por casualidad no tendrás el número de Sergio Dalma?
-Pablo: Sí ¿por? -reí-
-Sam: bueno es saberlo -dijo mientras desaparecía misteriosamente-
No entendí nada, pero que voy a entender de Sam, nunca lo entiendo.

Vi cómo Borja entraba por la puerta del jardín y se dirigía a la puerta de su casa.
-Borja: Buenas noches Pablo -me dijo con una sonrisa-
Tan solo sonreí.
Se dejó la puerta abierta de su casa y una idea algo tonta se me pasó por la cabeza.
Decidí entrar en casa de Lucía para darle un buen susto nocturno.
Entre sigilosamente en la casa sin hacer ruido alguno y subí las escaleras cómo si nada.
Borja estaba en la cocina preparándose un Sandwitch. Escuchaba cómo el disco de Pablo Lopez estaba puesto en voz baja y Sam cantaba.
-Sam: CADA BATAAAAAAAALLA PERDIDA, ME ENSEÑÓ UNA SALIDAAA -cantaba-
No pude resistir reirme pero nadie pudo darse cuenta.
Me asomé a la habitación de Lucía y no se encontraba nadie.
Me escondí rápidamente debajo de la cama y esperé a que Lucía apareciera por la habitación.
De pronto vi los pies descalzos de ella cómo caminaban por su cuarto.
Se quitó los pantalones, tiró la camiseta y se colocó otra.
Cerró las cortinas y la puerta y se tiró sobre la cama cómo si de una piscina se tratase. Apagó la luz y el silencio invadió la habitación.
¿A las nueve de la noche se va a dormir? pensé continuamente.
Me asomé lentamente y estaba con los ojos cerrados y solamente en braguitas y con una camiseta de tirantes en la parte superior del cuerpo.
Lentamente me levanté y me tiré sobre ella. Antes de que pudiera gritar le tapé la boca.
-Lucía: ljsdksjmkfjmf
-Pablo: Lulú no te entiendo -decía sentado en su barriga-
-Lucía: ¡¡AKJSDKLDSM!!
-Pablo: Si no vocalizas poco te entenderé -reía mientras seguía poniéndole la mano en la boca-

Cogió mi mano y la apartó de su boca.
-Lucía: ¡¡TE MATO!! -gritó-
Comencé a reírme exagerado y ella de brazos cruzados me ignoraba.
-Pablo: No te enfades va -reí-
-Lucía: ¿Te aplaudo?
-Pablo: Sí -reí-
Giró la cabeza y me ignoraba.
-Pablo: Dame un besito -le rogaba con los labios preparados-
-Lucía: NO
-Pablo: Daaaaaaaaaaame un besito jooooooo. -decía con un tono de niño pequeño-
-Lucía: NO
-Pablo: Pues me voy...-me iba levantando de la cama-
Me cogió del brazo y me atrajo hasta ella.
-Pablo: Ven aquí tonta -decía mientras iba hacía sus labios-
Le di un bonito beso de ''reconciliación''.
Me tumbé al lado suya y pasó su pierna por mi barriga.
Comencé a acariciar su pierna lentamente mientras ella seguía en silencio.
-Lucía: Me gusta tu barba, es suave. -rió- te hace más...sexy.
-Pablo: La barba es parte de mí ya. Y no hablemos de sexys que tu con esas braguitas...-reí-
-Lucía: Aun sigo preguntándome cómo has llegado hasta mi habitación -reí-
Seguía acariciando sus muslos y pasé a acariciarle el pelo. Le dí un beso en la frente y la acurruqué más hacía mí.
-Pablo: Tengo que decirte algo...-dije serio-
Me miró algo preocupada.