Cuándo un día de lluvia hace que los demás sean soleados.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Cincuenta y cinco.

Anteriormente.


Más tarde, nos dirigimos hacía el hotel donde se encontraban las tres mosqueteras que dejé ayer preocupadas.
Pablo me dejó en la puerta para que no nos volviesen a ver de nuevo juntos de momento para no seguir llamando demasiado la atención.
Al entrar por la puerta de la habitación Aida corrió hacia mí y me sacó de ella rápidamente.
-¡Yo de ti no entraba! –gritaba cortándome el paso.
-Venga ya ¿Qué pasa? –le aparté riéndome.
-Tía no entr…-el gritó de Cristina le interrumpió.
-¡ERES UNA ZORRA! –Me gritó a la vez que se dirigía hacia mí con rapidez.
__

Narra Lucía.


-¡Cómo tienes la cara tan dura de salir con Pablo justo después de lo que me ha pasado con él y encima lo conoces de pocos días! –gritaba Cristina histérica.
-No, no te estás equivocando…de pocos días nada…-decía nerviosa por sus gritos.
-Verás, Cris, Lucía en realidad conoce a Pablo desde hace bastante tiempo y si Pablo no aceptó estar contigo es por ella –Dijo Aida mientras le cogía de las manos para impedir cualquier barbaridad.
-¡Venga no me jodas! ¿Tú eres la otra? –decía con demasiada rabia.
-¿Qué otra? –pregunté sin llegar a entenderla.
-La otra que siempre se metía en medio sin estarlo. La otra, la otra, la otra…esa que llevaba en mi cabeza todo el día. La otra que provocaba que Pablo no pensase en mí, si no…¡EN OTRA!-decía expulsando mucha furia.
-¡TRANQUILIZATE! –le gritó Laura.
-Esa imbécil no va conseguir que me tranquilice después de tener la cara que tiene –dijo Cristina con un tono bajo.
-¡Mira ya me has cansado! –grité sin pensar- ¡Te crees que puedes tener a todo el mundo que te propones pero deberías bajar ya de las nubes y ver dónde estás, que es el mundo real! ¡Yo vine aquí a volver a mi vida de antes, que era con él. ¡Sí! ¡Soy la chica que estaba antes con él y que hacía que el corazón de Pablo impidiese el paso de otras chicas como tú! ¡Solo vine a recuperar lo que me importaba, y tus furias y tus insultos no van a hacer que yo me arrepienta de nada.

Salí de la habitación de Laura y Cristina para ir a la mía después de acabar de gritarle lo que llevaba dentro un buen rato. Cogí mi maleta y mi bolso y me dirigí hacía el ascensor.

-¿A dónde vas? –preguntó preocupada Aida.
-A Málaga, lejos de esa zo…-me interrumpí a mi misma-  de…¡DE ESA!

Se cerraron las puertas y pegué un golpe de rabia a una de las paredes de hierro del ascensor.
Al abrirse las puertas salí del hotel y pedí un taxi lo antes que pude. Cuando llegó, el taxista bajó del coche para ayudarme con mi insignificante maleta y la metió en el maletero.

-¿A dónde le llevo, señorita? –dijo amablemente.
-Lléveme a la estación de tren, por favor. –le contesté con una sonrisa.

Saqué mi móvil y llamé a Pablo. Después de cinco toques, lo cogió.
-Dime, preciosa. –Me respondió alegre.
-Oye, que…que me vuelvo a Málaga ya, estoy en el taxi de camino a la estación .
-¿YA? –preguntó sorprendido.
-Sí, no quiero estar más en el hotel con Cristina, ha habido una bronca grande por lo nuestro…
-Era de esperar…-dijo Pablo en voz baja- Pero...¿Y por qué no te quedas en mi casa? Sabes que no tengo problema…
-Da igual Pablo, tampoco quiero molestar, a parte, si estoy en Málaga será mejor supongo, se calmara un poco esto de ‘’La novia de Pablo’’ por los medios de comunicación –añadí.
-Pero…-insistía.
-Volveré pronto a Madrid a verte, te lo prometo…-dije con una sonrisa.
-No, tranquila, iré yo para allá en cuanto tenga algún día de descanso, las promociones me están matando –rió-  
-Vaya…-tan solo sonreí y dejé un espacio de silencio-
-¿Qué pasa? –rió.
-Que te quiero –sonreí aun que no pudiese verme.
-Vaya…-rió.
-Qué…
-Los ‘’Te quiero’’ inesperados me encantan. –dijo con dulzura- Hablando en serio, no cojas ningún tren que voy enseguida a por ti.
-Pablo que te he dicho que…-Me interrumpió colgando- Mierda.
-En dos minutos llegamos –dijo el taxista junto con una sonrisa- Por cierto ¿Usted no es la nueva novia del cantante este jovencito?
-No –reí- me temo que se equivoca, más quisiera yo ser novia de algún cantante.
-Te solucionaría la vida económica –rió-

Al llegar a la estación, cogí mi maleta, pagué lo que debía y me esperé en la puerta a ver si aparecía Pablo.
Después de 15 minutos le vi a lo lejos y me hizo una señal para que fuese para allá. Me adentré en el coche que conducía un señor que no conocía y a su lado se encontraba Esperanza.

-Hola, muy buenas…-dije vergonzosa.
Esperanza no contestó, tan solo se limitó a mirarme por el espejillo y no con muy buena cara.
-Vamos hacía mi casa, te dejo allí, estoy contigo, me voy y en dos horas vuelvo…¡Pero no te vayas! –insistía.
-Pablo, le prometí a mi tía que volvería o hoy por la noche o mañana por la mañana…
-Pues mañana por la mañana te vas, pero déjame disfrutarte un poco –dijo Pablo en voz baja.
Esperanza tosió pero esa tos no parecía natural…

A los 25 minutos llegamos a casa de Pablo y Esperanza entró con nosotros. No le notaba demasiado contenta conmigo.

-Oye, Esperanza, que…yo te quiero mucho, pero quiero estar a solas con ella…-Dijo avergonzado Pablo.
-No, si yo me iba…-decía malhumorada- En dos horas estoy aquí con el coche, no me hagas esperar –decía saliendo de la casa.
-Confía en mí…-guiñó el ojo.

Al cerrar la puerta Pablo me llenó de besos la cara con bastante rapidez.
-¡Ay, ay, ay Para que me vas a desgastar! –grité a la vez que reía.
-Oye ¿Qué fue lo que pasó con Cristina? –decía mientras cogía un dulce de la cesta.
-Nada más yo llegar comenzó a gritarme llamándome zorra y que cómo me atrevía a hacerle eso…-reí.
-Vaya, entonces si estaba loca cómo me decían…-se sorprendió.


-No es que esté loca, es que su plan de ser novia de un famosito se le ha jodido –rió.
-¿Tú también tenías ese plan? –subió una ceja.
-Al principio te odiaba por estar a punto de matarme con el coche ¿Piensas que mi plan era salir contigo para hacerme famosa? –reí.
-Es verdad, que yo era el tonto loco por ti que me ponía tu mala leche…-dijo a la vez que me cogía de la cintura y se reía- Al final acabaste enamorándote de mí…
-No fue muy difícil hacerlo…-dije con una sonrisa.

Con una sonrisa en la cara fue acercando sus labios a los míos y me quitó un cálido y romántico beso de la boca.

-¿Tienes hambre? –me preguntó mientras su vista se dirigía hacia la nevera.
Yo aun pensando en el beso, giré su cara e hice que me mirase a mí para volverle a besar.
-Te quiero a ti…-dije subiendo una ceja.
-Vaya...-rió.

Apartó rápidamente las cosas de la mesa de la cocina y me subió encima de ella.

-Te voy a morder –dijo con una voz bastante seductora.
-¿Me vas a morder? –dije con una pequeña risa
-Para volvernos locos al amanecer…
-Te ha quedado bien –dije entre pausas de besos.
-Espera a escuchar la canción entera –dijo a la vez que desabrochaba los botones de su camisa.
Posé mi mano en su sexo por encima del pantalón y él mordió su labio. Se deshizo de su camisa y a los segundos después de la mía. Paso su mano por mis piernas hasta llegar al botón de mis pantalones que poco después quedaron debajo de la mesa. Su mano jugaba con el pequeño lazo negro de mi ropa interior a la vez que besaba mi cuello. Mis pies bajaron sus pantalones hasta llegar a sus rodillas, donde tuvieron que quedarse ahí ya que tocaron al timbre.
-No pienso abrir –dijo Pablo mientras seguía besándome.
Pase mi mano por debajo de sus bóxers a la vez que le mordía el labio.
El teléfono de Pablo (que se encontraba en sus pantalones) comenzó a sonar y se agachó para cogerlo. 

-Dime Luz María –respondió Pablo- Es mi sirvienta –me dijo en voz baja.
-¿Estás en casa?
-Sí ¿Por qué?…
Besaba el cuello de Pablo a la vez que hablaba por teléfono.
-Acabo de tocar a tu timbre y no abres. Abriría con las llaves que me diste, pero justo las olvidé encima de la mesa. Estoy fuera, ábreme la puerta, las cojo y me voy enseguida.
-Ahora te saco las llaves…-colgó.
Se subió los pantalones y cogió las llaves de encima de la mesa.
-Me ha cortado el rollito –dijo Pablo riéndose.

Mientras salía para darle las llaves yo comenzaba a vestirme de nuevo.
-Eh, eh, eh, no me gusta dejar las cosas a medias –dijo Pablo riéndose mientras cerraba la puerta.


Me quité rápidamente mi camiseta de nuevo y él sus pantalones.
-Te tenía ganas. –dijo con una sonrisa pícara.
Me cogió en brazos y me acorraló en la pared de la cocina.
-¿Piensas hacerlo en la cocina y de pie? –reí.
-¿Por qué no? –rió también.
Bajó sus bóxers y no se lo pensó.

Al día siguiente.
Iba de camino a Málaga cuando recibí una llamada de Aida.
-Estamos a punto de coger el tren hacía Málaga ¿Qué tal estás tú? –preguntó la rubia.
-Estoy en el tren anterior al vuestro, de camino. –respondí.
-¿No te fuiste ayer? Creí escuchar que te ibas.
-Sí, y escuchaste bien, solo que al final me quedé en casa de Pablo un día más.
-Menos mal que tuviste compañía, me dolió cómo te fuiste, estaba preocupada. –añadió.
-Tranquila, todo está bien –reí- Te cuelgo, que el señor de al lado me mira con cara de que no le dejo dormir –reí- Nos vemos luego, chao –colgué.

Al llegar a casa tiré la maleta al suelo, respiré hondo y grité:
-¡POR FIN EN CASA!
Subí a mi habitación y pensaba que me encontraba sola en casa pero escuchaba ruido.
Entré en el cuarto de mi tía y cerré la puerta de nuevo rápidamente.
Lo siento! –grité avergonzada.

Sam se levantó y salió de la habitación con una manta rodeando su cuerpo.
-Lucía, LLÁMAME ANTES AL MÓVIL Y DIME QUE VAS A VENIR.
-Perdona, perdona…¿Quién es ese que está en tu cama? –pregunté a la vez que reía.
-A que tiene buen culo –dijo mi tía subiendo una ceja.
-No sé Sam, tampoco me ha dado tiempo a fijarme.
-Es mi nuevo novio, está viviendo ya aquí con nosotras.
-¿Cómo? Pero…pero….¿Cuánto lleváis? –pregunté sorprendida.
-Un mes de citas, y demás, y de noviazgo una semana…-me contaba emocionada.
-¡Y no me comentaste nada! Menuda confianza…sí sí –bromeaba mi enfado.
-¡Y TU QUE ESTÁS CON EL DON LUNARES DE NUEVO TAMPOCO ME LO HAS DICHO! –gritó.
-¿Cómo lo has sabido? –pregunté.
-El Sálvame, las clientas de la pastelería, la revista que tengo para cuando voy a cag…-le interrumpí.
-Vale vale vale, ya me ha quedado claro desde lo de Sálvame…
-Oye yo que hago hablando contigo si tengo un hombre en la cama. Hablamos luego sobriiiii –dijo mientras se metía corriendo de nuevo a la habitación.
-No hay quien entienda a esta mujer…-dije mientras volvía a mi habitación.

Después de media hora bajaron los dos al salón mientras comía una tableta de chocolate.
-Lucía, te presento a Diego, vas a tener que convivir con él a partir de ahora –dijo emocionada.
-Encantado Lucía, Diego Cañaberas, tu tía me dijo que eras muy guapa y no se equivocó. –dijo mientras besaba mi mejilla.
-Yo no dije eso…-dijo mi tía confundida-
Diego le miró para que le siguiese el rollo ya que a Sam le cuesta pillar las cosas a la primera.
-Ah sí, dije eso, lo dije, sí. –añadió mi tía.
-Espera ¿Tú no eres el que escribió el artículo de ‘’La fotografía cambió el mundo’’? ¡Diego Cañaberas leí que era el escritor! –dije emocionada.
-Sí, sí, yo escribí ese artículo, ya veo que te interesas por esos temas. Escribo artículos, soy periodista, también trabajo para algunos programas de tele 5 por desgracia, pero pagan bien. –rió.
-Me encanta lo que escribes, lo haces genial –dije ilusionada por tenerlo delante- Periodista, que bien…espera…no, no, no, que bien no. –dije recordando que tengo a Pablo Alborán en mi vida.
-¿Qué? ¿Bien por qué no? –preguntó Diego confuso.
-Sam…¿te das cuenta que has metido en casa a una persona con una profesión que no es buena para mi vida?
-Espera, se que eres la chica de Pablo Alborán, pero no soy de esos que van a jugarse a una gran persona como tu tía por unas grandes noticias cómo la vida privada del cantante.
-Lo siento Sam, pero yo no puedo estar aquí con él…

Subí hacía mi habitación a por mis cosas.
___

De nuevo, siento la tardanza por subir este capítulo aun que no haya valido la pena la espera. De nuevo os digo que si tenéis ideas para esta novela (sobretodo dramáticas para darle más vida) no dudéis en decírmelo por mi Twitter @Alboran_ista (si no os sigo dejarme un tweet diciendo que os siga) y me decís vuestras ideas para seguir con esta historia y no dejarla en el olvido. 
¡Gracias por la espera!

Dejar vuestras opiniones en mi Twitter o en los comentarios de este blog ¡Besos familia!